Cartas del CCFS ordenadas cronológicamente
Como sugiere el título de esta entrada, se les presentará el orden cronológico de las cartas y también se ha incluido breves notas que sirven para explicar por qué se sugiere dicho orden.
Algo que se debe tener en cuenta respecto al libro, es que, aunque algunas de las correspondencias estén dentro de un mismo grupo, no forzosamente fueron escritas en las mismas fechas. Tal es el caso de las cartas dirigidas a los empleados de los Lagan con quienes Candy se reunió durante la inauguración de un hotel en Miami. Dentro de ese grupo de cartas, se encuentra una que es especial y que va dirigida al Sr. Whitman, el ex-jardinero de la familia. Más adelante explicaremos porqué esa carta, aunque aparece en el mismo grupo, fue escrita en otro tiempo.
Antes de llegar allí, debemos comenzar con las primeras cartas que Candy manda a sus amigos cuando salió del Real Instituto San Pablo:
Candy
sale del San Pablo en el otoño de 1913, el año antes de que se
desate la Primera Guerra Mundial. Durante esa etapa, ella comienza a
leer manuales de enfermería que le darán los conocimientos básicos
para que pueda ingresar a la academia de Mary Jane, la cual está
anexa al hospital San José, en donde podrá poner en práctica lo
que vaya aprendiendo, y de esa forma, no tiene que pagar por sus
estudios.
Antes
y después de su ingreso, ella redacta cartas a las personas que ha
ido conociendo desde su partida de Londres. Las misivas
entre el otoño de 1913 hasta la Gran Guerra, desatada en julio de
1914, y más adelante, la carta de Susana a Candy en 1915, son las
siguientes:
-
Carta para el Sr. August Carson
-
Para Samuel, Jeff y Susie Ann Carson
-
Para el Sr. Dan Juskin
-
Para la Srita. Candice White Ardlay, de George Villers
-
Para el comandante Édgar Niven
-
Para la Srita. Candice White Ardlay, de Cookie
-
Queridos Sam Jeff y Susie
-
Para Terry
-
Para Candy, de Archie
-
Para mi querida Candy, de Patty
-
Para el doctor Frank Campbell, del hospital San José
-
Para la señorita Candice White Ardlay, de Susana Marlow.
***
Para el Señor Augusto Carson
Querido
Señor Carson:
¿Cómo
está? Después de muchas peripecias (¡Y lo digo en serio!) ¡Pude
regresar sana y salva a América!
Mi
querido Hogar de Pony se encuentra en Michigan, y me parece un
milagro haber logrado llegar a él.
Después
de todo, sin embargo, no se trató de ningún milagro: todo se debió
a la ayuda recibida por las personas que me encontré, empezando por
usted. Por todos ustedes siento un gran agradecimiento.
El
Hogar de Pony es mi lugar de nacimiento, y es el orfanato en el que
fui abandonada y en donde crecí.
Las
directoras, sorprendidas por mi regreso inesperado, ¡Se quedaron sin
aliento! ¡Me recibieron entre lágrimas!, Pero también me dijeron
que desde que me tienen con ellas las preocupaciones parecen no tener
fin. Dejaron escapar un sin fin de suspiros. Lo lamento mucho, pero
desafortunadamente tienen razón.
En
cualquier caso, yo estoy muy bien y quisiera agradecerle por todo lo
que hizo por mí.
Yo,
una total desconocida, venida de quien sabe dónde, me aventuré a
colarme furtivamente en su carreta, ¡Y me comí las manzanas que
usted había reservado especialmente para sus hijos! ¡Le ruego me
perdone por aquello!
Cuándo
lo hice, se había apoderado de mí un hambre que no había sentido
en mi vida. No tenía dinero para pagar el tren para el puerto y
había pasado la noche anterior en el granero de una casa abandonada.
Ya
me había encontrado en la situación de tener que dormir en un lugar
mucho más oscuro (aunque no voy a hablar de ello), y no era la
oscuridad lo que me preocupaba (¡entre otras cosas tengo la gran
habilidad de dormir en cualquier lugar!), pero realmente la falta de
alimento me hizo perder el control.
Cuando
usted me encontró, me echó, pero Sam, Jeff y Susie, a pesar de que
me había devorado la merienda destinada para ellos, me acogieron a
escondidas en el cobertizo.
Querido
Señor Carson, usted realmente me asustó (¡aunque es normal que se
haya enojado!), pero al ver lo bien que había criado a sus hijos,
inmediatamente pensé que era un buen padre. ¡Y de hecho no estaba
equivocada! Aunque a regañadientes me permitió quedarme con ustedes
en la casa, ¡por lo cual le estoy verdaderamente agradecida!
Usted
no me preguntó nada, y siento una enorme gratitud por la profunda
sensibilidad que mostró hacia mí. En aquel momento yo tenía tantos
motivos para estar triste, y no era capaz de contarle nada. Si usted
me hubiera preguntado algo, tal vez no hubiera sido capaz de
contenerme y hubiera estallado en lágrimas, terminando por ponerlo
en un gran aprieto
En
realidad, yo era una de las estudiantes del prestigioso Colegio San
Pablo y me acababa de escapar de él. Parece imposible que alguien
como yo estudiase realmente en un lugar tan costoso, ¿verdad?
