Cartas del CCFS ordenadas cronológicamente



Como sugiere el título de esta entrada, se les presentará el orden cronológico de las cartas y también se ha incluido breves notas que sirven para explicar por qué se sugiere dicho orden.
Algo que se debe tener en cuenta respecto al libro, es que, aunque algunas de las correspondencias estén dentro de un mismo grupo, no forzosamente fueron escritas en las mismas fechas. Tal es el caso de las cartas dirigidas a los empleados de los Lagan con quienes Candy se reunió durante la inauguración de un hotel en Miami. Dentro de ese grupo de cartas, se encuentra una que es especial y que va dirigida al Sr. Whitman, el ex-jardinero de la familia. Más adelante explicaremos porqué esa carta, aunque aparece en el mismo grupo, fue escrita en otro tiempo. 

Antes de llegar allí, debemos comenzar con las primeras cartas que Candy manda a sus amigos cuando salió del Real Instituto San Pablo:


Candy sale del San Pablo en el otoño de 1913, el año antes de que se desate la Primera Guerra Mundial. Durante esa etapa, ella comienza a leer manuales de enfermería que le darán los conocimientos básicos para que pueda ingresar a la academia de Mary Jane, la cual está anexa al hospital San José, en donde podrá poner en práctica lo que vaya aprendiendo, y de esa forma, no tiene que pagar por sus estudios.

Antes y después de su ingreso, ella redacta cartas a las personas que ha ido conociendo desde su partida de Londres. Las misivas entre el otoño de 1913 hasta la Gran Guerra, desatada en julio de 1914, y más adelante, la carta de Susana a Candy en 1915, son las siguientes:

  1. Carta para el Sr. August Carson
  2. Para Samuel, Jeff y Susie Ann Carson
  3. Para el Sr. Dan Juskin
  4. Para la Srita. Candice White Ardlay, de George Villers
  5. Para el comandante Édgar Niven
  6. Para la Srita. Candice White Ardlay, de Cookie
  7. Queridos Sam Jeff y Susie
  8. Para Terry
  9. Para Candy, de Archie
  10. Para mi querida Candy, de Patty
  11. Para el doctor Frank Campbell, del hospital San José
  12. Para la señorita Candice White Ardlay, de Susana Marlow.

***

Para el Señor Augusto Carson


Querido Señor Carson:

¿Cómo está? Después de muchas peripecias (¡Y lo digo en serio!) ¡Pude regresar sana y salva a América!

Mi querido Hogar de Pony se encuentra en Michigan, y me parece un milagro haber logrado llegar a él.

Después de todo, sin embargo, no se trató de ningún milagro: todo se debió a la ayuda recibida por las personas que me encontré, empezando por usted. Por todos ustedes siento un gran agradecimiento.

El Hogar de Pony es mi lugar de nacimiento, y es el orfanato en el que fui abandonada y en donde crecí.

Las directoras, sorprendidas por mi regreso inesperado, ¡Se quedaron sin aliento! ¡Me recibieron entre lágrimas!, Pero también me dijeron que desde que me tienen con ellas las preocupaciones parecen no tener fin. Dejaron escapar un sin fin de suspiros. Lo lamento mucho, pero desafortunadamente tienen razón.

En cualquier caso, yo estoy muy bien y quisiera agradecerle por todo lo que hizo por mí.

Yo, una total desconocida, venida de quien sabe dónde, me aventuré a colarme furtivamente en su carreta, ¡Y me comí las manzanas que usted había reservado especialmente para sus hijos! ¡Le ruego me perdone por aquello!

Cuándo lo hice, se había apoderado de mí un hambre que no había sentido en mi vida. No tenía dinero para pagar el tren para el puerto y había pasado la noche anterior en el granero de una casa abandonada.

Ya me había encontrado en la situación de tener que dormir en un lugar mucho más oscuro (aunque no voy a hablar de ello), y no era la oscuridad lo que me preocupaba (¡entre otras cosas tengo la gran habilidad de dormir en cualquier lugar!), pero realmente la falta de alimento me hizo perder el control.

Cuando usted me encontró, me echó, pero Sam, Jeff y Susie, a pesar de que me había devorado la merienda destinada para ellos, me acogieron a escondidas en el cobertizo.

Querido Señor Carson, usted realmente me asustó (¡aunque es normal que se haya enojado!), pero al ver lo bien que había criado a sus hijos, inmediatamente pensé que era un buen padre. ¡Y de hecho no estaba equivocada! Aunque a regañadientes me permitió quedarme con ustedes en la casa, ¡por lo cual le estoy verdaderamente agradecida!

Usted no me preguntó nada, y siento una enorme gratitud por la profunda sensibilidad que mostró hacia mí. En aquel momento yo tenía tantos motivos para estar triste, y no era capaz de contarle nada. Si usted me hubiera preguntado algo, tal vez no hubiera sido capaz de contenerme y hubiera estallado en lágrimas, terminando por ponerlo en un gran aprieto

En realidad, yo era una de las estudiantes del prestigioso Colegio San Pablo y me acababa de escapar de él. Parece imposible que alguien como yo estudiase realmente en un lugar tan costoso, ¿verdad?

Como ya le he escrito, soy una huérfana, pero hay una persona que ha sido muy buena adoptándome. Al dejar aquel instituto, desafortunadamente traicioné la confianza del hombre al que le debo todo, pero yo quería a toda costa regresar lo antes posible a América. Hay alguien aquí, de hecho, con el que quiero reunirme con todo mi corazón Pero antes de hacerlo quisiera, si es posible, encontrar mi camino. Cuando llegue el momento en que nos volvamos a encontrar quiero poder mirarlo a los ojos con orgullo, haciéndolo también a él feliz y orgulloso de mí.

Oh, Señor Carson, ¡fue en su casa en donde encontré lo que estaba buscando! Cuando Susie se enfermó de sarampión y al ponerme a cuidarla, empecé a ver claramente lo que deseaba hacer: ser útil a los demás. ¡Yo quiero convertirme en enfermera! Quiero poder estudiar confiando solo en mis habilidades y vivir con valentía.

Hasta hace algún tiempo, mi sueño era ser adoptada por una familia rica y llevar una vida cómoda, ¡pero al parecer las comodidades no son lo mío!

Señor Carson, usted entendió mi urgencia de regresar a América y me presentó al señor Juskin, el constructor de navíos. Le doy las gracias por esto y también por la pequeña suma de dinero que me dio a mi partida: no sabe qué útil me resultó. Fue duro separarme de sus hijos, pero no podía quedarme con ustedes para siempre.

En fin, gracias a su ayuda conseguí llegar a América sana y salva, ¡y ahora incluso puedo escribirle una carta! Pareciera que es un final feliz, pero todavía no lo es. ¡Mi aventura empieza ahora!

Pronto tendrá más noticias mías.

Querido Señor Carson, aunque solo sea por sus hijos, trate de llevarse bien con los otros habitantes del pueblo. Reserve su obstinación solo para las cosas buenas, ¿de acuerdo?

¡Recuerde que su sonrisa es realmente intensa y maravillosa!

Candy

***

Para Samuel, Jeffrey y Susie Ann Carson


¡Sam, Jeff, Susie!

¿Cómo están? ¡Gracias por las hermosas cartas y dibujos que me han enviado! ¡Susie, te has vuelto muy buena escribiendo!

Leyendo sus cartas, me he acordado de la carita que tenían cuando, en medio de la noche, me trajeron a escondidas un pedazo de pan al cobertizo. ¡Estaba tan bueno!

Querido Sam, siempre hablo de ti a los chicos del Hogar de Pony, y les cuento como te comprometiste a ser un buen hermano mayor. Aquí hay niños sin padres, ¡pero nadie consigue convertirse en un hermano mayor como se debe, listo para proteger, como lo hiciste tú, a sus hermanos y hermanas! Incluso cuando Susie se enfermó de sarampión, has sido mi valiente ayudante y si debo ser sincera, has sido mucho más útil que tu nervioso padre. También recuerdo que, a costa de renunciar a tu parte, nunca dejabas que Jeff y Susie se quedasen sin merienda. Los niños del Hogar de Pony, sin embargo, cuando se trata de meriendas, ¡se pelean por conseguir ganar la galleta más grande! Según ellos, sólo están siguiendo el ejemplo de su jefe (que sería yo), ¿te das cuenta?

Querido Jeff, siento si he partido antes de enseñarte los trucos para trepar a los árboles Lo más importante que tienes que recordar es tener cuidado de no caer, ¿entendido? También yo empecé así, practicando para escalar cada vez más rápido. ¡Hasta el día de hoy, mi récord de tres minutos y veinte segundos en la escalada del gran árbol delante del Hogar de Pony sigue invicto!

Querida Susie, el hermoso retrato que me has enviado está expuesto ahora en una pared. La próxima vez, sin embargo, acuérdate de hacerme más bella (Sam, Jeff, ¿os habéis echado a reír?).

Vuestra Candy

***

Para el Señor Dan Juskin


Muy bien, señor Juskin, este es un acertijo para usted: debe decirme el nombre de la chica que voy a describirle.

Pregunta: tiene muchas pecas, pero es dulce, bellísima y amable.

¿De quién estamos hablando?

Juskin: ¡Se trata de Candy!

¡Respuesta correcta! ¡Din don dan! ♫

¡Bromeando, por supuesto! Me parece verlo mientras ríe, perplejo.

Ha pasado tanto tiempo, ¿Se acuerda de mí? ¡Soy Candy!

Si he tardado tanto tiempo en contactarlo, ha sido debido a que mis cartas me han sido devueltas innumerables veces. Sin saber que había sido de usted, le pedí ayuda al señor Carson, y finalmente he tenido noticias suyas. ¡He sabido que también usted estaba preocupado por mí!, el señor Carson me lo contó en una carta. ¡Gracias! Como puede ver, estoy bien.

Siento escuchar que su astillero finalmente fracasó Estaba preocupada porque me parecía que no le iba muy bien en los negocios. Pero he sabido que con sus colegas ha abierto en la ciudad un bar llamado Harbour Light ¡Y eso también me preocupa un poco!

Señor Juskin, por favor, ¡no beba más que sus clientes! ¡No es bueno empinar demasiado el codo!

Sé que le estoy echando el sermón, pero en este momento estoy estudiando intensamente para ser enfermera. Me gustaría conseguir entrar en una escuela en donde se pueda aprender haciendo práctica (por lo que no se tiene que pagar ni siquiera la matrícula), sin embargo se requieren conocimientos básicos. Y por eso, en el manual que estoy usando para prepararme, ¡me encontré con un terrible capítulo que habla del alcoholismo! Mientras lo leía, de repente he pensado en usted. Si fui capaz de embarcarme (?) en un barco rumbo a América, fue gracias a su ayuda, y ciertamente no quiero verlo convertido en un alcohólico.

Todavía no les he confesado a las directoras del Hogar de Pony que me embarqué ilegalmente como polizón, escondida en un gran contenedor de latas Temo que se puedan desmayar. Las directoras son para mí como mis padres. En efecto, soy una niña huérfana que ha tenido el honor de ser bendecida por la fortuna (¡estoy convencida!) y ellas me criaron en este orfanato. Solo les conté que conseguí regresar gracias a la ayuda de gente amable. ¡Al final, así fue como sucedió todo!

Nos conocimos gracias al señor Carson y usted, señor Juskin, cumplió mi deseo ¡soy realmente una persona muy afortunada!

Me quedé en la bodega, escondida entre aquellas grandes cajas, tratando de no hacer ruido pero esa parte duró muy poco. ¿Quiere saber qué pasó después? ¡Lo sabrá en mi próxima carta! Estoy bromeando de nuevo, ¡no lo mantendré más en vilo! Más bien, estoy ansiosa por contarle todo.

¿Se habría imaginado que había otro polizón a bordo? Pensé que solo nosotros podíamos idear un plan como ese, ¡Pero alguien nos superó! Estoy hablando de Cookie. ¿No es un nombre delicioso? Candy y Cookie, caramelo y galleta, viajando como polizones en un barco. Qué extraña pareja ¿verdad?

Este muchacho estaba acostumbrado a viajar de aquel modo y conocía bien el interior del barco. Se

movía como si fuera su casa y se desplazaba ágilmente por todas partes como un pequeño ratón.

Sin embargo, las cosas, no siempre salen tan bien. De hecho, Cookie fue descubierto de pronto por los

marineros y creo que nunca antes me había sentido tan asustada. Pensé incluso que lo habían arrojado al

mar, diciendo que esta vez no lo dejarían salirse con la suya.

Cookie había sido descubierto y enviado de vuelta varias veces, así que incluso cuando lo castigaron,

¡todos estaban riendo! ¡Pero la broma dejó de ser divertida! ¿Y qué si él sufría un infarto? Presa de la

rabia me catapulté hacia afuera y así también yo fui descubierta.

Sin embargo, gracias a este incidente conocí al comandante Niven y pude recibir su ayuda.

El comandante Niven es un tipo taciturno, pero es una persona muy amable y de buen corazón.

Gracias señor Juskin, ¿Tal vez escogió a propósito un barco guiado por un comandante conocido por sus

virtudes? Por lo que me contaron mis compañeros de viaje, el comandante dirigía antes un lujoso barco

de pasajeros. Cuando asumió la responsabilidad de un error cometido por uno de sus subordinados, fue

trasladado a su puesto actual. También Cookie parecía admirarlo mucho.

El padre de mi nuevo amigo era marinero y siempre alimentó el sueño de convertirse un día en el

comandante de un gran barco, camino a un país extranjero. Entonces, por causa de un accidente,

falleció. Con mayor razón, ahora el hijo quiere continuar y hacer realidad este sueño.

El comandante Niven parecía haber comprendido muy bien el deseo de Cookie. Gracias a él, conseguí

regresar sana y salva a América, volviendo a mi país.

Señor Juskin, quiero darle las gracias de corazón a usted y a todos los otros.

¡Espero de verdad que esta vez esta carta no me sea devuelta! Espero que el Harbour Light sea popular

en la ciudad ¡y que lo haga ganar un montón de dinero! ¡Espero que no se convierta en un alcohólico! Y

entonces (mientras estoy en ello) ¡Espero convertirme en una buenísima enfermera!

Candy

***

Carta de Georges Villers


Al saberla bien y con buena salud, el señor William se ha tranquilizado mucho.

Le aseguro que el señor ha recibido todas las cartas que le ha enviado.

En relación con su deseo de entrar en la Escuela de Enfermería Mary Jane, su propuesta ha sido aprobada.

El señor William está dispuesto a asumir todos los gastos, pero ante todo quiere respetar su disposición.

Pase lo que pase, recuerde que siempre será parte de la familia Ardlay.

Espero que honre este nombre y ponga todo de su parte.

Georges Villers

***

Nota: en la carta al Sr. Niven, claramente, ya ha comenzado la primavera (mediados de marzo de 1914) y Candy está lista para dejar el Hogar de Pony esa misma tarde

Para el comandante Édgar Niven


Estimado señor Niven:

Espero que esté bien. Esta mañana he ido a dar un paseo por el bosque con los niños del Hogar de Pony y recolecté con ellos las primeras nomeolvides. Por la tarde voy a dejar este lugar para entrar en la Escuela para Enfermeras de Mary Jane. La directora, Mary Jane, es una amiga de la señorita Pony, la mujer que me crió, y que es para mí como una madre. La institución es anexa al Hospital San José, y se me permitirá trabajar mientras estudio. De esta manera, se puede evitar el pago de los gastos por los estudios ¿No le parece un truco maravilloso? ¡Mi nave está a punto de zarpar! ¡Me esforzaré al máximo!

Mientras le escribo, tengo delante de mí un vaso en el que he puesto las nomeolvides. Su color me recuerda la tonalidad que tenía el mar ese día cuando me dijo: "Mientras navegamos, lo único que podemos ver es el mar. Imagino que tú lo encuentras bastante aburrido."

Aquella vez, yo negué con la cabeza, y le dije que no era así, porque cada vez el agua me mostraba un color diferente. Al oír mi respuesta, usted asintió muchas veces. Ahora tengo la impresión de que el mar, con sus diferentes matices, se asemeja al imperceptible paso del tiempo. Parece que nada cambia, pero algo, sin duda alguna, cambia. Comandante Niven, quien sabe qué mar estará viendo en este momento.

Cada vez que recibo una carta desde los diversos puertos donde atraca, me parece ser transportada allí.

¡En el mundo hay más países de los que nunca había imaginado!

Los niños del Hogar de Pony nunca han salido siquiera de nuestro pueblo, y tengo la impresión de que piensan que en el mundo solo existen los EE.UU. Por eso sus cartas son para ellos un gran material de estudio. ¡Obviamente, esto también vale para mí!

Durante nuestro viaje, aprendí muchas cosas. No sólo usted me perdonó por lo que hice, sino que incluso me ofreció su ayuda, y nunca me cansaré de expresarle mi agradecimiento.

Cookie me dijo que usted tiene una hija más o menos de mi misma edad y que usted se preocupa por el dolor que le causan sus numerosos viajes por el mar. Cuando supe que me veía un poco como su hija, no se puede imaginar lo que me alegré. Yo también sentía como si usted fuera mi padre. Sería bueno si el tío abuelo William, el hombre que me adoptó, se le pareciese (aunque ciertamente usted es mucho más joven)

A veces me acuerdo de sus palabras y me doy valor, "Sabes Candy, el mar no siempre está en calma. Es como la vida: hay momentos de paz y momentos turbulentos. Pero cualesquiera que sean las circunstancias, el barco ha de tratar con todas sus fuerzas de controlar las olas y seguir recto en su camino".

Yo estoy a punto de afrontar una nueva etapa de mi vida y al igual que un barco, no importa qué terribles tormentas me encuentre en mi ruta: quiero recorrer mi camino esforzándome con todas mis fuerzas por soportar las olas.

Le escribo mi nueva dirección. ¡Tengo curiosidad por saber desde dónde vendrá su próxima postal!

Ah, cuando vuelva a Inglaterra ¿podría pasarse por un bar que se encuentra en la zona del puerto y que se llama Harbour Light? El local corre a cargo del señor Juskin, el hombre que me ayudó a esconderme en la bodega, entre las cajas de latas (en otras palabras, es la persona que me permitió embarcarme clandestinamente). Cuando lo conozca, estoy segura de que estará sorprendido y contento.

Le envío también una nomeolvides. Siempre rezo para que sus viajes en el mar sean serenos.

Candy

***

Carta de Cookie


Para la señorita Candice White Ardlay:

Candy, ¿de verdad tienes un nombre tan largo? ¡Me cansé solo con escribirlo! ¡En realidad, yo me llamo Cricket Dix! ¿Y qué? ¿Has visto cuántas letras? ¡A ver quién gana!

Sabes Candy, yo quería expresarte mis mejores deseos. ¡Tu viaje para convertirte en enfermera ha empezado finalmente!

Durante todo este tiempo estuvimos navegando al sur, así que leí todas tus cartas de golpe.

Gracias al comandante Niven he empezado a trabajar en un barco, ¡pero no tienes idea de cuánto me está encima! "Cookie, si te quieres convertir en un comandante, debes estudiar cómo se debe." Lo imito bien, ¿verdad? ¡Maldita sea, se me olvidó que esta es una carta! ¡Es por esto que odio escribir!

En resumen, el comandante me repite siempre que ahorre dinero para la escuela. Y también añadió, que si me esfuerzo, se encargará de echarme una mano. ¡Yo pondré todo de mi parte! ¡He dicho que me convertiré en un capitán y eso es lo que haré! También mi padre lo solía siempre decir, ¡así que estoy decidido a hacer lo mejor que pueda!