Como
ya le he escrito, soy una huérfana, pero hay una persona que ha sido
muy buena adoptándome. Al dejar aquel instituto, desafortunadamente
traicioné la confianza del hombre al que le debo todo, pero yo
quería a toda costa regresar lo antes posible a América. Hay
alguien aquí, de hecho, con el que quiero reunirme con todo mi
corazón Pero antes de hacerlo quisiera, si es posible, encontrar mi
camino. Cuando llegue el momento en que nos volvamos a encontrar
quiero poder mirarlo a los ojos con orgullo, haciéndolo también a
él feliz y orgulloso de mí.
Oh,
Señor Carson, ¡fue en su casa en donde encontré lo que estaba
buscando! Cuando Susie se enfermó de sarampión y al ponerme a
cuidarla, empecé a ver claramente lo que deseaba hacer: ser útil a
los demás. ¡Yo quiero convertirme en enfermera! Quiero poder
estudiar confiando solo en mis habilidades y vivir con valentía.
Hasta
hace algún tiempo, mi sueño era ser adoptada por una familia rica y
llevar una vida cómoda, ¡pero al parecer las comodidades no son lo
mío!
Señor
Carson, usted entendió mi urgencia de regresar a América y me
presentó al señor Juskin, el constructor de navíos. Le doy las
gracias por esto y también por la pequeña suma de dinero que me dio
a mi partida: no sabe qué útil me resultó. Fue duro separarme de
sus hijos, pero no podía quedarme con ustedes para siempre.
En
fin, gracias a su ayuda conseguí llegar a América sana y salva, ¡y
ahora incluso puedo escribirle una carta! Pareciera que es un final
feliz, pero todavía no lo es. ¡Mi aventura empieza ahora!
Pronto
tendrá más noticias mías.
Querido
Señor Carson, aunque solo sea por sus hijos, trate de llevarse bien
con los otros habitantes del pueblo. Reserve su obstinación solo
para las cosas buenas, ¿de acuerdo?
¡Recuerde
que su sonrisa es realmente intensa y maravillosa!
Candy
***
Para Samuel, Jeffrey y Susie Ann Carson
¡Sam,
Jeff, Susie!
¿Cómo
están? ¡Gracias por las hermosas cartas y dibujos que me han
enviado! ¡Susie, te has vuelto muy buena escribiendo!
Leyendo
sus cartas, me he acordado de la carita que tenían cuando, en medio
de la noche, me trajeron a escondidas un pedazo de pan al cobertizo.
¡Estaba tan bueno!
Querido
Sam, siempre hablo de ti a los chicos del Hogar de Pony, y les cuento
como te comprometiste a ser un buen hermano mayor. Aquí hay niños
sin padres, ¡pero nadie consigue convertirse en un hermano mayor
como se debe, listo para proteger, como lo hiciste tú, a sus
hermanos y hermanas! Incluso cuando Susie se enfermó de sarampión,
has sido mi valiente ayudante y si debo ser sincera, has sido mucho
más útil que tu nervioso padre. También recuerdo que, a costa de
renunciar a tu parte, nunca dejabas que Jeff y Susie se quedasen sin
merienda. Los niños del Hogar de Pony, sin embargo, cuando se trata
de meriendas, ¡se pelean por conseguir ganar la galleta más grande!
Según ellos, sólo están siguiendo el ejemplo de su jefe (que sería
yo), ¿te das cuenta?
Querido
Jeff, siento si he partido antes de enseñarte los trucos para trepar
a los árboles Lo más importante que tienes que recordar es tener
cuidado de no caer, ¿entendido? También yo empecé así,
practicando para escalar cada vez más rápido. ¡Hasta el día de
hoy, mi récord de tres minutos y veinte segundos en la escalada del
gran árbol delante del Hogar de Pony sigue invicto!
Querida
Susie, el hermoso retrato que me has enviado está expuesto ahora en
una pared. La próxima vez, sin embargo, acuérdate de hacerme más
bella (Sam, Jeff, ¿os habéis echado a reír?).
Vuestra
Candy
***
Para el Señor Dan Juskin
Muy
bien, señor Juskin, este es un acertijo para usted: debe decirme el
nombre de la chica que voy a describirle.
Pregunta:
tiene muchas pecas, pero es dulce, bellísima y amable.
¿De
quién estamos hablando?
Juskin:
¡Se trata de Candy!
¡Respuesta
correcta! ¡Din don dan! ♫
¡Bromeando,
por supuesto! Me parece verlo mientras ríe, perplejo.
Ha
pasado tanto tiempo, ¿Se acuerda de mí? ¡Soy Candy!
Si
he tardado tanto tiempo en contactarlo, ha sido debido a que mis
cartas me han sido devueltas innumerables veces. Sin saber que había
sido de usted, le pedí ayuda al señor Carson, y finalmente he
tenido noticias suyas. ¡He sabido que también usted estaba
preocupado por mí!, el señor Carson me lo contó en una carta.
¡Gracias! Como puede ver, estoy bien.
Siento
escuchar que su astillero finalmente fracasó Estaba preocupada
porque me parecía que no le iba muy bien en los negocios. Pero he
sabido que con sus colegas ha abierto en la ciudad un bar llamado
Harbour Light ¡Y eso también me preocupa un poco!
Señor
Juskin, por favor, ¡no beba más que sus clientes! ¡No es bueno
empinar demasiado el codo!