Candy, ¡esfuérzate tú también! Seguramente, aunque te conviertas en enfermera, no creo que te dejara ponerme una inyección. Estaría aterrado ¡Siempre tienes la cabeza en las nubes! No obstante, estoy seguro de que serás muy buena cuidando a los enfermos. El comandante dijo que cuando me lanzaron al mar, los cuidados que me diste fueron muy meticulosos.

Por supuesto todavía tengo conmigo la cinta que me diste a cambio de mi sombrero. Cuando tuvimos que despedirnos, los intercambiamos para alentarnos el uno al otro, ¿lo recuerdas? Por favor, no lo cedas a

ninguno de tus pequeños secuaces, ¡aún si te ofrecen increíbles sumas de dinero! Y en cualquier caso no deberías haber dicho que costaba cincuenta centavos, ¡mira que tuve que desembolsar una buena cantidad de dinero para comprarlo!

Querida Candy, no me gustan mucho las cartas y no escribo casi nunca, pero me gusta mucho recibirlas.

¡Mándame cuantas quieras!

¡En tres días volveremos de nuevo al mar!

Imagínate, he crecido de repente veinte centímetros (tienes envidia ¿verdad?)

Cricket Dix, alias Cookie.

***

Queridos Sam, Jeff y Susie


¡Gracias por vuestra carta llena de buenas noticias! Me sentí tan contenta que casi me puse a llorar.

¡Felicitaciones por vuestra nueva madre! Me escribieron que su nombre es Victoria, ¡Qué nombre maravilloso!

¡Creo que incluso un hombre como vuestro padre puede tener siempre una sonrisa en su rostro!

Imaginándome la escena, también yo estallo en risas.

Observando el dibujo en el que Susie ha retratado a la mama Victoria, se entiende que es una persona amable. Y naturalmente, lo mismo se puede deducir de la carta de Jeff.

Jeff, Susie, vuestras manos son aún tan pequeñas, pero ustedes siempre han ayudado a papá y a Sam a lavar la ropa y cortar la leña. Han sido verdaderamente geniales.

Susie, ¿recuerdas lo que decíamos? Tu mama no está muerta, solo se ha ido al otro lado del Monte Rodney. Seguramente allá, tu mamá y la mamá Victoria han hablado: "Te confío a mis queridos hijos, Sam, Jeff y Susie" Estoy segura de que tu madre le dijo exactamente estas palabras.

Sam, lo has hecho muy bien al ocuparte hasta hoy de tantas cosas. Espero que ahora empezarás a dedicar tiempo para ti mismo también. En este momento, yo estoy estudiando para convertirme, un día, en una buena enfermera. Hoy me espera un turno de prácticas nocturnas. Será mejor que vaya partiendo.

Les escribiré con más calma. ¡Salúdenme a su padre y a la señora Victoria!

Con un poco de prisa:

Vuestra Candy

***

Para Terry (primera carta no enviada registrada en el CCFS)


Querido Terry…

Continúo sin saber a dónde dirigir mis cartas y, por mucho que intente escribirlas, todas estas palabras se quedan en mis manos.

Oh, Terry… Volví a América casi queriendo perseguirte, pero el tiempo sigue pasando. Cómo me gustaría hacerlo retroceder Si sólo hubiese conseguido llegar al puerto antes de tu partida Y si sólo hubiese estado en el Hogar de Pony cuando fuiste a visitarlo.

Recuerdo la vez que me dijiste que te gustaría, algún día, ver el lugar donde crecí. Del mismo modo, recuerdo tu sonrisa.

Gracias por tu visita Sé que estuviste durante poco tiempo, pero las directoras me contaron que fuiste a ver la gran encina a la que me subía siempre, el manzano donde aprendí a tirar el lazo y mi Colina de Pony. Esos árboles que tú tal vez has tocado y la colina en la que te detuviste, ahora son incluso más valiosos para mí.

Sabes Terry, me he inscrito en una escuela de enfermería, y mis días están siempre muy ocupados.

Imagino que, también tú, en alguna parte de América, continúas recorriendo tu camino.

Cuando podamos volver a vernos, y sé con certeza que sucederá, te diré algo y lo haré con orgullo.

Hasta ese momento, te prometo que viviré mi vida con valentía.

Tarzán pecosa

***

Nota: Esta carta de Archie nos sitúa en una fecha que indica el final del año escolar, pues nos estamos acercando al verano de 1914 (junio) y también marca los pocos días que preceden a la Gran Guerra.

De Archie


Querida Candy:

Hoy tengo la intención de enviarte esta carta, adelantándome a la vez a mi hermano. En realidad, siempre he encontrado de pésimo gusto el escribir en nombre de ambos.

¡Qué sorpresa saber que has decidido trabajar y estudiar en una escuela de enfermería! Para serte sincero, ¡desde que te conozco nunca se acaban las sorpresas!

Tal vez Annie ya te ha escrito, pero también nosotros estamos a punto de volver a América. En Europa soplan vientos de guerra, aunque espero que mis malos presentimientos estén equivocados.

Me gustaría contarte tantas cosas, pero no consigo escribir más.

En cualquier caso, antes de regresar a nuestra residencia en Chicago, tengo la intención de ir a verte.

Archie

***

De Stair para Candy


Queridísima Candy:

¿Así que Archie ya ha echado a perder la sorpresa de nuestro regreso a América?

Cuando le propuse, de manera muy correcta, que te escribiéramos una carta juntos, me dijo como si nada que ¡ya lo había hecho! ¡Y pensar que yo había planeado una entrada triunfal para dejarte con la boca abierta!

Pero dejémoslo estar. ¡Cuanto deseo verte de nuevo!

Londres está envuelto en una atmósfera de tensión, pero creo que se puede decir lo mismo de los otros países. La familia Ardlay ha intuido inmediatamente el peligro y nos ha ordenado volver a casa. Pero, si te soy sincero, ¡Archie y yo no podríamos estar más entusiasmados! ¡Hurra! ¡No soportábamos más todas estas reglas!

Y además no hay nada que hacer, la escuela sin ti es realmente triste y sombría ¿También Archie te ha escrito lo mismo? Sin tener en cuenta que Londres no es que me guste mucho. Esperaba, de hecho, asistir a la Universidad en América.

Naturalmente también Annie regresará a Chicago, y creo que Patty nos seguirá. Simplemente no puede

vivir sin mí Por supuesto estoy bromeando, pero esto permite que te hagas una idea de cuan grave es la situación mundial.

Los padres de Patty mantienen relaciones con el mundo de la política y el periodismo, y probablemente están muy bien informados sobre lo que está sucediendo. Patty parece un poco preocupada por partir hacia América dejando aquí, en Inglaterra, a sus padres, pero en Chicago estaremos yo, Annie y también tú. Seguro que esto le dará valor.

Sabes, Candy, no hago más que pensar en cómo crear un virus de la paz, para esparcirlo en el cielo, de modo que respirándolo la gente deje de sentir todo este deseo de combatir.

En realidad, no: en este momento, sobre todo, cuento los días para que llegue el fin de nuestra vida escolar y me mantengo firme pensando en el momento en que te volveré a ver, vestida esta vez de enfermera.

El día de nuestro regreso es un secreto. Archie al menos se ha guardado esta información para sí en el fondo no es tan malo como hermano menor.

Stair

P.D.

Lo siento, pero todavía no he conseguido obtener información sobre el señor Albert y su vida en África.

Espero averiguar algo antes de mi regreso.

***

Carta para la directora Hermana Gray


Estimada Hermana Gray:

Espero que se encuentre bien. A veces me parece escuchar con añoranza el sonido de la campana del Instituto San Pablo.

Querida directora, sé que he sido una pésima estudiante y que solo le causé problemas. Por esto nunca hubiera esperado que les hubiese encargado a los hermanos Cornwell, al regresar a América, que me trajeran una Biblia de su parte. Estoy de veras conmovida y le estoy profundamente agradecida.

Quiero que sepa que el hábito de rezar antes de ir a dormir y la práctica de reflexionar sobre los propios errores, ambos aprendidos durante mi estancia en la escuela, forman ahora parte de mí.

Cuidaré de la Biblia que me ha regalado y ruego que, cualquiera que sea el futuro que nos espera, Dios la proteja a usted y al Instituto.

Candice White Ardlay

***

Para la directora Mary Jane


Querida Directora:

Le estoy agradecida (¡y lo digo con sinceridad!) por todos los reproches que recibo de usted todos los días. Todavía no he encontrado un momento para hablarle, por lo que me veo obligada a escribirle una carta.

Cuando me gritó que tomara vacaciones, tuve miedo, convencida de que me había despedido. Sin embargo, una vez de regreso al Hogar de Pony me di cuenta de lo buena que ha sido conmigo. Soy realmente una muchacha torpe, que siempre llega a conclusiones precipitadas ¿no es verdad?

Un solo día (¡y no es una queja, créame!) al lado de la Señorita Pony y la Hermana Lane me ha permitido recuperar el aliento.

La idea de que usted y la Señorita Pony sean amigas de la infancia me llena de alegría. Me ha contado tantas historias de cuando eran pequeñas: he sabido que era tan delgada que parecía ser transparente, que era ágil y veloz en las carreras y que cuando era descubierta haciendo travesuras se escondía completamente tras la espalda de la Señorita Pony (¿quién se hubiera imaginado que la Señorita Pony era una mocosa respetable?). Todo esto me ha ayudado para sentirla más cercana, directora Mary Jane.

Sé que ya sabe la razón por la cual estaba tan unida al señor William McGregor. Es como le ha contado la Señorita Pony: nunca he tenido la oportunidad de conocer al señor William A. Ardlay, el riquísimo caballero que fue tan amable de adoptarme y que, además de salvarme, siempre se ha mostrado tan magnánimo como para perdonar todos mis defectos.

Los rumores sobre él siempre lo han descrito como un hombre excéntrico, obstinado y caprichoso. ¿No le parece que ésta descripción coincide perfectamente con la del señor McGregor? Incluso su edad también podría coincidir Sé que el tío abuelo es un hombre muy anciano, por eso he sentido siempre dentro de mí el ansia de tener que apresurarme a conocerlo, antes de que sea demasiado tarde.

Si estaba convencida de que el señor McGregor era el tío abuelo William bueno, ¡es debido a mi forma de ser precipitada! Sin embargo, incluso cuando me di cuenta de la verdad, continué sintiendo por él el afecto que se podría albergar por un pariente.

Su expresión gruñona parecía la de un hombre que acumulaba en sí todas las penas de la vida, pero cuando hablaba de su Mina, su rostro se volvía radiante, transformándolo en un abuelito encantador.

Apuesto que ni siquiera usted se habría imaginado nunca que esta famosa Mina, capaz de hacerle perder la cabeza al señor McGregor, ¡era un enorme perro!

Estaba tan feliz de que nuestro paciente estuviera mostrando señales de mejoría y por el contrario ha muerto, así de repente

Yo sé, usted tendía razón cuando me regañó diciendo: "Desde luego, el señor McGregor no ha entrado al hospital para divertirse ¡Tenía una enfermedad incurable!"

Del mismo modo, también todas las otras afirmaciones respondían a la verdad: "si una enfermera tuviera que abatirse por cada paciente que muera, no sería capaz de trabajar" "¡Quien tiene el derecho a llorar

es solo el enfermo!". Y ahora: "¡Trata de controlarte! ¡De un hospital se sale curado o muerto, no hay alternativa!"

Me parece todavía escuchar en los oídos sus duras palabras. Su voz, sin embargo, no suena aterradora, pero resuena en mi corazón como para motivarlo.

Una persona muy importante se ha ido ante mis ojos. Me sonrió hasta un momento antes, pero cuando me di cuenta ya me había dejado. Las personas pueden morir así, en un instante. Sé que ésta es la realidad, pero todavía no consigo aceptarlo. Sin embargo, ahora mi corazón está sereno.

La Señorita Pony me ha dicho: "Sin distinción, El Señor pone la muerte al final de nuestro camino". El señor McGregor ha vivido toda la vida que le estaba destinada. Y es así para todo el mundo, ¿no es verdad?

Será difícil pero creo haber encontrado la fuerza para afrontar con valor las varias formas en como la muerte se presentará en mi camino. No me olvidaré de ninguna de sus reprimendas, querida directora.

"Lo que sea que depare el futuro, ¡lo importante es que hay personas capaces de curar el cuerpo y el alma!, ¡La humanidad no tiene fronteras!"

Las palabras con las que nos animó están grabadas en mi corazón.

Si tuviera que enviarme al hospital Santa Juana de Chicago, me esforzaré al máximo para aprender las técnicas quirúrgicas, de manera que sea útil para los pacientes, ¡y para convertirme pronto en una verdadera enfermera!

¡Le prometo que un día seré una alumna de la cual pueda estar orgullosa!

De su torpe Candy

P.D. ¡Le juro que no tuve nada que ver con el hecho de que los niños la hayan llamado "gallina desplumada"!

***

Carta de Annie


¿Cómo estás? ¿Siempre estás muy ocupada?

Esperaba que al regresar a Chicago tendría la ocasión de verte más a menudo, y en cambio como sé lo ocupados que son tus días he decidido escribirte.

Archie insiste en que no es necesario comunicarte esta noticia y que muy bien puedo esperar hasta que nos encontremos cara a cara, pero ni siquiera sé cuándo sucederá y quería que tú lo supieras lo más pronto posible.

Te envío también un recorte de periódico. Ji, ji pero, quizás ya estás enterada de todo, ¿verdad?

¡Oh, Candy, incluso yo misma me siento tan feliz!

¡Un nuevo gran talento!

Una nueva estrella brilla en el escenario: ¡Terence Graham!

Una elección sin precedentes para interpretar al rey de Francia, en el Rey Lear,

¡Puesta en escena por la compañía teatral Stratford!

Annie

***

Nota: Patty manda la siguiente carta cuando ya Inglaterra entró en la Gran Guerra, es decir, poco después del 4 de agosto de 1914.

De Patty − Para mi querida Candy


Querida Candy:

¿Cómo estás? Por fin se ha fijado el día de mi partida para Chicago.

Casi nunca he vivido con mis padres, pero ahora que debo ir sola a un país extranjero, estamos todos un poco melancólicos.

También Inglaterra ha entrado en guerra y una parte de mí cree que sería más acertado quedarse Pero mi familia no está de acuerdo.

Stair está preocupado y me invita a reunirme con él pronto y a mí también me gustaría estar cerca de él.

¡Y sobre todo, tú estás en Chicago! Cuando lo supe, ¡todo se tiñó de repente de rosa! ¡Oh, Candy, no veo la hora de volver a verte y contarte tantas cosas!

Quiero también hablarte sobre una cosa que me ha escrito Stair. ¿Es verdad que en el hospital en que trabajas ha sido ingresado el señor Albert? He sabido que ha perdido la memoria.

También aquí ha llegado la noticia del tren que estalló por los aires en Italia. ¿Quién se habría imaginado nunca que nuestro amigo viajaba justo en aquellos vagones? Estábamos todos tan convencidos de que estaba en África ¡Y además no puedo creer que hayan sospechado que una persona bondadosa como él haya sido el presunto culpable de la explosión!

También me han dicho que en Italia ha deambulado por diversos hospitales de campaña y centros de acogida para refugiados. No puedo evitar creer que ha sido el Señor quien ha dirigido sus pasos hasta ti.

Estoy contenta porque se haya determinado que las sospechas sobre él carecían de fundamento, pero sé también que todavía no ha recuperado la memoria. También Stair está muy preocupado por su condición.

La guerra es realmente algo aterrador. Rompe los lazos que unen a las personas e inflige al corazón profundas heridas. Me imagino que tú estás todavía más en shock que yo. ¡De ahora en adelante, nos esforzaremos todos por hacer regresar la memoria al señor Albert!

Te vuelvo a agradecer el que te hayas preocupado incluso por mi tortuguita Hughley. Hubiera querido llevarla conmigo, pero al final he decidido confiarla al cuidado del zoológico Blue River.

Contaré con ansia los días que faltan para que volvamos a abrazarnos, y espero que la guerra termine pronto.

Con mucho afecto:

Tu amiga Patty

***

Para el Doctor Frank Campbell del Hospital San José


Estimado Doctor Frank:

¡Mil gracias por su carta y por el volumen de Introducción de Textos de Medicina que me ha enviado para felicitarme!

Creo que estaba muy sorprendido por verme alcanzar uno de los primeros puestos en el examen de enfermería, ¡pero cuando me esfuerzo me llevo a casa grandes resultados! Pues sí ¡Me concentraré al máximo para estudiar bien el libro que me ha regalado!

Por una carta de la Hermana Lane también he sabido que ha sido tan amable de pasar por el Hogar de Pony durante su viaje de trabajo. ¡Eso también se lo agradezco mucho!

Así que estaba preocupado por Mina, la perra que el señor McGregor amaba ¡casi como una hija! Desde que fue dejada al cuidado del Hogar de Pony ha engordado un poco, ¿lo ha notado?

Una enfermera de primera clase (que sería yo) les ha recomendado no darle demasiada comida, con el fin de salvaguardar su salud, y en su lugar al parecer la Señorita Pony, no puede resistirse cuando Mina hace una pose para pedir algo de comer. Y pensar que es tan severa con los niños (¡y en particular lo era conmigo!)

En esta ocasión, sin embargo, le escribo para hacerle una consulta. ¿Alguna vez ha tratado a un paciente que sufra de amnesia?

Una persona a la que le debo prácticamente la vida ha perdido de repente la memoria y ha sido hospitalizado en el Santa Juana. Deseo de veras que se cure, y estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para que esto ocurra.

Por favor, deme una opinión al respecto.

Su excelente enfermera principiante,

Candy

P.D. Doctor Frank, la persona sobre la que le he escrito se encuentra ahora en la habitación número cero del hospital. Allí ciertamente no puede recibir la atención adecuada, ya que, como usted seguramente sabe, en esa sección son abandonados los pacientes sin familia, ni vínculos. Estoy triste y enojada por mi impotencia.

Nota: La carta al Dr. Campbell es la última correspondiente al año de 1914. Pese a que en la carta de Patty se habla de un ataque a un tren en Italia, este país aún no entra en guerra, por lo que dicho ataque se puede considerar como terrorista.

***

Nota: 1915 es el año en el que Candy y Terry se comunican por cartas, siendo algunas de ellas, robadas por Susana Marlow. También es un año sombrío para Candy porque es cuando su querido amigo, Stear, se marcha a la guerra pero, más doloroso que eso, se separa de su gran amor, Terry. A finales de dicho año y tras la separación de la pareja, Susana le envía la siguiente carta a Candy:

Para la señorita Candice White Ardlay


Estimada Candice:

Espero que hayas regresado sana y salva a Chicago.

Te pido me perdones por haberte echado sumida en tal estado de ánimo. Sabía lo que había en el corazón de Terence, pero aun siendo consciente de ello, no podía aceptar el perderlo.

Recuerdo que nos encontramos también en Chicago, con motivo de una función benéfica. Tú te presentaste una noche en el hotel preguntando por él. No pude soportar tus ojos brillantes, ni el hecho de que él no hacía más que pensar en ti. Hubiera hecho cualquier cosa para que te olvidara. Comparado con perderlo, el haber perdido el uso de las piernas no significa nada para mí.

Lo siento. Desde que empecé a amar a Terry, me convertí en una chica cada vez más malvada.

Desde que era pequeña mi sueño fue actuar y para lograrlo he renunciado a muchas cosas. Aun así, ahora mi único deseo es el poder estar con Terry y no alejarme nunca de él. Se bien qué tan egoísta es este comportamiento.

Aquella noche no pude parar de disculparme y de llorar, pero él me dijo estas palabras: "Me quedaré contigo para siempre". Las pronunció mientras observaba la nieve a través de la ventana. Su voz era un susurro, pero al mismo tiempo era extremadamente clara. Sentí que su alma se marchaba contigo, pero a pesar de todo, me aferré a esas palabras.

¿Cómo puedo pagar tanta amabilidad? Todo lo que puedo hacer es disculparme contigo, de corazón y continuar amándolo por las dos. Él es mi vida.

Candice, te estoy infinitamente agradecida por haberme devuelto la vida y la esperanza en el mañana.

Ruego porque tú también puedas alcanzar la felicidad.

Susanna Marlowe

***

Las siguientes cartas abarcan desde 1916, año en el que murió Stear; pasan por 1917, que es cuando Estados Unidos se une a la guerra, y terminan en 1918, período en el que se da fin al conflicto belicoso.

Durante estos años, Candy llega a descubrir que Albert es el tío abuelo William (pero aún no sabe que también es el príncipe de la colina), se gradúa de enfermera quirúrgica y es despedida del Santa Juana por vivir con Albert. Poco después, él es atropellado por un autómovil y dicho incidente lo lleva a conocer al doctor Martin, quien con métodos poco convencionales, se hizo cargo de la recuperación de Albert pero no fue hasta que él se desmayó mientras trabajaba como lavaplatos que recuperó la memoria (esto lo menciona en las cartas del epílogo). Como Candy quedó sin empleo, Albert construye la Clínica Feliz cerca del Hogar de Pony, para que ella trabaje para el doctor.

También, es llevado a cabo el funeral de Stear, evento al que Candy no es invitada pero sí pudo asistir a su conmemoración, celebrada al finalizar la guerra.

Terry, por su parte, ha salido de Rockstown y ahora tiene ante él un nuevo futuro brillante como actor.

***

  1. Querida Candy, de Archibald Cornwell
  2. Para la señorita Candice White Ardlay, de Rolf Baughmann
  3. Mi queridísima Candy, de Patty
  4. Querida Candy, de Annie
  5. Querida Candy, de Archie
  6. Para el doctor Martin
  7. Para el señor Vincent Brown
  8. Para el doctor Donald Martin
  9. Para la portera de la casa Magnolia, Gloria Bandog
  10. Para la señorita Eleanor Baker
  11. Para Frannie Hamilton
  12. Para Terence Graham
  13. Para la tía abuela Elroy

***

De Archibald Cornwell para Candy


Querida Candy:

Estoy realmente muy feliz por recibir tu carta. En estos momentos solo hay una persona con la que puedo hablar libremente de mi hermano, y esa eres tú.

¡Cómo me gustaría gritarle con todas mis fuerzas que ha sido un estúpido! Seguro que eres la única capaz de entender el significado de mi reproche.

Nuestros padres están desesperados, y no hacen más que lamentarse por la muerte de Alistair. No hacen más que repetir que él debería haber vivido con nosotros durante muchos, muchos años. Incluso la tía abuela Elroy parece que no ha tocado bocado durante días.

¿Cómo nos ha podido Stair hacer esto a todos nosotros? Y luego, ¿qué le puedo decir a Patty? Si le importaba tanto ella, nunca debería haber partido para la guerra. ¿No había venido a Chicago justo para escapar del conflicto?

Nos separaban solo dos años de edad, y yo siempre he estado convencido de saber todo sobre mi único hermano, pero ahora descubro que no lo conocía en lo absoluto. Cuando intentaba hablarme de la guerra, yo no le prestaba atención, pero ahora sé que debí haberlo escuchado.

Desde pequeño él no soportaba las peleas. Anthony era sin duda un tipo apacible, pero con él, que tenía mi misma edad, me la pasaba peleando, algo que no ocurría con Stair. Ahora entiendo qué tontos fuimos yo y Anthony al creer que éramos los únicos herederos del entusiasmo que caracteriza a los Ardlay.

Considerábamos a Stair un tipo demasiado tranquilo, pero probablemente él era la persona más pura y capaz de grandes arrebatos de todos nosotros.

Pero, ¿por qué se alistó voluntariamente? Los Estados Unidos no han entrado en guerra todavía.

¿Sabes Candy?, gracias a tu carta creo haber comprendido algo más acerca de él. Probablemente, no podía quedarse aquí, entre comodidades, mientras que en el mundo tantos jóvenes como él estaban combatiendo. Tal como dijiste, de verdad creía que podía esparcir en el cielo una especie de "virus de la paz".

Sin embargo así salieron las cosas, me he quedado solo.

Anthony había perdido a su madre de pequeño, y pasábamos mucho tiempo juntos. Los tres crecimos uno al lado del otro, jugando y comportándonos como buenos hermanos.

Stair fue un hermano mayor ejemplar y definitivamente, aunque no hubiéramos estado emparentados, yo lo habría querido como amigo.

He perdido al mismo tiempo a un hermano y a un amigo.

Oh, Candy, cómo echo de menos Lakewood, el lugar en donde nos encontramos. La vida de Anthony y Stair era tan luminosa en aquel tiempo. Y lo mismo podría decirse de la mía.

Tu señorita Pony tiene razón: debemos continuar viviendo siguiendo un camino lleno de vueltas. Esto no significa que al final de todo, no haya sitio para la esperanza.

Stair sin lugar a dudas no se arrepentía. Si tú lo dices, lo creeré yo también.

No tengo todavía claras todas mis ideas, pero estoy empezando a entender lo que quiero hacer con mi vida. De ahora en adelante me concentraré seriamente en los estudios: como miembro de la familia

Ardlay tengo trabajo que me espera. Haré lo que pueda, también por Anthony y por Stair.

Annie viene todos los días a verme porque está preocupada por mí. No me obliga a hablarle de ninguna cosa en particular, pero se queda a mi lado con delicadeza. Si debo ser sincero, aprecio de veras su preocupación.

Candy, te encomiendo a Patty. Cuando la guerra termine nos encontraremos todos en Lakewood ¡para conmemorar a Stair!

También tú, ¡deja de preocuparte por mí y piensa más en ti! Sabes, te he visto un poco más delgada (¿no te alegras?).

Procura cuidarte siempre ¿vale?

Archibald Cornwell

***

Para la señorita Candice White Ardlay


Estimada señorita Candice:

Me encuentro en un territorio de guerra y temo el haber recibido su carta con cierto atraso. Solo puedo esperar que mi respuesta llegue finalmente a usted, confiando en la misericordia de Dios.

Para serle sincero, hablar de Alistair Cornwell es para mí algo muy doloroso. Él era un valioso y excelente recluta. Incluso en el ejército todos lo llamábamos Stair, utilizando su apodo, e imagino que no le resultará difícil creer que todos lo queríamos mucho. Su sonrisa tan luminosa y pura trajo sin duda, en esta situación tan claustrofóbica, gran consuelo a muchos de sus compañeros, incluido yo.

Se hacía llamar un gran inventor, la mayoría de las veces sus creaciones se transformaron en fuente de hilaridad. Para darle algunos ejemplos, una vez diseñó un dispositivo para hacer salir agua de la trompeta que se tocaba para despertar a los soldados, mientras que en otra ocasión, durante los ejercicios de vuelo, logró trazar en el cielo un arco iris.

Sin embargo, su habilidad para el vuelo y la reparación del avión era grande, tanto como para hacerme preguntar, desde el fondo de mi corazón, dónde había adquirido todos estos conocimientos. Lo único que lamento es no haberlo elogiado una vez más. Probablemente, Alistair Cornwell era un hombre muy alejado de la realidad de la guerra.

Antes de leer su carta, no sabía que tenía una novia, y que esta llevara gafas. Ahora, sin embargo, entiendo por qué sobre su avión había dibujado precisamente unas gafas. Stair se fue junto con su amada, desapareciendo en la puesta de sol.

Especialmente ahora que nos ha dejado, me imagino que es difícil entender los sentimientos que empujan a uno a llegar voluntariamente a los campos de batalla para encontrarse cara a cara con la muerte, pero hay cosas ante las cuales un hombre no puede echarse atrás.

Yo creo que combatir era para él como una plegaria. De acuerdo a las noticias recibidas, su avión fue abatido después de una dura batalla aérea. Parece que no le faltaron oportunidades para atacar al enemigo, pero Alistair Cornwell decidió inmolarse.

La guerra es algo despiadado e inhumano. Seguramente él era consciente de ello.

Me dijeron que su avión, más que precipitarse, casi se sumergió con ímpetu en el sol. Quiero que sepa que ese día el cielo al atardecer se iluminó con una luz intensa, maravillosa y dulce, como nunca lo había visto desde mi llegada a Francia.

Animado con la esperanza de que esta guerra termine pronto, continuaré concentrando mis fuerzas en favor de los países aliados.

Ruego porque un día el alma de Alistair Cornwell encuentre la paz y que su familia pueda encontrar la serenidad.

Rolf Baughmann

***

De Patty para Candy


Mi queridísima Candy:

¡Gracias! ¡Miles de veces Gracias! ¡Gracias!

Fui a la residencia de los Cornwell y Archie me hizo leer la carta del Capitán Baughmann. La he leído y releído, pero cada vez las lágrimas me nublaban la vista, impidiéndome continuar. Tuve que sonarme la nariz, me entraron ganas de llorar e incluso de reír Archie me ha tomado el pelo, diciéndome que tenía mucho que hacer.

La madre de Stair ni se separa de esa carta, por lo que Archie me ha dado una copia. Eso me hizo llorar de nuevo.

Candy, ¿sabías que la escritura de Stair se parece a la de Archie? Por otro lado son hermanos.

No debes preocuparte más por mí. Desde cuando entre lágrimas y me abofeteaste, mi estado de ánimo parece haberse calmado un poco. ¡La verdad es que pegas fuerte! Me lastimaste.

En aquel momento pensaba realmente en seguir a Stair en su muerte. Él se alistó sin decirle nada a nadie. De haberlo sabido, lo habría retenido con todas mis fuerzas, pero ni siquiera me dijo nada a mí.

Estaba tan convencida de que él no me había amado y me sentía tan triste y afligida. ¡Yo lo amo! Estaba realmente enamorada de él y lo consideraba mi novio y después perdí toda la fe que albergaba en torno al sentimiento que nos unía, y no pude soportarlo.

Sin embargo, la carta del capitán acabó con todas mis dudas. He comprendido que, aun estando vivos, hay ocasiones en que nos vemos obligados a separarnos pero tal vez tú sabes esto mejor que yo él está muerto y yo debo vivir con ello. No lo olvidaré nunca, pero por desgracia no nos encontraremos nunca más

Qué fuerte que eres, Candy. Tomaré ejemplo de ti y me haré acopio de valor.

Imagino que también en la Clínica Feliz, tu nuevo puesto de trabajo, te esperan días muy ocupados. Pero ¿estas segura de que el doctor Martin es bueno? Me pregunto si realmente el señor Albert conseguirá mejorarse en manos de ese médico que parece un alcohólico y que no hace más que jugar con los anillos mágicos. Y además, ¿tú estás ganando al menos un salario digno de ser llamado tal?

Yo y Annie no dejamos de preocuparnos por ti. Nuestra amiga parece un poco contrariada y dice que, al menos en esta ocasión, deberías valerte de la ayuda de la familia Ardlay.

Querida Candy, al parecer también América está a punto de entrar en la guerra.

La próxima semana mi madre vendrá a Chicago. Debe recopilar material para el trabajo, pero tal vez ella y papá se establezcan aquí. Con toda probabilidad, dejaré la casa de los Winston, la familia que me ha hospedado hasta ahora, y me iré a vivir con ella.

Al señor Winston me lo presentó Stair y ellos también son parientes lejanos de los Ardlay. Hablamos siempre de él y no es fácil para mí, pero la idea de dejar esa casa tan acogedora y elegante me pone un poco triste.

En breve, un día que tengas de descanso, a mí y Annie nos gustaría preparar un pastel de pollo e ir a verte a la Casa de la Magnolia. La otra vez el señor Albert lo agradeció mucho.

Se me olvidaba, le pregunté a mi madre si podía ir al zoológico Blue River y traerme fotografías de Hughley. Tal vez al verlas el señor Albert podría recordar algo.

Espero abrazarte pronto.

Con toda mi amistad:

Patty

***

Carta de Annie para Candy

Querida Candy:

El cielo tiene un color plomizo, como si fuera a empezar a llover de un momento a otro.

Siempre he odiado este tipo de día. Me hace sentir con algo de ansiedad. En días como estos, cuando vivíamos en el Hogar de Pony, tú siempre te comportabas como una hermana mayor, y me leías alegres libros ilustrados.

El otro día Patty y yo te llevamos el pastel de pollo que habíamos preparado, pero tú ni siquiera pudiste terminarlo, y eso me ha alarmado. Me felicitaste tanto porque el sabor del pastel de pollo cada vez se parece más al de la receta de la Señorita Pony normalmente tu siempre te comes mi parte, y en cambio, Patty y yo sabemos que tus preocupaciones no se limitan al señor Albert.

La muerte de Stair no hay palabras para describir lo que significa para nosotros. No tuve muchas oportunidades de hablar con él, pero a través del vínculo que tengo con Archie siempre lo sentí como alguien cercano. También sé que nos estuvo apoyando todo el tiempo.

Cuando pienso en Patty, no sé verdaderamente qué hacer. Me basta imaginarme el estar en su lugar y perder a Archie para entender su dolor. Ella está haciendo todo lo posible por salir adelante, y realmente yo la admiro mucho.

Así que hoy he decidido escribirte, pero no es para hablarte de ella. Yo estoy extremadamente preocupada por ti.

Sé que no quieres que te pregunte nada, por eso me abstengo de hacerlo, pero yo puedo entender lo que sientes, Candy. Yo sé cuánto te ha costado tener que separarte de Terry.

Para mi es terrible tan solo recordar tu imagen en aquel día de nieve. Regresaste de Nueva York a toda prisa, hecha pedazos No fue por culpa de la gripe que hubieras llegado con una fiebre tan alta, ¿verdad?

Partiste tan feliz por reunirte con Terry, y cuando regresaste me dijiste con calma que habías regresado antes de tiempo, porque se habían presentado varias circunstancias, y que habías decidido no verlo nunca más. Sin embargo yo percibí el enorme esfuerzo que hiciste para pronunciar aquellas palabras, y me sentí realmente triste por ti.

A mí me abandonaron junto contigo y crecimos juntas, Candy. Creo que puedo entenderte mejor que cualquier otra persona, ¡justo como tú puedes leer mi corazón!

Desde ese día, empecé a buscar información en periódicos y revistas, incluso en revistas de chismes. Así que creo poder entender más o menos cómo son las cosas.

Durante los ensayos en el escenario, una de las luces de la escena cayó al suelo, golpeando a Susana Marlowe y causándole graves lesiones que le obligarán a pasar el resto de su vida en una silla de ruedas.

Todo esto sucedió porque se lanzó sobre Terry en un intento por salvarlo… ¡Pero no creo ni una sola palabra sobre la supuesta historia entre ellos dos! Por la forma en que escriben, parece que ella se ha sacrificado en su lugar, ¡pero seguro que a ella ni se le pasó por la cabeza que corría un riesgo tan grande!

Creo que puedo imaginar cuán afligido está Terry, y se siente responsable por las heridas sufridas por esa chica. Ella tendrá de hecho que renunciar a su prometedora carrera de actriz. Realmente Terry no es ningún desconsiderado, de lo contrario nunca te habrías enamorado de él.

¡Pero yo estoy enojada, Candy! ¡Muy, muy enojada!

No puedo dejar de imaginar lo que hubiera ocurrido si en lugar de Terry hubiera sido Archie. Yo nunca renunciaría a él, incluso si estuviera de por medio Susana, ¡nunca!

Si debo ser sincera, creo que Archie está todavía enamorado de ti. No hay necesidad de que lo niegue, porque él es como un libro abierto para mí. A pesar de saber esto, sin embargo, nunca he sido capaz de renunciar a él. Sí, yo también he sido capaz de odiarte por eso. Sin embargo, siento que Archie poco a poco está empezando a fijarse en mí.

Pero tú en cambio, Candy, ¿por qué volviste de pronto y dejaste ir a Terry con tanta facilidad? Seguro que sabes lo que pasó incluso hay rumores de un compromiso, pero, sobre todo, se dice que la actuación de Terry se ha vuelto insoportable de ver. No hay más que críticas negativas sobre él.

Su interpretación está totalmente carente de energía, y parece que también la compañía de teatro, no pudiendo defenderlo más, pronto lo abandonará a su suerte. El sufrimiento de Terry ha llegado hasta este punto, y yo definitivamente no puedo perdonar a Susana quién, a pesar de todo, ¡lo mantiene atado a ella!

Tú siempre has escuchado todos mis problemas, ¿no es así? Entonces ¿por qué tú no confías en mí? Por favor, no renuncies a Terry como si nada hubiera pasado. ¡No puedo aceptarlo!

No soy buena con las palabras, pero tampoco puedo soportar quedarme quieta mirando, y por eso te he escrito esta carta.

Rezo todos los días por ti y por el señor Albert. ¡Ruego para que la próxima vez que te vea, tú puedas volver a ser esa Candy de siempre, ¡llena de vida!

Annie

Nota: esta es la última carta del año 1916. Annie, por casi un año, estuvo recopilando toda la información que pudo sobre el caso de Susana antes de llegar a la determinación de escribir a Candy sobre la decisión que tomó de dejar a Terry.

***

Nota: Entramos al año 1917.

De Archie


Querida Candy:

Estoy apurado, así que dejaré esta nota bajo tu puerta. He oído algunos rumores inquietantes. Ten cuidado con Neal Lagan. Desde niño, siempre ha sido una persona propensa a la intriga, es mejor que no lo subestimes. Por no mencionar que, esta vez, creo que tiene intenciones serias.

Es un tipo que no se rinde, ¡no bajes la guardia!

También estamos haciendo todo lo posible por encontrar al señor Albert, así que trata de no preocuparte demasiado.

Un saludo apresurado

Archie

***

Nota: la carta a Eleanor Baker se ha incluido en este año porque, según las palabras de Candy, cuando Terry dejó Rockstown, fue aceptado de inmediato por el teatro Stratford. Como vemos, el que se haya eliminado el hecho de que él cayera nuevamente en la embriaguez, facilita su entrada al teatro y que cobre nuevamente credibilidad.

Así pues, él dejó Rockstown a principios de 1917. En esas mismas fechas reingresa a Stratford y se le prepara para la obra Hamlet. Por consiguiente, en el otoño de ese mismo año, estarían listos para presentar la obra con el nuevo protagonista, Terry.

***

Recital de Otoño de la Compañía Teatral Stratford


HAMLET


Director: Robert Hathaway


Protagonista: Terence Graham


Eleanor Baker tuvo la gentileza de enviarme esa invitación, pero yo no la acepté.

Para la Señorita Eleanor Baker


Estimada Señorita Baker:

Le agradezco infinitamente su carta y su invitación.

No puede imaginarse el tiempo que he pasado admirando absorta el boleto para la obra de Hamlet.

Ya sabía de esta representación por los periódicos y las revistas. Intento siempre evitar la información relativa a Terence, pero inexplicablemente termino siempre por recibirla, casi de forma natural.

Ha pasado mucho tiempo desde que hablamos en Rockstown.

Llegué a aquella ciudad por pura casualidad, durante la búsqueda de un amigo que había desaparecido, y a quien le debo la vida. No habría nunca pensado que Terry estuviese actuando en un pequeño teatro, de una pequeña ciudad de provincia, junto con una compañía de actores ambulantes no puedo expresar con palabras la sorpresa y el dolor que sentí en aquel momento.

Había leído en los periódicos que las actuaciones de Terry se habían vuelto menos convincentes, causándole el alejamiento de la Compañía de Teatro Stratford. No obstante, no quería creerlo. Intenté convencerme de que se trataba solo de habladurías.