Sé
que le estoy echando el sermón, pero en este momento estoy
estudiando intensamente para ser enfermera. Me gustaría conseguir
entrar en una escuela en donde se pueda aprender haciendo práctica
(por lo que no se tiene que pagar ni siquiera la matrícula), sin
embargo se requieren conocimientos básicos. Y por eso, en el manual
que estoy usando para prepararme, ¡me encontré con un terrible
capítulo que habla del alcoholismo! Mientras lo leía, de repente he
pensado en usted. Si fui capaz de embarcarme (?) en un barco rumbo a
América, fue gracias a su ayuda, y ciertamente no quiero verlo
convertido en un alcohólico.
Todavía
no les he confesado a las directoras del Hogar de Pony que me
embarqué ilegalmente como polizón, escondida en un gran contenedor
de latas Temo que se puedan desmayar. Las directoras son para mí
como mis padres. En efecto, soy una niña huérfana que ha tenido el
honor de ser bendecida por la fortuna (¡estoy convencida!) y ellas
me criaron en este orfanato. Solo les conté que conseguí regresar
gracias a la ayuda de gente amable. ¡Al final, así fue como sucedió
todo!
Nos
conocimos gracias al señor Carson y usted, señor Juskin, cumplió
mi deseo ¡soy realmente una persona muy afortunada!
Me
quedé en la bodega, escondida entre aquellas grandes cajas, tratando
de no hacer ruido pero esa parte duró muy poco. ¿Quiere saber qué
pasó después? ¡Lo sabrá en mi próxima carta! Estoy bromeando de
nuevo, ¡no lo mantendré más en vilo! Más bien, estoy ansiosa por
contarle todo.
¿Se
habría imaginado que había otro polizón a bordo? Pensé que solo
nosotros podíamos idear un plan como ese, ¡Pero alguien nos superó!
Estoy hablando de Cookie. ¿No es un nombre delicioso? Candy y
Cookie, caramelo y galleta, viajando como polizones en un barco. Qué
extraña pareja ¿verdad?
Este
muchacho estaba acostumbrado a viajar de aquel modo y conocía bien
el interior del barco. Se
movía
como si fuera su casa y se desplazaba ágilmente por todas partes
como un pequeño ratón.
Sin
embargo, las cosas, no siempre salen tan bien. De hecho, Cookie fue
descubierto de pronto por los
marineros
y creo que nunca antes me había sentido tan asustada. Pensé incluso
que lo habían arrojado al
mar,
diciendo que esta vez no lo dejarían salirse con la suya.
Cookie
había sido descubierto y enviado de vuelta varias veces, así que
incluso cuando lo castigaron,
¡todos
estaban riendo! ¡Pero la broma dejó de ser divertida! ¿Y qué si
él sufría un infarto? Presa de la
rabia
me catapulté hacia afuera y así también yo fui descubierta.
Sin
embargo, gracias a este incidente conocí al comandante Niven y pude
recibir su ayuda.
El
comandante Niven es un tipo taciturno, pero es una persona muy amable
y de buen corazón.
Gracias
señor Juskin, ¿Tal vez escogió a propósito un barco guiado por un
comandante conocido por sus
virtudes?
Por lo que me contaron mis compañeros de viaje, el comandante
dirigía antes un lujoso barco
de
pasajeros. Cuando asumió la responsabilidad de un error cometido por
uno de sus subordinados, fue
trasladado
a su puesto actual. También Cookie parecía admirarlo mucho.
El
padre de mi nuevo amigo era marinero y siempre alimentó el sueño de
convertirse un día en el
comandante
de un gran barco, camino a un país extranjero. Entonces, por causa
de un accidente,
falleció.
Con mayor razón, ahora el hijo quiere continuar y hacer realidad
este sueño.
El
comandante Niven parecía haber comprendido muy bien el deseo de
Cookie. Gracias a él, conseguí
regresar
sana y salva a América, volviendo a mi país.
Señor
Juskin, quiero darle las gracias de corazón a usted y a todos los
otros.
¡Espero
de verdad que esta vez esta carta no me sea devuelta! Espero que el
Harbour Light sea popular
en
la ciudad ¡y que lo haga ganar un montón de dinero! ¡Espero que no
se convierta en un alcohólico! Y
entonces
(mientras estoy en ello) ¡Espero convertirme en una buenísima
enfermera!
Candy
***
Carta de Georges Villers
Al
saberla bien y con buena salud, el señor William se ha tranquilizado
mucho.
Le
aseguro que el señor ha recibido todas las cartas que le ha enviado.
En
relación con su deseo de entrar en la Escuela de Enfermería Mary
Jane, su propuesta ha sido aprobada.
El
señor William está dispuesto a asumir todos los gastos, pero ante
todo quiere respetar su disposición.
Pase
lo que pase, recuerde que siempre será parte de la familia Ardlay.
Espero
que honre este nombre y ponga todo de su parte.
Georges
Villers
***
Nota:
en la carta al Sr. Niven, claramente, ya ha comenzado la primavera
(mediados de marzo de 1914) y Candy está lista para dejar el Hogar
de Pony esa misma tarde
Para el comandante Édgar Niven
Estimado
señor Niven:
Espero
que esté bien. Esta mañana he ido a dar un paseo por el bosque con
los niños del Hogar de Pony y recolecté con ellos las primeras
nomeolvides. Por la tarde voy a dejar este lugar para entrar en la
Escuela para Enfermeras de Mary Jane. La directora, Mary Jane, es una
amiga de la señorita Pony, la mujer que me crió, y que es para mí
como una madre. La institución es anexa al Hospital San José, y se
me permitirá trabajar mientras estudio. De esta manera, se puede
evitar el pago de los gastos por los estudios ¿No le parece un truco
maravilloso? ¡Mi nave está a punto de zarpar! ¡Me esforzaré al
máximo!
Mientras
le escribo, tengo delante de mí un vaso en el que he puesto las
nomeolvides. Su color me recuerda la tonalidad que tenía el mar ese
día cuando me dijo: "Mientras navegamos, lo único que podemos
ver es el mar. Imagino que tú lo encuentras bastante aburrido."
Aquella
vez, yo negué con la cabeza, y le dije que no era así, porque cada
vez el agua me mostraba un color diferente. Al oír mi respuesta,
usted asintió muchas veces. Ahora tengo la impresión de que el mar,
con sus diferentes matices, se asemeja al imperceptible paso del
tiempo. Parece que nada cambia, pero algo, sin duda alguna, cambia.
Comandante Niven, quien sabe qué mar estará viendo en este momento.
Cada
vez que recibo una carta desde los diversos puertos donde atraca, me
parece ser transportada allí.
¡En
el mundo hay más países de los que nunca había imaginado!
Los
niños del Hogar de Pony nunca han salido siquiera de nuestro pueblo,
y tengo la impresión de que piensan que en el mundo solo existen los
EE.UU. Por eso sus cartas son para ellos un gran material de estudio.
¡Obviamente, esto también vale para mí!
Durante
nuestro viaje, aprendí muchas cosas. No sólo usted me perdonó por
lo que hice, sino que incluso me ofreció su ayuda, y nunca me
cansaré de expresarle mi agradecimiento.
Cookie
me dijo que usted tiene una hija más o menos de mi misma edad y que
usted se preocupa por el dolor que le causan sus numerosos viajes por
el mar. Cuando supe que me veía un poco como su hija, no se puede
imaginar lo que me alegré. Yo también sentía como si usted fuera
mi padre. Sería bueno si el tío abuelo William, el hombre que me
adoptó, se le pareciese (aunque ciertamente usted es mucho más
joven)
A
veces me acuerdo de sus palabras y me doy valor, "Sabes Candy,
el mar no siempre está en calma. Es como la vida: hay momentos de
paz y momentos turbulentos. Pero cualesquiera que sean las
circunstancias, el barco ha de tratar con todas sus fuerzas de
controlar las olas y seguir recto en su camino".
Yo
estoy a punto de afrontar una nueva etapa de mi vida y al igual que
un barco, no importa qué terribles tormentas me encuentre en mi
ruta: quiero recorrer mi camino esforzándome con todas mis fuerzas
por soportar las olas.
Le
escribo mi nueva dirección. ¡Tengo curiosidad por saber desde dónde
vendrá su próxima postal!
Ah,
cuando vuelva a Inglaterra ¿podría pasarse por un bar que se
encuentra en la zona del puerto y que se llama Harbour Light? El
local corre a cargo del señor Juskin, el hombre que me ayudó a
esconderme en la bodega, entre las cajas de latas (en otras palabras,
es la persona que me permitió embarcarme clandestinamente). Cuando
lo conozca, estoy segura de que estará sorprendido y contento.
Le
envío también una nomeolvides. Siempre rezo para que sus viajes en
el mar sean serenos.
Candy
***
Carta de Cookie
Para
la señorita Candice White Ardlay:
Candy,
¿de verdad tienes un nombre tan largo? ¡Me cansé solo con
escribirlo! ¡En realidad, yo me llamo Cricket Dix! ¿Y qué? ¿Has
visto cuántas letras? ¡A ver quién gana!
Sabes
Candy, yo quería expresarte mis mejores deseos. ¡Tu viaje para
convertirte en enfermera ha empezado finalmente!
Durante
todo este tiempo estuvimos navegando al sur, así que leí todas tus
cartas de golpe.
Gracias
al comandante Niven he empezado a trabajar en un barco, ¡pero no
tienes idea de cuánto me está encima! "Cookie, si te quieres
convertir en un comandante, debes estudiar cómo se debe." Lo
imito bien, ¿verdad? ¡Maldita sea, se me olvidó que esta es una
carta! ¡Es por esto que odio escribir!
En
resumen, el comandante me repite siempre que ahorre dinero para la
escuela. Y también añadió, que si me esfuerzo, se encargará de
echarme una mano. ¡Yo pondré todo de mi parte! ¡He dicho que me
convertiré en un capitán y eso es lo que haré! También mi padre
lo solía siempre decir, ¡así que estoy decidido a hacer lo mejor
que pueda!
Candy,
¡esfuérzate tú también! Seguramente, aunque te conviertas en
enfermera, no creo que te dejara ponerme una inyección. Estaría
aterrado ¡Siempre tienes la cabeza en las nubes! No obstante, estoy
seguro de que serás muy buena cuidando a los enfermos. El comandante
dijo que cuando me lanzaron al mar, los cuidados que me diste fueron
muy meticulosos.