Terry estaba finalmente allí, ante mis ojos Hubiera querido catapultarme sobre aquel escenario mísero y desvencijado y, entre lágrimas, golpearle fuerte en el pecho. Hubiera querido preguntarle de qué sirvió aquella noche en la que fuimos separados el uno del otro. Pero no fui capaz. Quizás, sin embargo, sucedió un milagro y la voz de mi corazón llegó hasta él.

De repente, en efecto, pareció que la interpretación de Terry volvió a la vida, y por un instante vi resplandecer en él la luz de antaño. En aquel momento tuve la certeza de que conseguiría recuperarse de nuevo.

Quería tanto volver a verlo pero no de aquel modo. Cuando salí del teatro, me encontraba confusa, sin saber qué hacer. En aquel momento usted vino a hablarme. Fue de veras muy amable conmigo, a pesar de que nos habíamos visto solo una vez.

¡Terence Graham ha nacido para ser actor! ¡No puede conformarse con un escenario y una función de ese nivel! Y esto, Señorita Baker, usted lo sabe mejor que nadie.

Aquella tarde entendí que, con discreción, usted ha siempre continuado preocupándose y velando por él.

Saber que Terry tiene una verdadera madre me ha hecho feliz. El hecho de que nos hayamos encontrado en un lugar así me ha hecho también pensar que somos impulsados por una fuerza misteriosa.

No me sorprendió cuando supe que Terry consiguió volver a la Compañía Stratford, ocupando nada menos que el papel de Hamlet.

Sin embargo, me encuentro forzada a rechazar su cariñosa invitación, Señorita Baker.

Me gustaría tanto verlo actuar, pero al mismo tiempo me causa temor.

Si asistiese a la representación, seguro que querría abrazarlo de nuevo. Lo esperaría, para decirle por lo menos una palabra.

Y después está la promesa hecha a Susanna Marlow. Le he jurado que nunca nos volveríamos a ver.

Creo que Terry será perfecto para interpretar Hamlet. Como presagia la crítica, será seguro un gran éxito.

Le ruego que me perdone, Señorita Baker. Yo aprecio inmensamente lo que ha hecho. Solo con guardar esta invitación me parece poderlo ver sobre el escenario y escuchar los gritos entusiasmados y los infinitos aplausos del público.

Conservaré este boleto como el más precioso de los tesoros.

Señorita Baker, esperaré con ansia la salida de su próxima película, y espero que esté siempre bien.

Candice W. Ardlay

***

Nota: la siguiente carta dirigida a al doctor Donald Martin, es la única a la que se le puede poner una fecha específica, pues Candy dice cuántos días faltan para que se celebre la navidad. En cambio, con el resto de las cartas, aunque se les puede ubicar en ciertos años y/o estaciones, no se puede decir con exactitud qué día fueron escritas.

6 de Diciembre de 1917


Para el Doctor Donald Martin


Querido Doctor Martin:

Solo puedo imaginar, ahora que me he ido, ¡cuánto extraña la presencia de una hábil enfermera como yo!

Seguramente se está culpando por no haberme tratado mejor cuando trabajábamos juntos, ¡pero no es demasiado tarde! Dentro de poco será Navidad Estoy bromeando, naturalmente, aunque soy muy seria (¡ja ja ja!, se ha caído de la silla, ¿verdad? ¡Soy clarividente!)

En cualquier caso, ¡estoy realmente feliz porque mis predicciones se han hecho realidad! Estaba segura de que, eliminando el problema del alcohol, ¡los pacientes se presentarían en masa en su puerta! En el fondo usted es el mejor doctor de Chicago (¡aunque sean sus propias palabras!)

También el señor William A. Ardlay está totalmente de acuerdo en reconocer su gran talento. La persona tan distinguida que lleva ese nombre es obviamente el señor Albert, al cual estuvo cuidando.

El único que dijo que el señor Albert recuperaría pronto la memoria fue usted. Por otra parte, en el hospital Santa Juana lo habían puesto a la fuerza en la terrible habitación cero, y realmente no había recibido el cuidado adecuado.

Lo cierto es que usted fue el único que aceptó cuidarlo, sin prejuicios ni preconcepciones, un perfecto desconocido sin dinero, e incluso sospechoso de haber hecho explotar una bomba.

Por tanto, además de felicitarlo, ¡le envío mi más sentido agradecimiento!

¿Cómo dice doctor Martin?, ¿cómo agradecimiento quiere una botella de whisky escocés de primera calidad? ¡De ninguna manera! ¡Usted ha terminado con el alcohol!

Yo sé que no hago más que tomarle del pelo, pero de verdad que extraño los días en los que trabajé a su lado. Usted siempre parecía estar jugando con los anillos mágicos, pero en realidad aprendí mucho, y

ahora que estoy en el Hogar de Pony, ¡estoy poniendo en práctica toda mi experiencia!

Por tanto, en nombre de la gran confianza que le tengo, le pido que acepte la propuesta del señor Albert.

Mi amigo le está muy agradecido por lo que hizo por nosotros: en un momento de gran desesperación, usted nos tendió la mano.

Al regresar de su trabajo como lavaplatos, el señor Albert se vio involucrado en un accidente automovilístico y fue llevado a su Clínica Feliz. Usted no solo se encargó rápidamente de curarlo, sino que lo sometió gratuitamente a varios exámenes

Yo, en cambio, había perdido mi trabajo en el Santa Juana, y usted me contrató en el acto. Imagino que lo hizo porque intuyó inmediatamente mi gran habilidad como enfermera, ¿verdad?

Sin embargo, Doctor, a pesar de que se defina como el mejor médico de Chicago, su talento se desperdicia mientras se empeñe en trabajar en aquella clínica que parece una pocilga (perdone mi

franqueza, ¡pero es así!). ¡Ni siquiera tiene una sala de operaciones o un compartimento para los medicamentos!

Si trato de persuadirlo con tanta insistencia es porque quiero que acepte tranquilamente la propuesta del señor Albert ¡y se decida a hacer construir una nueva clínica! Si realmente no le apetece, cuando su consulta esté bien establecida, podrá incluso devolver cada mes parte de la suma.

Todo el mundo necesita un doctor como usted, Doctor Martin.

¡Por favor, considere seriamente esta oferta!

Candy

Posdata:

¡Faltan diecinueve días para Navidad!

***

Para el señor Vincent Brown


Estimado señor Brown:

Le agradezco la hermosa tarjeta de Navidad que me ha enviado. Inmediatamente la puse sobre la repisa de la chimenea.

Como sabe, no se me permitió asistir al funeral de Stair, pero aun así me presenté, quedándome fuera de la iglesia. No puedo olvidar la alegría que sentí al recibir su saludo en aquella ocasión Siempre me había preguntado cómo era el padre de Anthony. Desafortunadamente, tampoco me fue permitido asistir al funeral de su hijo, y es por esta razón, que incluso hoy, me resulta a veces casi imposible creer que Anthony y Stair realmente nos hayan dejado.

Últimamente, tanto en la residencia principal de los Ardlay como en Lakewood, he tenido diversas oportunidades de dialogar con tranquilidad con el retrato de la señora Rosemary, la madre de Anthony.

¡Han quedado tantos cuadros que la retrataron!

Utilizo el término dialogar porque se acerca mucho más a la realidad, que simplemente admirar esas pinturas.

Siempre me impresiona el parecido entre madre e hijo, así como me sorprende la semejanza con el hermano menor de la señora, el tío abuelo William Albert. Me han dicho que eran un hermano y una hermana muy unidos.

El tío abuelo William me habla a menudo de usted con gran respeto señor Brown, como si fuese un hermano mayor. Me contó sobre los momentos vividos juntos con gran nostalgia.

Espero de corazón que venga a visitarnos a la residencia de Chicago y estaré muy feliz un día, durante la estación de las rosas, de cruzar juntos el Portal de las Rosas en Lakewood. ¡Tendría tantas cosas para hablar con usted!

Ruego por su salud y por la calma durante sus viajes por el mar.

Candice W. Ardlay

***

Para el Doctor Donald Martin


Querido Doctor Martin:

¡Le agradezco de veras el montón de regalos que nos ha enviado! ¡En realidad estaba deseando que lo hiciera (se ha caído de nuevo de la silla, ¿verdad?)!

Ha enviado incluso regalitos para los niños Pero el verdadero regalo es para mí su respuesta llena de entusiasmo. Yo, la señorita Pony y la hermana Lane leímos con lágrimas en los ojos la carta en la que usted dice que estaría muy feliz de aceptar la oferta, con la condición de que la Nueva Clínica Feliz del

Doctor Martin sea construida aquí, y no en Chicago.

¡Nos ha dado una noticia maravillosa! Entonces recordó cuando le dije que en nuestro pueblo no hay ni un solo médico, ¡y mucho menos un hospital! Y pensar que en ese momento usted era todavía un alcohólico

Aldeanos e inmigrantes muertos debido del tratamiento tardío, niños y ancianos que nos han dejado sin siquiera recibir la visita de un médico Crecí escuchando innumerables historias como esta. Si tuviera una mente más receptiva me gustaría empezar a estudiar medicina incluso ahora, pero estoy segura de estar mejor preparada para ser enfermera (está pensando que tengo toda la razón ¿verdad?).

Quiero decirle que también el señor Albert está entusiasmado por su propuesta.

Espero un día poder volver a trabajar a su lado.

En un paquete aparte le he enviado nuevos anillos mágicos.

¡Feliz Navidad!

Su Candy saltando de alegría

***

Nota: estas buenas noticias ponen fin a 1917.

***

Año de 1918:


***

Para la conserje de la Casa de la Magnolia, Gloria Bandog

Querida Gloria:

¡Cuánto tiempo! Le agradezco mucho la amable carta que me ha enviado y me disculpo por no haberle hecho llegar antes mi mensaje de agradecimiento. ¡Espero que todos ustedes en la Casa de la Magnolia disfruten de una buena salud!

Yo y el señor Albert pasamos con ustedes una estancia realmente confortable, y ¡le aseguro que es la verdad! Así que, por favor, ¡no se culpabilice pensando en habernos desalojado!

Ha sido culpa del señor Albert. Yo también habría sospechado si lo hubiese visto salir de la parte trasera de un banco de Chicago (y encima acompañado de un tipo sospechoso que llevaba un traje caro) o si ¡lo hubiera sorprendido viajando en un auto de lujo! Dadas las circunstancias, es normal haber pensado que estaba involucrado en el negocio de la mafia. Por otro lado, todos nosotros creíamos que había perdido la memoria y sabíamos que trabajaba como lavaplatos en un restaurante.

También estábamos convencidos de que era una persona indigente.

Puedo imaginarme de verdad lo mucho que debió sorprenderse al descubrir su verdadera identidad en el

"News Chicago Express". A mí me ocurrió lo mismo.

El señor Albert es el hombre a quien le debo mi vida, por esto tenía que intervenir cuando supe que había perdido la memoria (incluso si en algún momento se curó después y yo no me di cuenta en lo más mínimo) y terminó en medio de la calle.

Tengo que disculparme con usted por hacerle creer que él era mi hermano.

El señor Albert siempre está muy ocupado, pero me ha dicho que cuando tenga la ocasión le gustaría ir a darle las gracias.

Yo, por otra parte, he regresado a mi pueblo natal y estoy trabajando como enfermera.

Le ruego que le de mis saludos a todos en la Casa de la Magnolia.

Cuídese, por favor.

Candy

***

Nota: ahora viene la otra carta no enviada a Terry. Puede ser fácilmente ubicada en 1918 por los acontecimientos que menciona Candy, como el éxito que ha tenido la obra y lo que ha llegado a descubrir sobre Albert, pero, por lo que leemos, aún sigue sin saber que él es príncipe de la colina. Como esta última confesión llegó en 1919 y Candy tampoco menciona que el orfanato que Terry conoció haya sido modificado (acontecimiento que también tiene lugar en 1919), la carta sigue permaneciendo en 1918. Lo que sí resulta un poco complicado de saber la fecha de tal año. El único referente que tenemos, es el que Candy mencione los albaricoques, porque crecen en verano en el estado de Michigan, así que si ella se compara con tales frutos, es porque los tiene frescos en la memoria. Basándonos en eso, es posible que la carta se haya redactado en verano o a finales de éste.

***

Para Terence Graham


Querido Terry:

Cada vez que hablo contigo en mi mente, mi corazón parece convertirse en un albaricoque maduro de sabor agridulce, listo para caer al suelo con el mínimo soplo de viento. En esos momentos, tengo casi miedo de respirar.

¡Felicitaciones por el gran éxito de Hamlet!

Por petición popular, estás representando una función tras otra, ¿no es así? He leído varios artículos que hablan sobre ti con mucho entusiasmo: "¡El Hamlet que todos siempre quisimos ver! ¡Una representación que va más allá de cualquier expectativa!", "¡El Hamlet de Terence llegará también a Inglaterra!".

Incluso el tío abuelo William ahora habla con desenvoltura acerca de ti. Al principio trataba forzadamente de evitar el tema a toda costa, y trataba incluso de ocultar las revistas que contenían artículos sobre ti. Contrariamente a sus intenciones, era algo que me hacía sufrir y me siento aliviada porque ahora podemos comportarnos de una manera más natural.

Sabes, Terry el tío abuelo William, sorpresa, sorpresa, ¡es el señor Albert!

¿Puedes creerlo? Qué historia tan increíble, ¿verdad? ¡Y pensar que tuve contacto con él también en Londres! Sin contar que cuando abandoné el Instituto San Pablo, le dejé al tío abuelo William el diario en el cual confié, sin ocultar nada, todos mis sentimientos.

En otras palabras, el señor Albert conoce casi tan bien como yo los sentimientos que albergo por ti. Él sabe todo sobre nuestro primer encuentro y cómo, con el paso del tiempo En fin, él está al tanto de todo.

Ni siquiera puedo imaginar con qué cara habrá leído esas páginas mías piensa que ni siquiera podemos tocar el tema.

Menos mal que el señor Albert no se dedicó a la interpretación, ¡pues es excepcional para fingir! Se hubiera convertido en tu gran rival en el escenario, ¿sabes?

Cuando recuperó la memoria, no me lo confesó de inmediato todavía hoy en día tiene muchos misterios por revelar. No obstante, a pesar de todo, él realmente me salvó. Fue tal vez su presencia lo que me permitió de alguna manera recuperarme.

No sabes a cuántas aventuras me enfrenté para llegar a América y encontrarte de nuevo. Me hubiera gustado contarte todo con calma, pero al final no fue posible. Cuántas cartas te envié sin que las recibieras tú, sin embargo, me escribiste a menudo a pesar de todos tus compromisos.

El destinatario es siempre "Tarzán pecosa" Me hubiera gustado recibir mensajes más románticos, en lugar de aquellas bromas irónicas, pero siempre he estado convencida de saber lo que hay dentro de tu corazón. Incluso entre las tomaduras de pelo, tus palabras siempre están llenas de afecto y consideración. Gracias, Terry.

Todavía hoy, guardo celosamente todas tus cartas, pero no soy capaz de leerlas de nuevo.

Sé que también viniste a visitarme al Hogar de Pony, pero en aquel momento yo estaba viajando clandestinamente en un barco. Cuando las directoras me contaron lo de tu visita, sentí mucha rabia. Si solo hubiera logrado regresar a Estados Unidos antes Si tan solo te hubieras presentado un poco más tarde Y lo mismo sucedió en Chicago. Continuamos persiguiéndonos sin encontrarnos. En esa época, sin embargo, todavía estaba convencida de que todo lo que habíamos perdido lo recuperaríamos y que estaríamos juntos durante mucho tiempo.

Aquella noche en Nueva York el aire era frío, pero la nieve que caía del cielo parecía emitir calor, quizás porque se había quedado en mi espalda el calor de tu pecho.

Recuerdo que me dijiste: "Quiero que tú seas feliz, ¿entendido?"

Terry, yo soy feliz y quiero que tú lo seas aún más.

"Susanna ha apoyado con su amor el regreso de Terence".

Sí, he leído también artículos de este tipo.

Susanna es una persona maravillosa, ¿verdad? Sobre todo, es maravilloso el hecho de que continúe amándote más que a nada en el mundo. Y también tú, que la elegiste para que esté a tu lado, eres maravilloso.

Naturalmente, nunca enviaré esta carta, lo sé bien. Pero estoy tan contenta por tu éxito que no pude evitar escribirla.

Terry no olvides que en un rincón de la campiña estadounidense hay una ardiente admiradora de Terence Graham. No olvides que, cuando subas al escenario, estoy allí para aplaudirte con todas mis fuerzas.

P.D.

Terry… yo estaba enamorada de ti.

Tarzán Pecosa

Candy

***

Para Frannie Hamilton


Querida Frannie:

Imagino que estarás sorprendida de recibir tan inesperadamente una carta mía. ¡Hace tanto tiempo que no nos vemos! Soy Candice, compartimos la misma habitación en la residencia, cuando asistimos a la Escuela para Enfermeras de Mary Jane y también estuvimos juntas en el Hospital Santa Juana. Espero que te acuerdes de mí.

La razón por la que sentí la necesidad de escribirte, es porque ayer leí un artículo en el que se te hacía un reconocimiento por tu trabajo en la Cruz Roja. ¡Estaba tan feliz que lo leí varias veces! Quería que al menos recibieras mis felicitaciones, así que me decidí a tomar una pluma.

Qué nostalgia sentí al verte de nuevo Cuando me encontré con tu foto, pensé que no habías cambiado para nada: tienes siempre el aspecto de ser una gran persona. Verte como entonces me hace sentir feliz.

Ha pasado mucho tiempo desde que nuestros caminos se separaron. Yo creía que la guerra terminaría pronto, pero no fue así. Todo este tiempo te esforzaste para convertirte en enfermera, y no puedo hacer más que admirarte.

Todavía recuerdo cuando en el Santa Juana vinieron a buscar voluntarios para la Cruz Roja. Tú te levantaste de inmediato con decisión, pero yo no lo hice no tuve el valor. Yo no tengo familia, y aún no podía resignarme a la idea de perderlo todo, y pensé solo en mí. Entonces, arrepentida de mi conducta, me ofrecí en tu lugar, pero en aquel momento tu determinación fue admirable, y me respondiste que no tenías miedo de morir.

Sabes recuerdo que también me contaste sobre tu familia. Dijiste que no contaba tener una familia si no está unida, porque en ese caso era como estar sola en el mundo. En aquel momento te sentí cercana, por primera vez. En aquel tiempo, todavía tenía una visión sentimental del trabajo como enfermera y de la vida en el campo de batalla. Me avergüenzo de no haber mostrado la fuerte determinación que demostraste, y todavía siento hoy si te he causado problemas con mi actitud.

Yo me tomo demasiada confianza con todos de manera inmediata. Quienes aprecian esta parte de mí no tienen problema, pero también hay quienes no lo soportan. Sin pensar en tus sentimientos fui entrometida, y me convencí a mí misma de que nos convertiríamos en amigas. Las personas, sin embargo, tienen diferentes maneras de vivir, pensar y razonar.

Aprendí muchas cosas de ti: tomar en serio el trabajo, respetar el horario, tener todo limpio ¡y en orden! Digo que aprendí mucho, pero al final sigo siendo la misma.

Frannie, solo quería hacerte saber que aquí hay alguien que siempre te ha admirado mucho.

Bueno he querido escribir solo dos líneas de agradecimiento, pero como ves sigo siendo la misma parlanchina.

Discúlpame por esta larga carta.

Frannie, ¡continúa esforzándote en tu trabajo de enfermera! Rezaré para que siempre esté bien.

Candice

***

Nota: la Primera Guerra Mundial finalizó el 11 de noviembre de 1918, por lo que Candy mandó esta carta después de esta fecha.

Tal como le dijo Archie, al finalizar el conflicto, se haría una conmemoración a la muerte de Stair, y este evento, Candy sí se le permitió a asistir, y por ello mandó una carta de agradecimiento a Elroy. Con esta epístola, llegamos al final de 1918.