Por
supuesto todavía tengo conmigo la cinta que me diste a cambio de mi
sombrero. Cuando tuvimos que despedirnos, los intercambiamos para
alentarnos el uno al otro, ¿lo recuerdas? Por favor, no lo cedas a
ninguno
de tus pequeños secuaces, ¡aún si te ofrecen increíbles sumas de
dinero! Y en cualquier caso no deberías haber dicho que costaba
cincuenta centavos, ¡mira que tuve que desembolsar una buena
cantidad de dinero para comprarlo!
Querida
Candy, no me gustan mucho las cartas y no escribo casi nunca, pero me
gusta mucho recibirlas.
¡Mándame
cuantas quieras!
¡En
tres días volveremos de nuevo al mar!
Imagínate,
he crecido de repente veinte centímetros (tienes envidia ¿verdad?)
Cricket
Dix, alias Cookie.
***
Queridos Sam, Jeff y Susie
¡Gracias
por vuestra carta llena de buenas noticias! Me sentí tan contenta
que casi me puse a llorar.
¡Felicitaciones
por vuestra nueva madre! Me escribieron que su nombre es Victoria,
¡Qué nombre maravilloso!
¡Creo
que incluso un hombre como vuestro padre puede tener siempre una
sonrisa en su rostro!
Imaginándome
la escena, también yo estallo en risas.
Observando
el dibujo en el que Susie ha retratado a la mama Victoria, se
entiende que es una persona amable. Y naturalmente, lo mismo se puede
deducir de la carta de Jeff.
Jeff,
Susie, vuestras manos son aún tan pequeñas, pero ustedes siempre
han ayudado a papá y a Sam a lavar la ropa y cortar la leña. Han
sido verdaderamente geniales.
Susie,
¿recuerdas lo que decíamos? Tu mama no está muerta, solo se ha ido
al otro lado del Monte Rodney. Seguramente allá, tu mamá y la mamá
Victoria han hablado: "Te confío a mis queridos hijos, Sam,
Jeff y Susie" Estoy segura de que tu madre le dijo exactamente
estas palabras.
Sam,
lo has hecho muy bien al ocuparte hasta hoy de tantas cosas. Espero
que ahora empezarás a dedicar tiempo para ti mismo también. En este
momento, yo estoy estudiando para convertirme, un día, en una buena
enfermera. Hoy me espera un turno de prácticas nocturnas. Será
mejor que vaya partiendo.
Les
escribiré con más calma. ¡Salúdenme a su padre y a la señora
Victoria!
Con
un poco de prisa:
Vuestra
Candy
***
Para Terry (primera carta no enviada registrada en el CCFS)
Querido
Terry…
Continúo
sin saber a dónde dirigir mis cartas y, por mucho que intente
escribirlas, todas estas palabras se quedan en mis manos.
Oh,
Terry… Volví a América casi queriendo perseguirte, pero el tiempo
sigue pasando. Cómo me gustaría hacerlo retroceder Si sólo hubiese
conseguido llegar al puerto antes de tu partida Y si sólo hubiese
estado en el Hogar de Pony cuando fuiste a visitarlo.
Recuerdo
la vez que me dijiste que te gustaría, algún día, ver el lugar
donde crecí. Del mismo modo, recuerdo tu sonrisa.
Gracias
por tu visita Sé que estuviste durante poco tiempo, pero las
directoras me contaron que fuiste a ver la gran encina a la que me
subía siempre, el manzano donde aprendí a tirar el lazo y mi Colina
de Pony. Esos árboles que tú tal vez has tocado y la colina en la
que te detuviste, ahora son incluso más valiosos para mí.
Sabes
Terry, me he inscrito en una escuela de enfermería, y mis días
están siempre muy ocupados.
Imagino
que, también tú, en alguna parte de América, continúas
recorriendo tu camino.
Cuando
podamos volver a vernos, y sé con certeza que sucederá, te diré
algo y lo haré con orgullo.
Hasta
ese momento, te prometo que viviré mi vida con valentía.
Tarzán
pecosa
***
Nota:
Esta carta de Archie nos sitúa en una fecha que indica el final del
año escolar, pues nos estamos acercando al verano de 1914 (junio) y
también marca los pocos días que preceden a la Gran Guerra.
De Archie
Querida
Candy:
Hoy
tengo la intención de enviarte esta carta, adelantándome a la vez a
mi hermano. En realidad, siempre he encontrado de pésimo gusto el
escribir en nombre de ambos.
¡Qué
sorpresa saber que has decidido trabajar y estudiar en una escuela de
enfermería! Para serte sincero, ¡desde que te conozco nunca se
acaban las sorpresas!
Tal
vez Annie ya te ha escrito, pero también nosotros estamos a punto de
volver a América. En Europa soplan vientos de guerra, aunque espero
que mis malos presentimientos estén equivocados.
Me
gustaría contarte tantas cosas, pero no consigo escribir más.
En
cualquier caso, antes de regresar a nuestra residencia en Chicago,
tengo la intención de ir a verte.
Archie
***
De Stair para Candy
Queridísima
Candy:
¿Así
que Archie ya ha echado a perder la sorpresa de nuestro regreso a
América?
Cuando
le propuse, de manera muy correcta, que te escribiéramos una carta
juntos, me dijo como si nada que ¡ya lo había hecho! ¡Y pensar que
yo había planeado una entrada triunfal para dejarte con la boca
abierta!
Pero
dejémoslo estar. ¡Cuanto deseo verte de nuevo!
Londres
está envuelto en una atmósfera de tensión, pero creo que se puede
decir lo mismo de los otros países. La familia Ardlay ha intuido
inmediatamente el peligro y nos ha ordenado volver a casa. Pero, si
te soy sincero, ¡Archie y yo no podríamos estar más entusiasmados!
¡Hurra! ¡No soportábamos más todas estas reglas!
Y
además no hay nada que hacer, la escuela sin ti es realmente triste
y sombría ¿También Archie te ha escrito lo mismo? Sin tener en
cuenta que Londres no es que me guste mucho. Esperaba, de hecho,
asistir a la Universidad en América.
Naturalmente
también Annie regresará a Chicago, y creo que Patty nos seguirá.
Simplemente no puede
vivir
sin mí Por supuesto estoy bromeando, pero esto permite que te hagas
una idea de cuan grave es la situación mundial.
Los
padres de Patty mantienen relaciones con el mundo de la política y
el periodismo, y probablemente están muy bien informados sobre lo
que está sucediendo. Patty parece un poco preocupada por partir
hacia América dejando aquí, en Inglaterra, a sus padres, pero en
Chicago estaremos yo, Annie y también tú. Seguro que esto le dará
valor.
Sabes,
Candy, no hago más que pensar en cómo crear un virus de la paz,
para esparcirlo en el cielo, de modo que respirándolo la gente deje
de sentir todo este deseo de combatir.
En
realidad, no: en este momento, sobre todo, cuento los días para que
llegue el fin de nuestra vida escolar y me mantengo firme pensando en
el momento en que te volveré a ver, vestida esta vez de enfermera.
El
día de nuestro regreso es un secreto. Archie al menos se ha guardado
esta información para sí en el fondo no es tan malo como hermano
menor.
Stair
P.D.
Lo
siento, pero todavía no he conseguido obtener información sobre el
señor Albert y su vida en África.
Espero
averiguar algo antes de mi regreso.
***
Carta para la directora Hermana Gray
Estimada
Hermana Gray:
Espero
que se encuentre bien. A veces me parece escuchar con añoranza el
sonido de la campana del Instituto San Pablo.
Querida
directora, sé que he sido una pésima estudiante y que solo le causé
problemas. Por esto nunca hubiera esperado que les hubiese encargado
a los hermanos Cornwell, al regresar a América, que me trajeran una
Biblia de su parte. Estoy de veras conmovida y le estoy profundamente
agradecida.
Quiero
que sepa que el hábito de rezar antes de ir a dormir y la práctica
de reflexionar sobre los propios errores, ambos aprendidos durante mi
estancia en la escuela, forman ahora parte de mí.
Cuidaré
de la Biblia que me ha regalado y ruego que, cualquiera que sea el
futuro que nos espera, Dios la proteja a usted y al Instituto.
Candice
White Ardlay
***
Para la directora Mary Jane
Querida
Directora:
Le
estoy agradecida (¡y lo digo con sinceridad!) por todos los
reproches que recibo de usted todos los días. Todavía no he
encontrado un momento para hablarle, por lo que me veo obligada a
escribirle una carta.
Cuando
me gritó que tomara vacaciones, tuve miedo, convencida de que me
había despedido. Sin embargo, una vez de regreso al Hogar de Pony me
di cuenta de lo buena que ha sido conmigo. Soy realmente una muchacha
torpe, que siempre llega a conclusiones precipitadas ¿no es verdad?
Un
solo día (¡y no es una queja, créame!) al lado de la Señorita
Pony y la Hermana Lane me ha permitido recuperar el aliento.
La
idea de que usted y la Señorita Pony sean amigas de la infancia me
llena de alegría. Me ha contado tantas historias de cuando eran
pequeñas: he sabido que era tan delgada que parecía ser
transparente, que era ágil y veloz en las carreras y que cuando era
descubierta haciendo travesuras se escondía completamente tras la
espalda de la Señorita Pony (¿quién se hubiera imaginado que la
Señorita Pony era una mocosa respetable?). Todo esto me ha ayudado
para sentirla más cercana, directora Mary Jane.
Sé
que ya sabe la razón por la cual estaba tan unida al señor William
McGregor. Es como le ha contado la Señorita Pony: nunca he tenido la
oportunidad de conocer al señor William A. Ardlay, el riquísimo
caballero que fue tan amable de adoptarme y que, además de salvarme,
siempre se ha mostrado tan magnánimo como para perdonar todos mis
defectos.
Los
rumores sobre él siempre lo han descrito como un hombre excéntrico,
obstinado y caprichoso. ¿No le parece que ésta descripción
coincide perfectamente con la del señor McGregor? Incluso su edad
también podría coincidir Sé que el tío abuelo es un hombre muy
anciano, por eso he sentido siempre dentro de mí el ansia de tener
que apresurarme a conocerlo, antes de que sea demasiado tarde.
Si
estaba convencida de que el señor McGregor era el tío abuelo
William bueno, ¡es debido a mi forma de ser precipitada! Sin
embargo, incluso cuando me di cuenta de la verdad, continué
sintiendo por él el afecto que se podría albergar por un pariente.