***

Para la tía abuela Elroy


Estimada tía abuela Elroy:

Espero que esté bien. Le pido que me perdone si me tomo la libertad de escribirle, espero realmente no contrariarla.

He sentido la necesidad de decirle al menos una palabra de agradecimiento por haberme permitido participar en la reunión organizada en Lakewood para conmemorar a Stair.

Quisiera también decirle que el doctor Leonard, director del hospital Santa Juana, es un médico muy capaz y de gran sensibilidad, contrariamente a lo que podría pensarse. Estoy segura de que es la persona más adecuada para desempeñar el papel del nuevo doctor de la familia Ardlay y también porque será capaz de hacerle un seguimiento de la mejor manera posible.

Creo que el tío abuelo William tiene una extraordinaria capacidad de leer el corazón de las personas (por favor discúlpeme por haberme atrevido a expresarme de este modo).

Espero que su neuralgia se alivie.

Candice

***

Entramos a 1919, época en la que ya debería haber paz porque la guerra había culminado a finales del año anterior. Sin embargo, el final de la Gran Guerra trajo consigo una crisis financiera (ojo: no confundirla con la Gran Depresión, la cual tuvo lugar en los años 30), que fue devastadora por un breve período de tiempo en Estados Unidos pero que no afectó en absoluto a la familia Lagan. Contrario a ello, salieron fortalecidos económicamente e hicieron una cadena de hoteles, apoyados por supuesto, por el tío abuelo Williams, por consiguiente, sabemos que la economía de los Ardlay tampoco se vio afectada. De hecho, Albert sigue viajando por cuestiones de negocios y hasta amplía el Hogar de Pony.

Archie, Annie y Patty por su parte, se van a estudiar, y más adelante, Annie contrae matrimonio con Archie.

Las cartas de 1919 en adelante, son las siguientes:

  1. Para la señora Sara Lagan
  2. Para el señor Stewart Lux
  3. Para la señorita Mary Darcy
  4. Para el señor Georges Villers
  5. Querido tío abuelo William
  6. Para la señorita Candice White Ardlay, de Albert
  7. Para el príncipe de la colina
  8. Para la pequeña hechicera, Candy, de Albert
  9. Para el señor Albert
  10. Un rápido saludo para Candy, de Albert
  11. Para la quizás hermosísima Candy, de Albert
  12. Querido Sr. Albert
  13. Para Archibald Cornwell
  14. Estimada tía abuela Elroy
  15. Para Alistair Cornwell
  16. Para el Sr. William Albert Ardlay, alias Pequeño Bert
  17. Para el Sr. Jacob Whitman
  18. Carta de T.G. para Candy
  19. Para Anthony Brown
  20. Querida, queridísima Candy, de Susie Ann Carson

***

Nota: se respiran vientos de cambio para Candy. Ella asiste como parte de la familia Ardlay a la inauguración del Miami Resort Inn, en donde Sara, obligada por Albert, debe aclarar que Candy nunca trató de robar nada en casa de los Lagan. Aunque Candy sabe que Sara no aclaró las cosas con el afán de limpiar su reputación, sino que obedecía órdenes, ella se lo agradece mediante una carta.

Aparte de esta aclaración, Candy tuvo la oportunidad de reunirse con sus viejos amigos, los empleados de la familia, a quienes también les manda cartas.

***

Nota: estas cartas enviadas después de la inauguración, son enviadas a principios de 1919.

***

Para la señora Sara Lagan


Estimada señora Lagan:

Espero que esté bien. Le agradezco el haberme invitado a la fiesta de inauguración del Resort Inn.

Gracias a usted, tuve la oportunidad de visitar un espléndido hotel y alegrarme de volver a ver a la gente que no veía en mucho tiempo.

Más que nada, quiero darle las gracias por haber desmentido delante de toda la familia el hecho de que tenía la costumbre de robar. Esta es, de hecho, una acusación que ha arrojado una sombra durante muchos años en mi corazón, y puedo asegurarle que soy totalmente inocente.

Cuando le expresé mi agradecimiento, usted me respondió que simplemente había obedecido las instrucciones del tío abuelo William, pero incluso si se trató solo de eso, me imagino que le costó mucho pronunciar esas palabras.

Aprovecho por lo tanto esta ocasión para agradecerle de nuevo y espero que vuestros Hoteles Resort Inn, sigan aumentando en número.

Candice W. Ardlay

***

Para el señor Stewart Lux


Estimado Stewart:

¡Nunca habría pensado que todavía trabajaras para los Lagan! ¡Estaba convencida de que incluso Mary se había ido hacía tiempo! Que bien ¡Lograron aguantar durante todo este tiempo, a pesar de la manera en la que fueron tratados! Pero ahora ya no eres su chófer, sino el jefe de recepción del hotel en Miami.

¡Entonces la familia Lagan se ocupa bien de sus empleados!

¡Podrías perfectamente haberte presentado con tu nuevo uniforme, y en su lugar viniste a recogerme justo con el traje que usabas en la época en que nos conocimos! ¡Eres de verdad un tipo al que le gusta hacer bromas, incluso si no lo pareces! ¡Me llevaste de nuevo al pasado, y me quedé por un momento sin aliento! Era la misma indumentaria que llevabas cuando viniste al Hogar de Pony. Aquel día, yo estaba sobre la Colina de Pony observando tu auto que se acercaba, levantando nubes de polvo, ¿sabes? ¡Estaba tan feliz de que llegara alguien dispuesto a hacerme su hija adoptiva! Mientras yo estaba llena de entusiasmo, tú me mirabas con aire apenado, ¿recuerdas? Me di cuenta de que, incluso si eras un tipo taciturno, estabas tratando de consolarme con todas tus fuerzas, por eso pude ponerme contenta de nuevo.

¡Lástima que cuando conocí a Eliza el golpe fue grande! Nunca olvidaré la decepción que sentí en ese momento. Pero tal vez esa experiencia ocurrió precisamente para fortalecerme y para permitirme resistir los golpes que he recibido después en la vida.

Sin embargo, si conseguí soportar los días pasados en aquella casa, fue gracias a tu bondad.

Todavía hoy recuerdo aquella mañana cuando trataron de enviarme a trabajar a México. En la niebla matutina y conteniendo las lágrimas, tú, Mary, Doug y el señor Whitman vinieron a despedirme.

Cuánto tiempo ha pasado desde entonces Todos hemos superado las olas tumultuosas de la guerra y fuimos capaces de reunirnos de nuevo. ¡No podría estar más feliz! Además me han ocurrido tantas cosas, ¿sabes? Una vez que volví a Chicago hubiera querido venir de inmediato a saludarte, pero me resultaba muy difícil presentarme en casa de los Lagan Me siento contenta por haber participado en la fiesta de inauguración y de haber tenido la oportunidad de saludar también a Mary.

Cuando en la fiesta me disculpé por haberte llamado simplemente Stewart, dada nuestra diferencia de edad, y me propuse remediar el error de ahora en adelante, tú te echaste a reír y dijiste que no lo hiciera. Como puedes ver, incluso en esta carta he respetado fielmente tus instrucciones. Incluso Mary se ha burlado de mí, porque todavía se me pasan estas cosas por la cabeza. Así que, querido Stewart, por favor no te olvides de la promesa que me hiciste: la próxima vez que esté en el hotel, a escondidas de la señora Lagan, ¡espero un tratamiento especial!

Candy

***

Para la señorita Mary Darcy


Querida Mary:

Cuando te vi dando instrucciones durante la fiesta de inauguración, con la misma energía que siempre te ha caracterizado, me pareció retroceder en el tiempo.

¡El ama de llaves de la casa Lagan! ¡Sin ti parecía que todo tuviera que detenerse! Te reías diciendo que eras prácticamente la dueña de la casa, Pero tú y Stewart realmente deben recibir un reconocimiento oficial: los Lagan tienen una pésima forma de tratar a las personas.

¿Y así que Doug ha dejado el trabajo y ha abierto una panadería? Cuando me enteré que su negocio se llamaba El Glotón ¡me ha entrado el hambre! La próxima vez, espero de verdad ir a visitarlo personalmente y darle una sorpresa.

Oh, Mary, ¡me divertí tanto escuchando tus historias! No pude creer que cuando Neal decidió por sí solo lo de nuestro compromiso, ¡tú le pusiste laxante en el té! ¡Me río solo de pensarlo! ¡Y ni siquiera le hizo efecto!

Me conmovió mucho cuando me dijiste que no conseguías en manera alguna calmar tu nerviosismo respecto a ese asunto.

Incluso cuando me relegaron a ocuparme de los caballos, tú siempre me conseguías algunas cosas a escondidas. Doug, a su vez, me llevaba pan recién horneado ¡Así que no quiero de ninguna manera que pienses que no hiciste nada para ayudarme! ¡Si fui capaz de apreciar mi vida en el establo fue gracias a ti! La funda de la almohada de retales que cosiste para mí me permitió dormir muy tranquila, y es algo que nunca olvidaré.

Aparentemente se dice que si Neal no tiene novia todavía es por culpa de una maldición mía, ¿verdad? Es justo un comentario típico de Eliza. Me da risa ¿Ahora soy también una bruja?

Ha sido maravilloso volver a verte ¡y espero con ansias el día en que podremos conversar de nuevo!

La próxima vez que vaya a la residencia principal de los Ardlay, en Chicago, te lo haré saber (en secreto).

¡Gracias por conseguirme la dirección del señor Whitman!

¡Le escribiré inmediatamente!

Candy

***

Nota: Aunque Candy dijo que le escribiría inmediatamente al Sr. Whitman, y que esa carta es parte de este grupo en el libro, lo cierto es que ella tardó casi un año y medio para escribirle. Lo hizo poco después del paseo a Lakewood.

***

Para el señor Georges Villers


Querido Georges:

Estoy contenta al saber que te estás recuperando de la gripe. ¡Una persona como tú no puede enfermarse! ¡No quisiera que hubieses contraído un virus muy fuerte en la fiesta de los Lagan! De todos modos, incluso el tío abuelo William, sabiendo que rara vez te enfermas, se ha preocupado bastante.

Tú eres mi héroe de brillante armadura, mi Caballero Blanco (perfecto para una joven que se apellida "White", ¿no te parece?), ¡El hombre fuerte con el que siempre puedo contar! ¡Debes siempre estar sano!

Cada vez que me he encontrado en dificultad, tú has venido a salvarme, pero hasta el momento creo que jamás te he dado las gracias como es debido.

Las cartas que me enviabas contenían siempre solo mensajes estrictos y formales de parte del tío abuelo, y el solo recibirlas me ponía en un estado de agitación. Ahora sin embargo, yo sé por qué te comportabas de una forma tan estricta, y me dan ganas de reír. Intentabas evitar por todos los medios mis preguntas, ¿no es verdad?

Siempre te pedí que me contaras algo sobre el tío abuelo, no hacía más que insistir en el tema, tan ansiosa estaba por conocerlo. ¡Y sin embargo, tú no me diste el más mínimo indicio! ¡Eres verdaderamente de confianza! ¡Ahora entiendo por qué se dice que la casa de los Ardlay no sería nada sin Georges!

¡Nosotros siempre habíamos creído que el tío abuelo William era un señor anciano y enfermo! Yo estaba incluso convencida de que era una especie de ermitaño centenario, apenas capaz de respirar, ¡pero todavía con una mente totalmente lúcida!

Oh mejor dicho, ¡era lo que querías que yo creyera!

Ahora que el misterio se ha resuelto me dirijo él a propósito como si fuera un hombre anciano, continuando llamándolo tío abuelo, y él no sabe cómo hacer para que le perdone. Es una pequeña venganza que tengo el derecho de permitirme, ¿no crees?

Querido Georges, recuerdo como si fuera ayer nuestro primer encuentro. Nunca podré olvidar el viaje a México, el país donde debía quedarme a trabajar.

De Repente, alguien puso una mano sobre mi boca ¡y me secuestró! Yo me resistí con todas mis fuerzas, pero tú por supuesto nunca perdiste el control (creo que te hice algunos pequeños rasguños ¡y discúlpame también por aquella mordida en el brazo!)

Sin embargo, dijiste que podía quedarme tranquila, porque no querías hacerme nada malo.

Inexplicablemente en ese momento, tu voz tan cálida y sincera me tranquilizó. Incluso tus ojos cristalinos me tranquilizaron y me hicieron convencer de que no podías ser una mala persona. Lo que sucedió después me parece aún hoy un sueño, y esos mismos recuerdos son vagos.

No podía creer que había sido adoptada por los Ardlay, pero aún estaba más emocionada por la idea de volver a ver a Anthony y a los otros. No pude contener la alegría.

Y después una sola palabra dicha por ti, a pesar de que eres tan taciturno, fue suficiente para hacerme decidir ir a Inglaterra. Te lo ruego, ¡enséñame cómo lo haces! ¿Cómo haces para conmover los corazones de las personas sin pronunciar una palabra? Yo hablo al menos cien veces más que tú, pero los niños del Hogar de Pony no me hacen caso.

***

Nota: las palabras de Candy en esta carta a Georges, hacen notar que ella sigue molesta con Albert y él no sabe qué hacer para ganarse el perdón de la chica, ¡y eso que ella aún no sabe que él es príncipe! Tal confesión vendría un poco después.

***

Nota: En las siguientes cartas veremos que ha llegado la primavera de 1919 (la cual empieza en marzo), y Albert aprovecha dicha estación para confesarle a Candy que él es el príncipe de la colina; pero a pesar de la emoción de la chica, sigue mostrándose algo molesta.

***

Carta de Candy para el tío abuelo William


Querido tío abuelo William:

¿Bajo qué cielo se encuentra en este momento?

Nunca pensé que ser el jefe de la familia Ardlay requeriría tal compromiso.

Quiero agradecerle desde el fondo de mi corazón el haber visitado el Hogar de Pony. Sé que está comenzando un nuevo proyecto empresarial, por lo tanto, sé que este es un periodo particularmente intenso para ello.

Y además todavía me parece vivir un sueño. ¿Cómo podría haber imaginado que el Príncipe de la Colina fuese el señor Albert? En otras palabras usted, el tío abuelo William, ¡es el Príncipe de la colina! ¡Todavía tiemblo por la sorpresa y la emoción!

Inmediatamente después de su confesión, Georges vino a buscarlo y, en un momento, usted desapareció de nuevo ante mis ojos.

Esto contribuye aún más a que todo me parezca tan irreal, y me siento casi como si mi cuerpo flotara en el aire.

Nunca he olvidado al Príncipe de la Colina.

No creo que esta noche pueda conciliar el sueño.

Candy

***

Para la señorita Candice White Ardlay


Querida Candice:

Escribo en respuesta a tu carta. Lamento mucho haber tenido que marcharme de repente después de haberte revelado una importante verdad. Te pido disculpas de nuevo por la sorpresa que te causé con mi inesperada confesión.

¡Estoy bromeando, Candy! Si realmente te escribiera de esta manera, ¡imagino que asumirías una expresión muy contrariada! Por lo tanto, ¿qué te parece si me escribes también de la misma manera con la que hablamos siempre alegremente?

Es natural que estés enojada. Efectivamente continué ocultándote mi identidad de tío abuelo y mi verdadero nombre: William A. Ardlay.

No quiero justificarme, pero quiero que sepas que también me preguntaba si estaba haciendo lo correcto.

Lo único que quería era cuidarte con discreción. ¿Quién hubiera dicho, que en cambio, serías justo tú quien cuidaría tanto a aquel "señor Albert"? ¡Parece casi la trama de una novela barata!

Por esto, soporto sin protestar el hecho de que formalmente me llames "tío abuelo", o que me trates a veces como un hombre muy viejo.

Sabía que te volvería a sorprender, pero esa era la última verdad que confesarte. Sin embargo, quería encontrar el momento adecuado y, si era posible, quería hablarte sobre eso justo en la estación en que nos conocimos la primera vez, en la Colina de Pony. De esa manera, tendría la impresión de poder volver a ser el chico de antaño.

Querida Candy, tú lo entendiste de inmediato. Me bastó con mirar tu cara surcada por las lágrimas para sentir que todo estaba claro para ti.

Mi intención era quedarme contigo para explicarte todo con calma, pero fuimos interrumpidos por un saboteador. Georges termina siempre por intervenir en los momentos más importantes. Sin embargo, no desaparecí, incluso me acompañaste al auto, ¿recuerdas?

En este momento tengo que dar prioridad al trabajo, algo de lo que nunca me había preocupado hasta ahora. Me gustaría verte pronto, pero por un tiempo no me será posible liberarme de los compromisos.

Candy, espero con ansias una carta tuya y me gustaría que esta vez te represente completamente.

¡Cuídate siempre y saluda de mi parte a la señorita Pony, la hermana Lane y los niños!

William Albert Ardlay

***

Para el Príncipe de la Colina


Aunque se me recomendó hablar de forma más natural, ¿cómo no puedo sentirme nerviosa al escribirle al Príncipe de la colina? De acuerdo, vamos a calmarnos...

Querido Príncipe de la colina:

¡Gracias por haberme respondido tan rápido!

¡El señor William Albert Ardlay no hace más que sorprenderme!

¡Para una persona delicada como yo, diez corazones no serían suficientes para resistir todas estas revelaciones!

Creo que a partir de ahora siempre lo llamaré "tío abuelo". ¡Por lo menos deberá aguantar eso!

Sin embargo, debo admitir que la forma en que me reveló la verdad ¡fue maravillosa! Estábamos en la Colina de Pony, donde te conocí por primera vez. Justo como ahora, había un cielo azul claro y se podía oler el perfume de la hierba.

Cuando aquel día el tío abuelo se presentó sin previo aviso en el Hogar de Pony, comencé a sentirme inexplicablemente nerviosa. Las directoras se apresuraron inmediatamente a preparar té y galletas, pero yo me quedé allí parada y embobada: cuando el tío abuelo entró al orfanato, su expresión me pareció extrañamente diferente de la habitual era como la de un niño.

A veces disfruto tratándolo como si fuera un hombre anciano, pero en realidad parece mucho más joven de su edad. Solo que, en aquel momento decir que parecía más joven tal vez no es la expresión correcta.

No consigo explicarme bien En cualquier caso, parecía diferente e hizo que mi corazón diera un vuelco.

El tío abuelo rechazó el té que se le ofreció y me dijo con una expresión seria: "Candy, vamos a la Colina de Pony"

Al recibir aquella invitación, sentí dentro de mí un indefinido presagio, pero nunca hubiera imaginado lo que pasó después.

Cuando llegamos a la colina, nos quedamos un momento en silencio, después armándose de valor se volvió hacia mí y con una sonrisa tímida, dijo: "Candy ¿No crees que es hora de devolverme el broche?"

El tiempo volvió atrás en un instante, y me volví a ver como una niña, mientras lloraba. Ante mis ojos, estaba el Príncipe de la Colina y me estaba sonriendo.

No pude evitar romper a llorar, y entre lágrimas, le pregunté inmediatamente: "Yo soy más bonita cuando sonrío, ¿verdad?"

Con los ojos llorosos, tú me respondiste: "Ahora eres bonita incluso cuando lloras, pequeña".

Tu voz estaba un poco quebrada. Sí, esa era la voz del Príncipe ¡sin duda era su forma de hablar! Esa voz había estado siempre a mi lado y siempre la escuché, pero nunca había notado nada. Pero entendí finalmente porqué siempre consiguió serenar mi corazón.

Del mismo modo, también entendí por qué el tío abuelo me pareció diferente. El hombre que apareció súbitamente en la Colina de Pony no era el tío abuelo, sino el Príncipe de la Colina.

No podía dejar de llorar, pero esta vez, eran lágrimas de alegría.