Su
expresión gruñona parecía la de un hombre que acumulaba en sí
todas las penas de la vida, pero cuando hablaba de su Mina, su rostro
se volvía radiante, transformándolo en un abuelito encantador.
Apuesto
que ni siquiera usted se habría imaginado nunca que esta famosa
Mina, capaz de hacerle perder la cabeza al señor McGregor, ¡era un
enorme perro!
Estaba
tan feliz de que nuestro paciente estuviera mostrando señales de
mejoría y por el contrario ha muerto, así de repente
Yo
sé, usted tendía razón cuando me regañó diciendo: "Desde
luego, el señor McGregor no ha entrado al hospital para divertirse
¡Tenía una enfermedad incurable!"
Del
mismo modo, también todas las otras afirmaciones respondían a la
verdad: "si una enfermera tuviera que abatirse por cada paciente
que muera, no sería capaz de trabajar" "¡Quien tiene el
derecho a llorar
es
solo el enfermo!". Y ahora: "¡Trata de controlarte! ¡De
un hospital se sale curado o muerto, no hay alternativa!"
Me
parece todavía escuchar en los oídos sus duras palabras. Su voz,
sin embargo, no suena aterradora, pero resuena en mi corazón como
para motivarlo.
Una
persona muy importante se ha ido ante mis ojos. Me sonrió hasta un
momento antes, pero cuando me di cuenta ya me había dejado. Las
personas pueden morir así, en un instante. Sé que ésta es la
realidad, pero todavía no consigo aceptarlo. Sin embargo, ahora mi
corazón está sereno.
La
Señorita Pony me ha dicho: "Sin distinción, El Señor pone la
muerte al final de nuestro camino". El señor McGregor ha vivido
toda la vida que le estaba destinada. Y es así para todo el mundo,
¿no es verdad?
Será
difícil pero creo haber encontrado la fuerza para afrontar con valor
las varias formas en como la muerte se presentará en mi camino. No
me olvidaré de ninguna de sus reprimendas, querida directora.
"Lo
que sea que depare el futuro, ¡lo importante es que hay personas
capaces de curar el cuerpo y el alma!, ¡La humanidad no tiene
fronteras!"
Las
palabras con las que nos animó están grabadas en mi corazón.
Si
tuviera que enviarme al hospital Santa Juana de Chicago, me esforzaré
al máximo para aprender las técnicas quirúrgicas, de manera que
sea útil para los pacientes, ¡y para convertirme pronto en una
verdadera enfermera!
¡Le
prometo que un día seré una alumna de la cual pueda estar
orgullosa!
De
su torpe Candy
P.D.
¡Le juro que no tuve nada que ver con el hecho de que los niños la
hayan llamado "gallina desplumada"!
***
Carta de Annie
¿Cómo
estás? ¿Siempre estás muy ocupada?
Esperaba
que al regresar a Chicago tendría la ocasión de verte más a
menudo, y en cambio como sé lo ocupados que son tus días he
decidido escribirte.
Archie
insiste en que no es necesario comunicarte esta noticia y que muy
bien puedo esperar hasta que nos encontremos cara a cara, pero ni
siquiera sé cuándo sucederá y quería que tú lo supieras lo más
pronto posible.
Te
envío también un recorte de periódico. Ji, ji pero, quizás ya
estás enterada de todo, ¿verdad?
¡Oh,
Candy, incluso yo misma me siento tan feliz!
¡Un
nuevo gran talento!
Una
nueva estrella brilla en el escenario: ¡Terence Graham!
Una
elección sin precedentes para interpretar al rey de Francia, en el
Rey Lear,
¡Puesta
en escena por la compañía teatral Stratford!
Annie
***
Nota:
Patty manda la siguiente carta cuando ya Inglaterra entró en la Gran
Guerra, es decir, poco después del 4 de agosto de 1914.
De Patty − Para mi querida Candy
Querida
Candy:
¿Cómo
estás? Por fin se ha fijado el día de mi partida para Chicago.
Casi
nunca he vivido con mis padres, pero ahora que debo ir sola a un país
extranjero, estamos todos un poco melancólicos.
También
Inglaterra ha entrado en guerra y una parte de mí cree que sería
más acertado quedarse Pero mi familia no está de acuerdo.
Stair
está preocupado y me invita a reunirme con él pronto y a mí
también me gustaría estar cerca de él.
¡Y
sobre todo, tú estás en Chicago! Cuando lo supe, ¡todo se tiñó
de repente de rosa! ¡Oh, Candy, no veo la hora de volver a verte y
contarte tantas cosas!
Quiero
también hablarte sobre una cosa que me ha escrito Stair. ¿Es verdad
que en el hospital en que trabajas ha sido ingresado el señor
Albert? He sabido que ha perdido la memoria.
También
aquí ha llegado la noticia del tren que estalló por los aires en
Italia. ¿Quién se habría imaginado nunca que nuestro amigo viajaba
justo en aquellos vagones? Estábamos todos tan convencidos de que
estaba en África ¡Y además no puedo creer que hayan sospechado que
una persona bondadosa como él haya sido el presunto culpable de la
explosión!
También
me han dicho que en Italia ha deambulado por diversos hospitales de
campaña y centros de acogida para refugiados. No puedo evitar creer
que ha sido el Señor quien ha dirigido sus pasos hasta ti.