Príncipe, ¡eres terrible! En Casa de la Magnolia, te mostré mi precioso broche muchas veces, ¡e incluso hablé de ti! Si mal no recuerdo, un cierto "señor Albert " se quedaba allí escuchando sin más ¿Quién sabe si en aquel momento ya había recuperado la memoria? ¡Tengo que aprovechar este momento para hacer todas las preguntas posibles!

En silencio, seguiste mirándome dulcemente hasta que dejé de llorar. El viento soplaba en la colina y era agradable sentirlo sobre mis mejillas mojadas.

No podía creer que, bajo ese cielo azul claro, tuviese a mi lado a mi Príncipe de la Colina Estaba cautivada por semejante visión. Entonces, desde el pie de la colina, llegó el ruido del claxon que hizo sonar Georges y volví a la realidad. ¡Bah!

¡Siempre soñé con encontrarte de nuevo para poderte preguntar tantas cosas! Me gustaría saber qué estabas haciendo ese día, por qué desapareciste de repente De hecho, ¿por qué?

Pero me pondré al día en nuestro próximo encuentro. ¡Ahora sí que tengo muchas cosas que esperar con ganas!

Cambiando de tema, pronto será mayo y la Colina de Pony estará lleno de flores. ¿Qué día se avecina?

Exactamente, es el cumpleaños de una cierta persona (¡y lo digo en voz alta!)

Bueno, querido Príncipe de la Colina, ¡ahora te lanzaré un hechizo!

¡Alahela, blabla, geragorabon!

¡Ese día tendrás que venir al Hogar de Pony para reunirte con una chica que es bonita cuando llora y cuando se ríe!

Y el regalo que le llevarás será unas vacaciones: ¡deberás pasar con ella mucho tiempo y hablar de muchas cosas!

La magia funcionará... ¡Espero!

Candy

***

Nota: tengamos en cuenta que Candy cumple años en el mes de mayo, por lo tanto, si ella ya está mencionando tal fecha, es probable que la carta anterior se haya redactado a mediados de abril.

***

Carta de Albert para la pequeña hechicera, Candy


Querida Candy:

No tienes necesidad de lanzar un hechizo tan extraño: ¡recuerdo muy bien el cumpleaños de una cierta persona! A propósito de esto, desde hace mucho tiempo he estado buscando un regalo para ti. ¡Me gustaría que el fruto de mi sudor y lágrimas sea un regalo que pueda dejarte absolutamente extasiada!

Así que, por favor, perdona si tu magia no tendrá efecto. Yo mismo, más que cualquier otra cosa, quisiera de verdad tomarme unas vacaciones, pero Georges afirma con gran severidad que ya me he tomado un descanso suficiente para toda la vida. Y él tiene razón.

No pongas esa cara enojada, Candy. En cambio, ¿por qué no vienes a Chicago?, También a Annie le gustaría celebrar tu cumpleaños, y si tu vinieses aquí, para mí sería más fácil encontrar un momento libre.

Cuando superes la desilusión, y si decides aceptar mi propuesta, enviaré inmediatamente un auto a buscarte. Naturalmente, me gustaría que participara también todo el Hogar de Pony.

Sin duda una fiesta organizada en tu orfanato sería muy bonita, pero también creo que en Chicago no estaría del todo mal. Tus niños podrían hacer un interesante viaje educativo, y me gustaría asegurarme de que incluso las directoras puedan descansar un poco.

Entonces, ¿estás todavía molesta?, sin embargo, cuando recibas mi regalo, ¡estoy seguro de que me mostrarás una sonrisa radiante!

A pesar de todo, creo que en parte tu magia funcionó. Desde que recibí tu carta no hago otra cosa que pensar en el pasado.

Me preguntaste qué estaba haciendo ese día en la Colina de Pony vestido con el traje tradicional escocés. Debes saber que entonces de hecho, desde que era todavía muy pequeño, me estaba completamente prohibido no solo salir libremente, sino también presentarme en público.

Como ya has tenido la oportunidad de conocer, era solo un niño cuando me encontré cumpliendo el papel del cabeza de la familia Ardlay. Existen razones complicadas que dieron lugar a esta circunstancia: para los Ardlay, en efecto, lo que más importa son los vínculos de sangre. Mi padre, William C. Ardlay, era un excelente hombre de negocios y él había sostenido a la familia desde muy joven. Su muerte repentina

creó una fuerte inestabilidad y no había nadie más que yo en ese momento, un niño de solo ocho años, para poder sucederlo. El papel de cabeza de familia se traspasa de William a William, en una línea de descendencia directa. La tía abuela Elroy, hermana mayor de mi padre y los ancianos de la familia pensaron cuidadosamente qué hacer, porque sabían que entre los Ardlay había personas interesadas en ocupar mi puesto.

No hace falta que conozcas los detalles de este conflicto interno, ahora todo se ha resuelto para mejor.

De cualquier modo, los ancianos decidieron confiar en mí el papel de cabeza de la familia y de cuidar todo hasta que tuviera la edad suficiente. Siguiendo un plan muy cuidadoso, se aseguraron de que en la familia y también en el mundo de los negocios se corriera la voz de que el señor William A. Ardlay era un hombre excéntrico, pero particularmente hábil en su trabajo. Por fortuna la familia era muy numerosa, y solo poquísimas personas conocían la verdad. Por otra parte, a fuerza de escuchar la misma historia, la gente terminó por creerla.

Los efectos de este plan fueron realmente terribles. Con el tiempo, el recuerdo sobre mí desapareció de la memoria de mis familiares más pequeños con los que pasé la infancia. Ni siquiera yo sé cómo sucedieron las cosas. Era una especie de marioneta, y estaba muy solo.

Mi única compañía estuvo representada por sirvientes discretos y profesores particulares, cuidadosamente seleccionados y especializados en temas que cubrían la administración de empresas y el derecho. Así, crecí rodeado de adultos de carácter severo. Mientras tuve a mi hermana Rosemary cerca, logré soportar todo con tranquilidad. Ella fue la única capaz de entenderme, la única que se preocupaba por mi situación y por mi identidad robada. Entonces, desafortunadamente, también ella me dejó.

Oh, Candy En la familia de mi madre hay muchos casos de mujeres jóvenes que murieron en edad temprana. El mismo destino le tocó también a ella, fallecida inmediatamente después de haberme dado a luz. Por lo tanto, mi hermana, mucho mayor que yo, fue para mí como una segunda madre.

Aquel día cuando te conocí, como una niña llorando, me había escapado de casa. No te rías: ¡incluso una fuga de un día es siempre una fuga!

Recuerdo que en la segunda residencia de los Ardlay, en Lakewood, se estaba llevando a cabo una fiesta, y como siempre, me estaba prohibido salir de mi habitación. En aquellas ocasiones, normalmente Georges me llevaba a algún lugar lejano, pero aquella vez probablemente no le había dado tiempo.

Encerrado en mi gran habitación, me había sumergido en el estudio.

Afuera escuché la risa de los otros chicos de la familia y el sonido de la gaita. Estaba convencido de saberla tocar mejor que los demás, pero los únicos que me escuchaba eran la tía Elroy, capaz de elogiarte mientras mantenía una expresión austera, y el inexpresivo Georges. Ni siquiera tenía amigos de mi edad.

Cuánto más escuchaba esa música, más insostenible me parecía la situación y me puse el traje tradicional escocés. Ese es de hecho el atuendo habitual adoptado por los jóvenes Ardlay para las ocasiones oficiales.

En comparación con las fiestas celebradas en Chicago, pensé que participarían pocos miembros importantes de la familia y que, vestido de esa manera, nadie sin duda se habría de fijar en mí.

Por el contrario, uno de los ancianos me descubrió inmediatamente y la tía Elroy me regañó severamente diciendo que debía entender mi posición. Sentí una rabia que nunca había sentido antes.

Sabía que todavía tendría que aguantar por poco tiempo, porque pronto iría a la universidad en Inglaterra, lejos de todos. La idea de poderme liberar de aquella vida opresiva me consolaba, pero parecía que aquel día no llegaría nunca. Al final, incluso en Inglaterra pronto me seguiría alguien para vigilarme. Me preguntaba hasta cuándo me tendrían aislado de aquella manera

¿Quién era realmente? Tenía diecisiete años, pero ni una pizca de libertad. Solo mi nombre parecía vivir una vida propia, mientras yo llevaba esa existencia anormal.

Me escapé de la residencia. Ya era bueno conduciendo, así que tomé un automóvil. Sabía que no pasaría desapercibido vestido de aquel modo, pero me sentí tan agobiado que no me preocupé por nada más. No llevaba ni siquiera un poco de dinero conmigo.

Era la primera vez que me sentía tan libre.

"¿Entonces qué? ¡Yo soy William Albert Ardlay! ¿Qué quieren de mí?

Tal vez realmente grité al volante esas palabras. Conduje sin rumbo.

No sé por qué en un momento dado me detuve y subí a esa colina. Tal vez lo hice porque su altura y tamaño representaban la imagen perfecta que tenía de una colina.

Acostado sobre la hierba, el cielo se veía inmenso y me parecía ser absorbido por aquel azul celeste. Las hermosas nubes blancas se movían plácidamente, llevadas por el viento. Las envidié por su libertad.

Mientras estaba allí absorto, de repente las nubes se separaron, tomando diferentes direcciones. Algunas se unieron a otras nubes, otras desaparecieron en el aire. Candy, en aquel momento, me sobrepuse. Ni siquiera las nubes eran libres: cada una de ellas debía enfrentar su propio destino. Llevadas por el viento ellas también se veían obligadas a separarse y a tomar una ruta inesperada. Entonces, ¿por qué continuaban viajando con aquella calma?

Me puse a pensar en mi familia, en mi padre, en mi madre, en mi hermana y en Georges, siempre listo para seguirme como una sombra. Después pensé en la tía Elroy, una mujer estricta que intentaba, sin embargo, protegerme por todos los medios.

Me di cuenta de que donde quiera que fuera, siempre sería un Ardlay. Yo quería ser libre, pero no podía renegar de mi familia. Sin embargo, ya no tenía la intención de dejar que nadie dirigiera mi vida. Quería tomar solo mis propias decisiones y decidir por mí mismo.

Al pensarlo, me sentí repentinamente más ligero.

Fue entonces cuando una niña subió corriendo por la colina, veloz como una bala y con una mueca en la cara. Sí, Candy: eras tú.

Recuerdo bien el esfuerzo que hiciste para no llorar. Entendí que estabas esperando a estar sola sobre la colina para poderlo hacer. Tu imagen me impactó el corazón.

Sabes, Candy, fue la primera vez que vi y escuché a alguien abandonarse a un llanto tan liberador y sincero.

Y también fue la primera vez en la que pude admirar una sonrisa tan maravillosa. No pude evitar hablar contigo. Si ese día desaparecí de repente fue a causa de Georges. Lo vi subir la colina y me escapé por el otro lado, deslizándome por la pendiente, rápido como el viento. Tú estabas intentando indicarme un punto al pie de la colina y hablabas sola en voz alta. Probablemente, no te diste cuenta de que ya me había ido.

Sin embargo, Georges es muy rápido y me atrapó inmediatamente. Me sorprendió ver su rostro surcado por grandes lágrimas. Cuesta sostener la vista de alguien que llora sin siquiera decirte una palabra. La única otra vez que lo había visto en esas condiciones fue cuando murió mi hermana.

En esa colina descubrí la forma en que quería vivir.

Nunca olvidé a aquella niñita, por esto te reconocí inmediatamente cuando te salvé después de que te cayeras desde lo alto de la cascada. Del cuello llevabas colgada una cruz y mi broche. Por otra parte, no habías cambiado mucho respecto a nuestro primer encuentro (no te enojes).

Cuando me hablaste de ti, sentí el deseo de hacerte feliz. Quería que la chica que tenía ante a mis ojos encontrara su felicidad, y estaba seguro de poderla ayudar.

Mi carta se ha vuelto bastante larga. ¿Será esto obra de tu magia?

Te espero en Chicago.

Albert

P.D. Candy, puedo soportar cualquier cosa, ¿pero podrías parar con esto de Príncipe de la Colina? Me da escalofríos.

***

Nota: Albert, indudablemente, quiere cierto equilibrio en su relación con Candy. No quiere ser tratado con formalidad pero también rechaza el apodo de príncipe. Veremos qué pasa después del cumpleaños de Candy, que se celebrará en Chicago.

***

Nota: la siguiente carta de Candy fue redactada después de su cumpleaños, por lo que pudo ser enviada a finales de mayo de 1919. Candy cumplió 20 años.

Según leemos a Candy, el Sr. Cartwright aún no ha vendido sus terrenos para que sean usados en la ampliación del orfanato, así que dicha refacción tomaría lugar un tiempo después.

Para el señor Albert


¡Señor Albert! ¡Señor Albert! ¡Señor Albert!

¿Cómo dice? ¿Que puede escuchar muy bien incluso si no grito de este modo? El hecho es que estoy tan feliz, que no puedo evitar seguir gritando su nombre… ¡Gracias, señor Albert!

¡Me siento como si hubiera recibido yo sola las celebraciones reservadas para todas las chicas del mundo!

¡No puedo creer que aquella enorme habitación fue completamente re−decorada en color verde menta, especialmente paran mí! Esos muebles de madera hechos a mano, tan hermosos al tacto ¡su olor! Y pensar que me habría contentado con quedarme, como siempre, en la habitación de invitados. Ahora voy a tener ganas de volver a menudo a la residencia de Chicago.

Cuando vi todos esos regalos sobre la mesa, no supe cual abrir primero. ¡Pero no terminó ahí! ¡Estaba convencida de que el fruto de su sudor y lágrimas era precisamente esa habitación re−decorada! ¡Sin embargo, el regalo que se presentó ante mis ojos me dejó literalmente sin aliento! ¡Gracias, señor Albert!

¡Nunca podría haber imaginado que había recuperado a Cleopatra y Cesar! Cuando hicieron su entrada en el jardín, no podía creer lo que veía. Esos son los caballos de los que me ocupaba en la casa Lagan, los animales junto a los que solía dormir y despertar por las mañanas. Incluso después de ser adoptada, iba a escondidas al establo de los Lagan, y cuando supe que se habían vendido por separado, me sentí realmente abatida. César y Cleopatra estaban muy unidos y pude percibir cuánto se cuidaban el uno al otro. ¿Cómo pudieron haberlos separado de ese modo? No podía perdonar a los Lagan y el comportamiento de Neal y Eliza: esos dos que se interesan por algo solo por un momento y luego, cuando se cansan, lo olvidan por completo. De seguro, el capricho de Neal de comprometerse conmigo debe haber sido algo similar. ¡Lo pasé realmente mal!

Los dos caballos son en realidad muy viejos, pero no han perdido la elegancia que caracteriza a los pura sangre. Lo que más me conmovió es el hecho de que me recordaban. Ellos compitieron por limpiarme las lágrimas que caían sobre mi rostro. Luego comenzamos los preparativos para llevarlos al Hogar de Pony.

Oh, señor Albert, realmente quiere hacerme llorar continuamente, ¿no es verdad?

Los niños están entusiasmados con la idea de cuidarlos. El rancho de Cartwright también está cerca, y con seguridad César y Cleopatra podrán tener una vejez tranquila en la Colina de Pony.

La señorita Pony y la hermana Lane están felices de haber tenido unas maravillosas vacaciones. Dicen que no saben cómo pagarle, y apuesto a que pronto recibirá una larga carta de agradecimiento de parte de ellas. ¡Al parecer hacía más de veinte años que la señorita Ponny no ponía un pie en una gran ciudad! La hermana Lane, por otro lado, me ha confesado embelesada, que ve de nuevo en sueños la residencia de los Ardlay. Se pregunta todavía si todo fue real.

Lo mismo sucede con los niños. No hacen más que hablar de Chicago y siempre les digo que si quieren regresar algún día, tienen que portarse bien. Cuando los reprendo solemnemente de esta manera, inmediatamente ponen atención.

Aprovechando la ocasión, también he podido ver de nuevo a Archie, Annie y Patty, después de tanto tiempo. Sin embargo, mi magia se fue desvaneciendo. De hecho, tuve muy poco tiempo para hablar con usted.

Señor Albert, me parece que está realmente ocupado Temo por su salud. Incluso el Doctor Martin le dijo que no se fatigara demasiado, ¿verdad? Me pregunto si la amnesia es una patología que vuelve a presentarse ¡No quiero volver a vivir de nuevo ciertos momentos!

Recuerdo aquellos días de incertidumbre y al mismo tiempo de tranquilidad vividos en la casa de la Magnolia. No teníamos dinero, pero lo pasamos muy bien. Nunca olvidaré cuando me pidió compartirlo todo, las cosas buenas y las malas. Quería que usted se recuperara pronto, pero por un lado nuestra vida como hermano y hermana no parecía tan mala. ¡Bien, ahora soy su hija adoptiva! Tal vez debería empezar a llamarle ¿padre?

Por cierto, ¿cuándo le regresó la memoria? La próxima vez me gustaría que me contase también sobre su vida en África

Pero quién sabe cuándo lo veré de nuevo…

Su hermosa hija adoptiva:

Candy

***

Nota: Es obvio que después de conocer el corazón de Albert un poco más a detalle, Candy ha ido suavizando su trato con él, y tras el detalle de haberle celebrado una bonita fiesta en Chicago, ella intenta llamarle “padre”. Ahora veremos qué opina él al respecto.

***

Un apresurado saludo para Candy


Querida Candy:

Te escribo una pequeña queja. Me habías prometido que ya no sería más el objeto de tu venganza, ¿verdad? ¿Y ahora qué significa este "padre"? ¿Y qué quieres decir con "hermosa hija"?

Sí, claro, tú eres hermosa quizás (¿te hice enojar?), y ciertamente no se puede negar que tú eres mi hija adoptiva. De hecho, se me había olvidado. Todavía soy joven, soltero, y sin embargo, ya tengo una hija… es algo que incluso a mí me sorprende.

Además, la palabra "hija adoptiva" suena insoportable para mis oídos. No lo parecerá, pero soy un tipo sensible (¡no te rías!).

Cambiando de tema, voy camino a Sao Paulo. Te escribiré una vez que llegue. Me gustaría que le dijeras a la señorita Pony y a la hermana Lane que he hecho solo lo que se espera de un buen padre adoptivo.

¿Padre adoptivo? ¡Oh no! Me lo he dicho a mí mismo

¡Por favor, cuídate y salúdame a los niños!

Albert

***

Nota: Como ya ha pasado el cumpleaños de Candy y ella ha intercambiado unas cuantas misivas con Albert, es posible que que el viaje de Albert a Brasil (el cual se mencionará en la sig. carta), se haya hecho a mediados de junio de 1919.

***

Un apresurado saludo para Candy


Querida Candy:

Te escribo una pequeña queja. Me habías prometido que ya no sería más el objeto de tu venganza, ¿verdad? ¿Y ahora qué significa este "padre"? ¿Y qué quieres decir con "hermosa hija"?

Sí, claro, tú eres hermosa quizás (¿te hice enojar?), y ciertamente no se puede negar que tú eres mi hija adoptiva. De hecho, se me había olvidado. Todavía soy joven, soltero, y sin embargo, ya tengo una hija… es algo que incluso a mí me sorprende.

Además, la palabra "hija adoptiva" suena insoportable para mis oídos. No lo parecerá, pero soy un tipo sensible (¡no te rías!).

Cambiando de tema, voy camino a São Paulo. Te escribiré una vez que llegue. Me gustaría que le dijeras a la señorita Pony y a la hermana Lane que he hecho solo lo que se espera de un buen padre adoptivo.

¿Padre adoptivo? ¡Oh, no! Me lo he dicho a mí mismo

¡Por favor, cuídate y salúdame a los niños!

Albert

Candy

***

Para la quizás hermosa Candy


Querida Candy:

Estoy en un hotel de São Paulo y son las dos de la mañana.

Finalmente estoy solo.

Estoy muy bien, así que no te preocupes. En este período, realmente disfruto dedicándome al trabajo. No es por nada que la sangre de mi padre William fluye dentro de mí.

Estoy feliz de que hayas pasado un maravilloso cumpleaños y entiendo que ¡la fiesta fue un éxito! Te pido disculpas de veras por haberme tenido que ir pronto.

Me imagino que en este momento César y Cleopatra están descansando en el Hogar de Pony. Realmente son una bonita pareja, y es magnífico constatar ver lo unidos que están. Me hubiera gustado que vieras su alegría cuando se reencontraron. No hay diferencia entre los animales y los seres humanos. Por el contrario, tal vez los animales son criaturas mucho más puras; ellos nunca te traicionarían.

Tuve que dejar a Poupé en África y fue una decisión que me costó mucho. En la última clínica veterinaria en la que trabajé, ella era muy querida, así que pensé que era la elección correcta. Posteriormente me informaron que había muerto de vieja. Candy, por favor, reza también tú para que descanse en paz.

Cuando recuperé la memoria, me alegré por haber evitado que Poupé estuviera involucrada en el accidente que ocurrió en Italia. Sin embargo, ver a César y a Cleopatra hizo estremecer mi corazón: incluso a costa de morir en aquel accidente ferroviario, quizás ella hubiera preferido partir conmigo.

Lamento decirlo, pero yo no fui quien encontró a tus queridos caballos fue todo mérito de Georges.

Estoy realmente impresionado de su habilidad. Comienzo a entender por qué lo defines como tu Caballero Blanco. Sin embargo, incluso él tuvo dificultades para encontrarme, cuando nadie sabía qué había sido de mí.

Creo que comencé a recuperarme de la amnesia cuando me llevaron a la clínica del Doctor Martin, después del accidente automovilístico. Hasta entonces, varias imágenes habían aparecido como destellos fugaces, pero después de ese incidente, tuve un fuerte dolor de cabeza y sentí que me desmayaba.

Estaba en el trabajo, donde me habían permitido ocupar el puesto de lavaplatos. Cuando recuperé la conciencia volví a ser yo mismo, Albert o más bien, William Albert Ardlay.

Debería habértelo dicho de inmediato, pero no fui capaz. Todavía hoy creo que estaba equivocado, pero no quería alejarme del calor de la vida que llevábamos. Sabía bien que, una vez que regresara a la Casa de los Ardlay, debería desempeñar mi papel como cabeza de familia, y ya no me sería posible huir de la responsabilidad. También ese deseo mío era puramente egoísta.

Mi conducta imprudente causó gran preocupación a muchas personas, pero si logré llevar la vida que quería fue siempre gracias a los Ardlay y a la dedicación demostrada por Georges.

Querida Candy, quiero que sepas que no me limité a divertirme por todo el mundo. Si me encontraba en Inglaterra, era porque también estaba supervisando la preparación de un nuevo proyecto empresarial. Sin embargo, el hecho de que nos hubiéramos encontrado por casualidad, me hace pensar en ese hilo misterioso que nos une y del que siempre hablas.

Una vez cumplido mi deber y tranquilizado al verte de nuevo serena en Londres, decidí dejar el zoológico Blue River para llegar a mi tan querida África.

Dondequiera que fui, nunca tuve que preocuparme por el trabajo o como viviría. También eso se lo debo

a mi pertenencia a la familia Ardlay. Siempre me asaltaron las dudas sobre no ser capaz de hacer nada por mí mismo, pero el viaje a África me permitió afrontar este miedo.

Elegí irme, cortando también el contacto con Georges, solo porque quería tratar de valerme por mí mismo.

Incluso en África rondaba el alarmante presagio de la guerra, y fue tal vez esa atmósfera la que me sacudió. Los negocios de la familia Ardlay eran estables y pensé que incluso si desapareciera por un tiempo, no habría ningún problema. ¿Cómo pude haber sido tan egoísta? Sabía bien, desde el comienzo, que mucha gente se preocuparía por mí, y ahora realmente me siento muy avergonzado por mi superficialidad.

Mi participación en aquel incidente ferroviario en Italia fue tal vez un castigo justo. Sé que en esos vagones viajaba un espía, y no es de extrañar que se haya sospechado de un tipo como yo, sin identidad y con aspecto pobre.

Chicago. El nombre de esa ciudad, esta única palabra que quedó en mi memoria, fue capaz de salvarme y me trajo de regreso a ti. Creo que me volví mucho más religioso de lo que nunca había sido. Si no hubiera habido una buena persona en el campo de refugiados en donde me encontraba, dispuesta a ayudarme a volver a América y si no te hubiera encontrado

Sabes, Candy, en ese momento no era más que un hombre sospechoso, carente de recuerdos y de su propia identidad, pero tú no me abandonaste. Incluso cuando me dieron de alta del hospital, te quedaste a mi lado y me consolaste diciéndome que algún día, sin lugar dudas, me recuperaría.

Hiciste todo esto por un hombre que solo te ayudó una vez en la vida. Las palabras nunca podrán expresar mi gratitud hacia ti. También en el futuro, quiero asegurarme de que puedas encontrar la felicidad.

Una vez regrese a Chicago, te prometo que tomaré unas vacaciones y te visitaré.

Bert

***

Nota: ha llegado el turno de Candy de responder. Según vemos, Albert ha pasado un tiempo considerable en Brasil pero volvería a Estados Unidos poco antes de septiembre del mismo año, para la reconstrucción del Hogar de Pony. ¿Por qué septiembre? Porque Candy le envía una carta a Archie cuando él ha entrado hace poco a la universidad y ella le comenta sobre la ampliación del orfanato, y las clases en USA comienzan a finales de agosto o principios de septiembre.

***

Carta para el querido señor Albert de Candy


Querido señor Albert:

¿Cuándo regresará de Sao Paulo y vendrá a verme al Hogar de Pony? Si realmente está tan agradecido conmigo, de verdad espero que venga a reunirse conmigo pronto.

Pero, ¿realmente lo llamaban "Bert"? ¡Qué lindo sobrenombre!

Bueno, hoy mi carta termina aquí. Quiero hablarle de todo cuando venga en persona.

Su, quizás, un poco tacaña con las palabras

Candy

***

Para Archibald Cornwell


Querido Archie:

¿Ya te has acostumbrado a tu nueva vida?

La decisión de asistir a la Universidad de Massachusetts también sorprendió mucho a Annie; pero ahora se ha recuperado, convencida de que estás siguiendo tu deseo.

Se ha vuelto muy fuerte, ¿no te parece? También me envió una carta admirable en la que me decía que, mientras espera tu regreso, hará todo lo posible por encontrar su propio camino.

La guerra finalmente ha terminado, pero el mundo todavía está conmocionado. No es posible hacer desaparecer la ansiedad que se cierne sobre todos nosotros, ¡pero debemos seguir adelante!

Me imagino que después de haber celebrado un encuentro en Lakewood para recordar a Stair te ha en parte reconfortado, pero también sé cuánto te habrá costado volver a la residencia en la que, tú, Stair y Anthony pasaron momentos de los cuales nunca fui partícipe.

El tío abuelo William dijo: "Cada vez que veo a Archibald, lo encuentro más y más maduro y esto me hace muy feliz".

Por supuesto que estas palabras tienen un peso completamente diferente, ¡si pensamos que ha sido el señor Albert quien las ha pronunciado!

El señor Albert y el tío abuelo William todavía hoy me pregunto a veces si realmente son la misma persona.

Recuerdo que cuando lo descubriste te quedaste con el dedo apuntando hacia él, ¡con los ojos muy abiertos e incapaz de pronunciar palabra! Cuando recuerdo la expresión que tuviste ¿recuerdas cuántas veces pediste que te explicaran toda la situación? ¡Nueve veces! Incluyendo los farfulleos que siguieron y las conversaciones que mantuviste contigo mismo.

Me divierte pensar en la cara de sorpresa que Anthony y Stair habrían puesto, si todavía estuviera con nosotros.

Solo muy pocos miembros de la familia conocían el secreto del tío. De ellos admiro su discreción y cohesión. Si me hubiera encontrado en la misma situación, no estoy segura de haber podido hacer lo mismo. Por supuesto lo habría revelado todo de inmediato (¿cómo dices, Archie? ¿que tengo toda la razón?).

De hecho, si el señor. William A. Ardlay es el equivalente al joven señor Albert (que a su vez también parece más joven que su edad), por muy astuto hombre de negocios que sea, su aspecto no encaja mucho con la responsabilidad y el rol que desempeña.

Como cabeza de familia de los Ardlay, el señor Albert está muy ocupado en este momento, y casi no tenemos forma de hablar con calma. A pesar de estar terriblemente ocupado, sin embargo, tuvo la amabilidad de venir a Lakewood. Allí incluso Patty, siempre tan callada, le preguntó por qué quiso ocultar su propia identidad.

Patty también ella, después de que su vida tuvo que seguir caminos inesperados, ha encontrado lo que desea hacer: cuando termine en la Universidad de Chicago, ¡ha decidido convertirse en maestra!

Archie, ¡todos ustedes han empezado a recorrer su camino! ¡Estoy tan feliz!

En este momento, el Hogar de Pony se encuentra en medio de renovaciones y ampliaciones. El señor Cartwright, que es terrateniente, de hecho, nos ha cedido terrenos a un precio ventajoso, y la señorita Pony y la hermana Lane están encantadas: ¡ahora podrán continuar cuidando de los niños con tranquilidad!

Todo fue gracias al tío abuelo William. Se tomó muy en serio el asunto del Hogar de Pony, ofreciéndose incluso a reconstruirlo. Las directoras, sin embargo, rechazaron categóricamente la ayuda excesiva, no queriendo abusar demasiado de su gentileza.

Cuando se habla de estas cosas, siempre termino expresándome en tono formal y en cada ocasión el señor Albert pone una cara de tal desaprobación Pero ¿sabes?, Archie, no puede hacer nada: no puedo evitar pensar que todo este apoyo proviene de tío abuelo y no de aquel barbudo señor Albert que en aquella época parecía un pirata.

El nuevo Hogar de Pony tendrá habitaciones para invitados, así que, Archie, ¡ven a visitarnos!

¡Naturalmente trae a Annie contigo!

Querido Archie, ¡cuídate y esfuérzate mucho en los estudios!

No veo la hora de volverte a abrazar.

Candy

***

Nota: La anterior, es la última carta correspondiente a 1919. En la que sigue, dedicada a Elroy, Candy describe cómo está el paisaje ahora que es primavera nuevamente. Es decir, que hemos llegado a marzo de 1920.

***

Para la tía abuela Elroy


Estimada tía abuela Elroy:

Incluso en este pueblo, inmerso por largo tiempo bajo la nieve, ha llegado finalmente la primavera y los pájaros han empezado de nuevo a cantar. Dentro de pronto las flores empezarán a abrirse y el Hogar de Pony se verá rodeado de pétalos de todos los colores.

Me alegra saber que su estado de salud es bueno.

Después de mucho pensar, me he llenado de coraje y he decidido escribirle. Por favor sea tan amable de leer mis palabras hasta el final.

Quisiera hablarle de Archibald Cornwell y Annie Brighton.

Sé bien que se enojará, diciendo que no es asunto mío, pero definitivamente necesito que me escuche.

Estos dos chicos se aman y lo han hecho desde hace mucho tiempo.

Annie quería a Archie desde antes de que se mudara a Lakewood y continuó atesorando ese sentimiento, manteniéndose siempre a su lado y apoyándole con dulzura. Con el tiempo, Archie también ha comenzado a corresponderle, y por todo este tiempo yo he sido testigo de su camino juntos.

Se lo ruego, tía abuela, ¡acepte el sentimiento sincero que les une!

He recibido una carta llena de angustia de parte de Archie en la que me dice que usted, el señor Cornwell y todos los miembros de la familia Ardlay se oponen a este compromiso.

Imagino que uno de los motivos para tanta hostilidad se debe al origen de Annie, quien ha crecido en el mismo orfanato que yo.

Nosotras fuimos abandonadas, y por más que lo deseamos, nunca sabremos quién nos trajo al mundo.

Estamos convencidas de que nuestros padres se vieron obligados a tomar una decisión tan triste, pero nosotras no tenemos ninguna culpa por su elección.

La señorita Pony, la mujer que nos crió, siempre ha definido lo que nos ha pasado como "un pequeño descuido de Dios". El tipo de familia en el que se nace puede depender de un leve error de Dios, por lo que no debemos entristecernos o sentir rabia. La señorita Pony también afirma que no importa de dónde venimos: lo que importa es que cuando dejemos este mundo, podamos sentir que hemos vivido una existencia plena.

A los ojos de la gente, también podemos parecer chicas que tuvieron un comienzo difícil, pero hoy soy una persona increíblemente feliz. Además, a diferencia mía, Annie fue adoptada desde pequeña por la familia Brighton y como bien sabrá, ha sido amada y criada como una verdadera hija.

No podemos negar que el rango de la familia de Annie es inferior al de la familia Ardlay y sé también que recientemente se ha sabido el hecho de que los Brighton han contraído deudas por una cantidad nada desdeñable. Sin embargo, los señores Brighton han dicho que no tienen ninguna intención de causar molestias, y el mismo Archie no tiene ninguna preocupación sobre ese asunto.

El señor William ya ha dado su consentimiento, y los dos chicos no tendrían motivos para dudar más tiempo en hacer su sueño realidad, pero Archie desea tener el consentimiento sincero de sus padres y de la familia Ardlay.

Le ruego, tía abuela, bendiga la unión de estos dos jóvenes tan enamorados. ¡Por favor! Estoy convencida que, una vez obtenido su consentimiento, también los señores Cornwell cambiarán de idea.

Tía abuela, ¡le agradezco que haya leído hasta el final esta larga carta mía! Archie no sabe que me he dirigido a usted, y naturalmente, lo mismo ocurre con el tío abuelo.

Le ruego me perdone por esta intromisión, pero le pido por enésima vez que se muestre magnánima con estos dos jóvenes.

Ruego porque siempre goce de buena salud.

Candice W. Ardlay

***

Para Alistair Cornwell


Querido Stair:

¡Tengo una gran noticia! ¡La fecha de la fiesta de compromiso de Archie y Annie ha sido finalmente fijada!

La tía abuela Elroy y los Lagan (¡Eliza y Neal principalmente!) se opusieron, conspirando en las sombras e involucrando a toda la familia, pero al final venció el peso de la decisión tomada por el cabeza de la familia: el tío abuelo William ha dado en efecto su bendición, y lo ha hecho con todo su corazón.

Al parecer, inicialmente el tío abuelo no se esperaba semejante obstinación por parte de la tía abuela, de hecho, esperaba que se resolviese todo fácilmente. Él no le da importancia a la procedencia y al origen de las personas; debe ser por eso que no consigue precisamente tener buenas relaciones con el resto de los Ardlay.

Uno de los motivos de esta dificultad se debe seguramente a mí. Creo que mi adopción, que ocurrió sin pedir el consentimiento de nadie, representa todavía una herida profunda para la tía abuela y los demás.

Esto lo siento mucho.

Ah, pero tú, Stair, ya lo sabes todo, ¿verdad? Entonces también sabes que Archie, suspirando, dijo: "Cómo quisiera que Stair estuviese aquí"... ¡Sí! ¡Seguro que sabes incluso la verdadera identidad del señor Albert!

Desde que empezaste este largo viaje tuyo, han sucedido de verdad muchas cosas. Todas las veces me

preguntaba qué habrías pensado y, sin darme cuenta, empecé a escribirte en mi corazón cartas, como lo estoy haciendo ahora

Cuando hablo contigo me siento más serena e inexplicablemente, me parece casi como si recibiese tu respuesta. Stair, ¿por casualidad has inventado el Servicio Postal del Paraíso?

Desde el día en el que he recibido la invitación para la ceremonia de compromiso de Archie y Annie, estoy llena de felicidad ¡y tú eres el único con el puedo compartir esta emoción!

"¿Y yo?", me pregunta siempre el tío abuelo, hablando como si fuese Albert (incluso si después son la misma persona).

También me gustaría compartir con él mi emoción, pero no hay nada que hacer: solo tú, Stair, puedes de verdad entenderlo.

Tú los observaste desde mucho tiempo antes que yo, me pregunto cuanto te habrás alegrado y me pregunto qué increíbles invenciones habrías ideado para festejarlo Si lo pienso, me pongo a reír yo sola.

¡Falta todavía tiempo para la boda, pero Annie se convertirá felizmente en tu futura cuñada!

Al principio los señores Cornwell se oponían, pero parece que estaban solo influenciados por la Tía abuela Elroy. Ahora, sin embargo, tratan a Annie con gran amabilidad.

Tu padre se comporta exactamente como tú, ¿sabes? Habla del mismo modo, e incluso cuando dice cosas serias parece casi como si estuviese bromeando No sabía que él también destruía cosas y se divertía reconstruyéndolas. Es por esto, por lo que Patty se siente al mismo tiempo triste y aliviada cuando lo ve.

Oh Stair Por un lado, estoy entusiasmada por la noticia del compromiso de Annie, pero por otra parte siento un dolor tan grande cuando pienso en Patty ¡Sin embargo, estoy segura de que tú siempre vas a velar por ella!

Patty ahora está llena de entusiasmo, y está concentrada en convertirse en profesora. ¡También ha empezado a criar una tortuga que ha llamado "Hughely II"! Seguro que ella sabe más que nadie lo mucho que tú esperas verla feliz.

¿Quieres saber si soy feliz? ¡Claro que lo soy! Después de todo yo tengo la cajita de música de la Felicidad de Candy. Has sido capaz de crear un objeto con efectos extraordinarios, ¡eres realmente un inventor increíble!

El compromiso de Archie y Annie se llevará a cabo en Lakewood. Fue él quien me lo dijo en secreto. Ese día harán su entrada por tu Portón del Agua, y tienen la intención de dejar a todo el mundo sin habla.

Ayúdales a hacerlo de forma que todo salga a la perfección, ¿vale?

Yo seguramente te buscaré en la luz del sol y, naturalmente, también buscaré a Anthony.

Ese día, por favor, bendice a Archie y Annie con una suave brisa.

Una carta de parte de tu Candy

***

Nota: Bert es el sobrenombre que Albert sugirió y que Candy aceptó de forma gustosa. Al fin, ambos han llegado a un acuerdo, o como diría una ronda infantil: “Al cabo fuimos de una opinión”. :-)

***

Nota: ahora entramos a finales de la siguiente primavera, es decir que llegamos a 1921. Por clima aún fresco y por toda la vegetación descrita, podemos decir que falta muy poco para que comience el verano. La primavera termina a mediados de junio, así que podemos decir que estamos esos días de 1921.

Carta para el Pequeño Bert


Para el señor William Albert Ardlay, alias Pequeño Bert:

Me pregunto si en este momento el pequeño Bert está todavía trabajando Como siempre, he regresado de la Clínica Feliz del Doctor Martin y acabo de dejar en la cama a los niños.

Pequeño Bert, ¡estoy realmente contenta porque me haya revelado este sobrenombre! Era la forma como lo llamaba su hermana Rosemary, la mamá de Anthony. Sólo ella usaba esta expresión, y sin embargo, ¡yo tengo el honor de poderle llamar de esta manera!

Hoy le escribo porque quiero hablarle con un espíritu renovado. En esas pocas horas que transcurrieron en Lakewood, es como si una parte de mí hubiera renacido.

Sus visitas improvisadas no le hacen bien a mi corazón, y el hecho de que me esté acostumbrando significa que me estoy volviendo más fuerte, ¿verdad? Esto también vale por las directoras.

¡El viaje en auto por Lakewood fue maravilloso!

Los lupinus, o mejor los lupinos azules, las rudbeckias, los trachymene, y los perifollos silvestres. El camino que recorrimos estaba flanqueado por muchísimas flores, y usted se sorprendió porque yo murmuré todos sus nombres. ¡Gracias por haberse impresionado tanto!

Era muy agradable el viento que entraba por la ventana completamente abierta y cuando, mientras conducía, entonó aquellas canciones populares escocesas, me quedé completamente extasiada escuchando.

A la edad de trece años recorrí aquel mismo camino, llena de desilusión por no haberme convertido en una verdadera hija adoptiva. Pero mientras nos acercábamos a la residencia de los Lagan, mi corazón estaba al mismo tiempo lleno de esperanza por la perspectiva de una nueva vida.

Pequeño Bert, puede imaginar mi emoción al encontrarme de vuelta en compañía del Príncipe de la Colina (es la última vez, ¡lo prometo!) ¿Y del tío abuelo William? (¡también para él será la última vez!)

No había nadie en la casa de los Lagan. Después de haber dejado el auto en la residencia de los Ardlay, caminamos por el sendero que se dirigía a los tres portales.

Yo había regresado varias veces a Lakewood, pero era la primera vez en su compañía, y durante nuestra caminata, me inundaron tantos sentimientos encontrados que ni siquiera fui capaz de hablar. Sentí que a usted le ocurrió lo mismo.

Stair y Anthony mi corazón se llenó con pensamientos de las personas con las que no me volveré a ver.

Imagino que para usted este lugar representa mucho más, porque está vinculado a su padre, a su madre, que conoció solo a través de retratos y a su hermana Rosemary Brown.

Fui yo quien quiso dirigirse al bosque. Ese mismo bosque en el que Anthony murió al caer del caballo.

El prado rodeado por rosas multiflora estaba plagado de flores de arándano y la luz luminosa y titilante de la tarde parecía casi trazar una frontera entre dos mundos. Todo era tan hermoso que empecé a llorar.

De hecho, volví a pensar en la cacería de zorro. Si solo no se hubiera hecho esa partida de caza, organizada con motivo de mi presentación oficial como hija adoptiva, Anthony no nos hubiera dejado tan prematuramente.

"Fue culpa mía. Es culpa mía si Anthony…”

Cuando comencé a llorar, usted me abrazó de inmediato dulcemente.

"Yo fui quien decidió adoptarte y fui yo quien quiso organizar la cacería de zorro".

Su voz llena de dolor impactó mi corazón, haciéndome entender que también usted, durante todo este tiempo, ha estado compartiendo mí mismo pesar.

Perdóneme por haber llorado de esa manera contra su pecho. Me temo que arruiné su camisa fina.

Es realmente cierto que ninguno de nosotros puede saber lo que le espera a la vuelta de la esquina.

No fue culpa de nadie: desde que logré tomar consciencia de esto, me siento como renacida.

¡Gracias, señor Albert!

Y luego nos dirigimos a aquella habitación la habitación en la que supe quién era usted realmente. Sobre el escritorio estaba mi diario. Usted quería devolvérmelo... "Porque esto es algo valioso para ti".

Usted murmuró estas palabras mirando por la ventana. Su voz era tan serena

Mi diario habla casi enteramente de Terry, y yo también había pensado muchas veces qué había hecho usted con él.

Ese diario está ahora junto a mí, pero nunca lo volví a abrir y tengo la intención de devolvérselo, así como usted me devolvió el broche.

El tiempo que pasa es cruel y al mismo tiempo maravilloso.

No sé qué destino le espera a nuestro mundo, pero estoy convencida que los recuerdos hermosos viven en nuestro corazón, y que son ellos quienes nos dan la fuerza para afrontar la adversidad.

Estoy realmente agradecida con mis padres por haberme abandonado en el Hogar de Pony. ¡Gracias a ellos logré conocerlo a usted! Soy yo quien no tiene palabras para expresar mi gratitud.

Sí, señor Albert: he alcanzado mi propia felicidad.

Oh, no creo que pueda pegar un ojo tampoco esta noche, ¡pero espero que el Pequeño Bert pueda tener maravillosos sueños!

Con amor y gratitud:

Candy

***

Nota: Ahora que Candy ha dado ese paseo a Lakewood y que al fin reconoce que no tiene culpa por la muerte de Anthony, se siente con valor y sin una pizca de dudas para escribirle al Sr. Whitman. Es por eso que tardó casi un año y medio para escribirle.

Nota 2: Desde 1919 ya sabíamos que el Sr. Whitman vive en California, así que la mansión de Lakewood quedaría abandonada antes de ese año, sin embargo, su abandono fue como residencia, ya que se usaba para eventos especiales como la conmemoración de Stair y la fiesta de compromiso de Archie y Annie.

Concretamente, la propiedad quedó abandonada como residencia desde la muerte de Anthony, acaecida en 1912. Después de eso, Stair y Archie fueron enviados al San Pablo, donde a finales de ese año partiría Candy, mientras que la tía abuela Elroy se mudó a Chicago. En el verano de 1914, los chicos vuelven de Inglaterra y se establecen en la misma ciudad que Elroy, así que no hay registro de que hayan vuelto a Lakewood a pasar vacaciones. Por ese motivo, se reitera que la Lakewood quedó abandonada como residencia en octubre de 1912. Después del paseo a Lakewood en 1921, la propiedad pasó a otras manos.

***

Para el señor Jacob Whitman


Querido señor Whitman:

Ni siquiera sé por dónde empezar esta carta...

¡Soy Candy! Ha pasado tanto tiempo, pero yo siempre he seguido pensando en usted, en Mary y en todos los otros.

Hace algún tiempo me invitaron a la fiesta de inauguración del hotel de Miami de los Lagan. Estará sorprendido de saber que recibí una invitación oficial de parte de ellos ¿verdad?

Aquel evento me dio la oportunidad de volver a ver a Mary y a Stewart.

Fue la propia Mary quien me contó que usted se mudó a California y quien me dio su dirección. Yo, sin embargo, simplemente no conseguía decidirme a tomar una pluma...

Los recuerdos eran demasiado intensos para soportarlos. Supongo que usted podrá entenderme.

Querido señor Whitman, quiero darle las gracias por cuidar con tanta devoción la rosaleda. Incluso el abuelo William me ha informado de su amabilidad.

Me sentí triste al saber que la residencia de Lakewood había sido abandonada y actualmente está en desuso, pero cuando me enteré de que cada vez que usted pasaba por allí procedía a ventilar las habitaciones y velar por aquel inmenso jardín, me provocó una gran emoción. Se lo agradezco de verdad, de corazón.

Visité Lakewood después de tanto tiempo y lo encontré sin cambios. El Portal de las Rosas, la Entrada de Piedra y el Portón del Agua y después el bosque.

Donde quiera que fuese, la imagen de los árboles, y de la rosaleda no me han abandonado, ¿sabe?

Siempre solía preguntarme si las rosas Dulce Candy estaban floreciendo, y cuando me contaron que cada primavera volvían a revivir, aumentando incluso en número, me quedé un momento sin palabras.

Desde el día que me fui de Lakewood han ocurrido tantas cosas.

Supongo que ya sabe lo de Stair. Son todos eventos tan dolorosos que no pueden todavía convertirse en recuerdos.

Tal vez los tres portales de la mansión todavía están esperando a que sus respectivos propietarios regresen.

Ahora mismo he regresado a mi pueblo natal, en donde se encuentra el Hogar de Pony, y estoy trabajando como enfermera en la Clínica Feliz del Doctor Martin. Naturalmente, me ocupo también de echarle una mano al orfanato y mis días están bastante ocupados.

Señor Whitman, debe saber que durante mi visita a Lakewood, conseguí un esqueje de la rosa Dulce Candy. Tengo la intensión de cultivarla con cuidado en la Casa de Pony y hacer que aumente su número.

He mejorado un poco en la jardinería ¡de verdad! ¡Piense que ahora incluso puedo reconocer las malas hierbas de las plantas que dan flores!

Espero que incluso en la soleada California, rodeado del afecto de sus hijos y nietos, continúe haciendo florecer muchísimas flores. A la espera de poder volver a reunirme con usted algún día, le deseo lo mejor.

Candy

***

Nota: Poco tiempo después de la redacción de la carta a Whitman, Candy recibe la carta de Terry. Al hablar del pensamiento dedicado a Anthony, explicaremos por qué decimos esto.

***

Carta de T.G. para Candy


Querida Candy:

¿Cómo estás?

Ha pasado un año desde entonces pasado este periodo de tiempo, me había prometido escribirte, pero luego, preso por las dudas, he dejado pasar otros seis meses.

Ahora, sin embargo, me he armado de valor y he decidido enviarte esta carta.

Para mí nada ha cambiado.

No sé si llegarás a leer estas palabras mías, pero quería que tú supieses al menos esto.

T.G.

***

Nota: La siguiente carta, dedicada a Anthony, está redactada en el pensamiento de Candy, y ésta también fue dedicado al poco tiempo después del paseo a Lakewood.

Antes de esta carta, Candy comparaba la separación de Terry con la irrevocabilidad de la muerte, pero algo la hizo cambiar de opinión, porque ahora dice que si hay vida, existe la esperanza. ¿Qué le haría decir esto? Si no hubiera recibido la carta de Terry, tales palabras no tendrían sentido. Por esa razón, esa misiva tiene que ir después del paseo a Lakewood y antes de la carta a Anthony. Por esta razón también, es que sabemos que Susana murió en diciembre de 1919, y si Terry tardó un año y medio en escribirle a Candy, su carta llega justamente en junio de 1921. Por lo tanto, la separación de ellos no fue de diez años, sino que de ¡cinco años y medio! contando desde Susana.

***

Para Anthony Brown


Querido Anthony:

Pienso muy a menudo en ti, pero hasta hoy nunca he sido capaz de escribirte. La primera carta para ti solo puedo escribirla en mi corazón Es algo muy triste.

Seguramente ya te has encontrado con Stair e incluso con tu madre.

Sabes, Anthony, fui a Lakewood. ¿Adivina con quién? Oh, Mientras te hacía esta pregunta, me di cuenta de que nunca conociste al señor Albert. Por otro lado, incluso Stair y Archie solo lo conocieron en Londres.

Si hubieses conocido a esta persona, tal vez hubieras visto en él, a la señora Rosemary, tu madre. De hecho, el señor Albert no es otro que el tío abuelo William, que es al mismo tiempo el hermano menor de tu madre. Te has quedado sin palabras, ¿verdad?

¿Recuerdas cuando te hablaba sobre el Príncipe de la Colina y decía cuánto te parecías a él? Imagina mi sorpresa al descubrir que también él es en realidad el mismo señor Albert.

Aquel chico que apenas recordabas era tu tío. No es tan extraño que se parecieran tanto, ¿verdad?

¿Ahora entiendes por qué me confundí por un momento, cuando nos encontramos en el Portal de las Rosas?

La primera vez que te vi, ambos tenían el cabello rubio arenoso. Si el señor Albert hubiera mantenido esa tonalidad podría haber percibido algo, pero cuando lo conocí años después, tenía el cabello castaño. Sin mencionar que llevaba barba y extrañas gafas de sol.

Me parecía una persona muy diferente de ti pero ahora entiendo que el color de vuestros ojos es el mismo: un azul claro, como el cielo de la mañana.

Por lo que me ha contado, cuando era niño también él tenía cabello rubio, pero a lo largo de los años, su color se ha vuelto más oscuro. Durante sus viajes en el desierto, el tono se acentuó aún más, pero después del incidente y las diversas aventuras que tuvo que enfrentar, volvió a su color original.

En Lakewood, entré por primera vez en el salón conmemorativo de los Ardlay y allí pude admirar los muchos retratos de los antepasados de la familia. La pintura que retrata a la señora Rosemary es la más hermosa que yo nunca había visto. Tú eres todavía un recién nacido y tu madre sonríe felizmente, sosteniéndote en sus brazos.

No pude contener las lágrimas. Tu imagen de bebé era realmente dulce.

Recuerdo que una vez me hablaste sobre ella y me confiaste sus palabras: "Las flores mueren y renacen aún más hermosas. La gente muere y renace aún más hermosa en el corazón de los que quedan".

Cuando le referí esta frase al señor Albert, él escuchó sin decir una palabra. Luego, después de un largo silencio, me contó los detalles del matrimonio de su hermana Rosemary y tu padre, el señor Vincent Brown.

Me confió cómo tu madre no se dio por vencida ante la opinión de los Ardlay, profundamente contrarios a aquella unión, debido a la diferencia de estatus entre las familias. La señora Rosemary les dijo que la felicidad no depende del dinero o del prestigio social, sino de la posibilidad de vivir con la persona que se ama. Si estaban decididos a impedírselo, estaba dispuesta a renegar del apellido de los Ardlay en cualquier momento.

Rosemary era una persona dulce, pero también una mujer fuerte. Tú eras así también Anthony: dulce y fuerte al mismo tiempo. Si estuvieses todavía vivo, quién sabe en qué tipo de hombre te habrías convertido.

En mi corazón aún vive tu última sonrisa. Cuando te fuiste, tan repentinamente, me invadió el dolor y el mero hecho de poder continuar respirando me parecía una injusticia. Me era insoportable pensar que, aunque ya no estuvieras más, el sol continuara saliendo y ocultándose. Odiaba el hecho de que sintiera sed y hambre.

Estaba convencida de que nunca más me enamoraría de nadie como lo estuve de ti, pero después Ya sabes lo que me sucedió, ¿no es verdad? En Londres, estuve profundamente unida a una persona que se parecía a ti. En realidad, me parecieron similares solo durante un momento, y tal vez son personas completamente diferentes.

En cualquier caso, gracias a este chico descubrí que el amor tiene muchas formas, y que hay cosas que, una vez perdidas, no podemos recuperar. No podemos reunirnos más con aquellos que han dejado este mundo Es una realidad tan obvia, pero yo no podía aceptarlo. En cambio, ahora sé que incluso cuando se está vivo, hay circunstancias en las que el destino no permite que dos personas estén juntas. Después de todo, vivir significa acumular progresivamente estas experiencias. Sin embargo, si se continúa viviendo, siempre hay lugar para la esperanza.

Fue tu última sonrisa lo que me dio fuerzas, y también sé que me has perdonado por todo.

Gracias, Anthony el haberte conocido me regaló una gran felicidad.

Tú, Stair y todas las personas que conoceré en mi camino, las cosas tristes y las cosas bellas alimentándome de mis recuerdos, seguiré viviendo sin dejar de ser yo misma.

¿Quién sabe lo que el amanecer me traerá, envuelto en su luz blanca? No sé por qué, pero cualquiera que sea lo que el destino que me depare, estoy ansiosa por afrontarlo.

Sé que en este mundo ya no podremos vernos, pero un día, cuando nos encontremos cerca, quiero ser una persona de la que se pueda estar orgullosa. Por esto me esforzaré en seguir mi camino y, como te prometí, ¡lo haré con una sonrisa!

Anthony sigue velando por mí.

Desde la temporada en que florecen las rosas Dulce Candy,

Candy

***

Nota: La última carta es de Susie Anne Carson para Candy. Con este escrito, queda claro que Candy lleva mucho tiempo viviendo en Inglaterra.

Candy explica que dicha carta le llegó hace dos meses, y teniendo en cuenta que las retrospectivas comenzaron a tomar lugar a principios de la primavera (marzo), la carta le llegaría en enero, ¿pero de qué año? Si hay han pasado más de 20 años de la muerte de Anthony, acaecida en 1912, estamos en más o menos en 1935.

***

Mi querida, queridísima Candy,

Han pasado dos semanas desde mi llegada a Calcuta y por fin estoy empezando a acostumbrarme a mi

nueva vida.

Todo lo que veo y oigo continúa llenándome de asombro. Estoy segura de que esta ciudad te

conquistaría también. Todos los días, sin embargo, hay tantos enfermos que cuidar que no tengo casi

tiempo para comer ¡Quiero estudiar para poder ser todavía más útil a todos ellos!

Trabajando en esta clínica me pongo a pensar en la cantidad de cosas que podrías enseñarme si

estuvieras aquí conmigo. Sin embargo, ¡estoy bien, así que no te preocupes!

Voy a enviarte más postales. ¡Quién sabe cuándo nos volveremos a ver por favor cuídate mucho!

Susie

***

Fin de las cartas

**Un agradecimiento especial a Mizukifans por facilitar la traducción.**

Comentarios

  1. tomas detalles minúsculos con el entorno que narra candy en sus cartas o sucesos; para hacer análisis contundentes e irrefutables (ubicarlas por estación y año ).
    las felicito.

    Esto deja totalmente ordenada la historia y em gusta saber lo que pasó después del manga , y lo que cambiaron del manga.
    que bello!! muchas gracias

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    1. Precisamente, son esos detalles como los cambios de estación y los eventos que mencionan los personajes los que van marcando el paso del tiempo.
      Nagita se vale de las características más prominentes de las estaciones para señalarnos los tiempos.

      Gracias por leernos.

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  2. Wow gracias por poner las cartas en orden asi puestas Candy se pudo haber quedado con Cualquiera de ellos dos o hasta alguien nuevo pq ella estaba siguiendo su camino.

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    1. De hecho, no. El orden cronológico nos manda directamente a darnos cuenta de que ella solamente se pudo haber quedado con Terry. Revisa la parte final, después de la carta a Whitman para que veas a lo que me refiero.
      Aquí no hay neutralidad, secretos ni ambigüedad.

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  3. Mucas gracias por tu tiempo de poner en orden la cartas, mi deseo es que sea Terry su esposo. ,

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    1. Ha sido un placer, de verdad. Según el orden cronológico, tu deseo se ha cumplido
      :-).

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  4. Las cartas de Terry y de Anthony estan escritas de Tú, pero con Albert solo cuando se refiere a él como pequeño Bert, después siempre se refiere a él de USTED, ciertamente hay confianza, pero siempre se nota esa línea de respeto, que aunque son cartas privadas no se brinca esa línea entre ellos dos, por lo menos de parte de Candy. Me encantó este análisis, tenía dudillas sobre donde iba la carta de Whitman, pero es verdad, muy claro me queda cuando le dice que fue al bosque, gracias por compartir todaaaaas sus acertadas observaciones :)

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    1. Incluso en su edad adulta, Candy se dirige a Albert como "tío abuelo Williams" y eso revela demasiado sobre el trato de ellos dos.

      Respecto a la carta al Sr. Whitman, es una de las cartas más nostálgicas escritas de Candy para uno de sus amigos y se entiende porqué le tomó tanto tiempo: el jardinero se llevaba bien con Anthony y estaban ligados por el tema de las rosas. Fue el único personaje que tenía esa afinidad con Anthony y por ese motivo es comprensible que Candy necesitara del paseo a Lakewood para tomar el valor de dedicarle unas líneas primero a Whitman y después de Anthony.

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  5. Gracias por poner en orden las cartas, a mi criterio yo creo que el esposo de Candy es Terry segun todo lo que dicen las cartas, pero me gustaria que en un futuro la autora nos sacara de dudas y asi podre morir en paz con la certeza que es él, no concibo a Albert como pareja de Candy, eso me parece una relación incestuosa , uno no adopta a alguien como hijo para despues verlo como posible pareja, las que creen eso han destrozado el personaje de Albert. Ojala la autora no fuera tan mercantilista y nos diera un nuevo libro con un fin definitivo pero creo que eso es un sueño.

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    1. También me parece que este libro es el definitivo pero sí que estoy segura de que Nagita dejó a Candy y Terry juntos aunque el nombre de él no aparezca al final (como debería ser), pues en todas las obras anteriores de Candy Candy, Susana no había muerto ni Candy aparecía viviendo en Inglaterra, alejada de su amado Hogar de Pony.

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