Estoy
contenta porque se haya determinado que las sospechas sobre él
carecían de fundamento, pero sé también que todavía no ha
recuperado la memoria. También Stair está muy preocupado por su
condición.
La
guerra es realmente algo aterrador. Rompe los lazos que unen a las
personas e inflige al corazón profundas heridas. Me imagino que tú
estás todavía más en shock que yo. ¡De ahora en adelante, nos
esforzaremos todos por hacer regresar la memoria al señor Albert!
Te
vuelvo a agradecer el que te hayas preocupado incluso por mi
tortuguita Hughley. Hubiera querido llevarla conmigo, pero al final
he decidido confiarla al cuidado del zoológico Blue River.
Contaré
con ansia los días que faltan para que volvamos a abrazarnos, y
espero que la guerra termine pronto.
Con
mucho afecto:
Tu
amiga Patty
***
Para el Doctor Frank Campbell del Hospital San José
Estimado
Doctor Frank:
¡Mil
gracias por su carta y por el volumen de Introducción de Textos de
Medicina que me ha enviado para felicitarme!
Creo
que estaba muy sorprendido por verme alcanzar uno de los primeros
puestos en el examen de enfermería, ¡pero cuando me esfuerzo me
llevo a casa grandes resultados! Pues sí ¡Me concentraré al máximo
para estudiar bien el libro que me ha regalado!
Por
una carta de la Hermana Lane también he sabido que ha sido tan
amable de pasar por el Hogar de Pony durante su viaje de trabajo.
¡Eso también se lo agradezco mucho!
Así
que estaba preocupado por Mina, la perra que el señor McGregor amaba
¡casi como una hija! Desde que fue dejada al cuidado del Hogar de
Pony ha engordado un poco, ¿lo ha notado?
Una
enfermera de primera clase (que sería yo) les ha recomendado no
darle demasiada comida, con el fin de salvaguardar su salud, y en su
lugar al parecer la Señorita Pony, no puede resistirse cuando Mina
hace una pose para pedir algo de comer. Y pensar que es tan severa
con los niños (¡y en particular lo era conmigo!)
En
esta ocasión, sin embargo, le escribo para hacerle una consulta.
¿Alguna vez ha tratado a un paciente que sufra de amnesia?
Una
persona a la que le debo prácticamente la vida ha perdido de repente
la memoria y ha sido hospitalizado en el Santa Juana. Deseo de veras
que se cure, y estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para que esto
ocurra.
Por
favor, deme una opinión al respecto.
Su
excelente enfermera principiante,
Candy
P.D.
Doctor Frank, la persona sobre la que le he escrito se encuentra
ahora en la habitación número cero del hospital. Allí ciertamente
no puede recibir la atención adecuada, ya que, como usted
seguramente sabe, en esa sección son abandonados los pacientes sin
familia, ni vínculos. Estoy triste y enojada por mi impotencia.
Nota:
La carta al Dr. Campbell es la última correspondiente al año de
1914. Pese a que en la carta de Patty se habla de un ataque a un tren
en Italia, este país aún no entra en guerra, por lo que dicho
ataque se puede considerar como terrorista.
***
Nota:
1915 es el año en el que Candy y Terry se comunican por cartas,
siendo algunas de ellas, robadas por Susana Marlow. También es un
año sombrío para Candy porque es cuando su querido amigo, Stear, se
marcha a la guerra pero, más doloroso que eso, se separa de su gran
amor, Terry. A finales de dicho año y tras la separación de la
pareja, Susana le envía la siguiente carta a Candy:
Para la señorita Candice White Ardlay
Estimada
Candice:
Espero
que hayas regresado sana y salva a Chicago.
Te
pido me perdones por haberte echado sumida en tal estado de ánimo.
Sabía lo que había en el corazón de Terence, pero aun siendo
consciente de ello, no podía aceptar el perderlo.
Recuerdo
que nos encontramos también en Chicago, con motivo de una función
benéfica. Tú te presentaste una noche en el hotel preguntando por
él. No pude soportar tus ojos brillantes, ni el hecho de que él no
hacía más que pensar en ti. Hubiera hecho cualquier cosa para que
te olvidara. Comparado con perderlo, el haber perdido el uso de las
piernas no significa nada para mí.
Lo
siento. Desde que empecé a amar a Terry, me convertí en una chica
cada vez más malvada.
Desde
que era pequeña mi sueño fue actuar y para lograrlo he renunciado a
muchas cosas. Aun así, ahora mi único deseo es el poder estar con
Terry y no alejarme nunca de él. Se bien qué tan egoísta es este
comportamiento.
Aquella
noche no pude parar de disculparme y de llorar, pero él me dijo
estas palabras: "Me quedaré contigo para siempre". Las
pronunció mientras observaba la nieve a través de la ventana. Su
voz era un susurro, pero al mismo tiempo era extremadamente clara.
Sentí que su alma se marchaba contigo, pero a pesar de todo, me
aferré a esas palabras.
¿Cómo
puedo pagar tanta amabilidad? Todo lo que puedo hacer es disculparme
contigo, de corazón y continuar amándolo por las dos. Él es mi
vida.
Candice,
te estoy infinitamente agradecida por haberme devuelto la vida y la
esperanza en el mañana.
Ruego
porque tú también puedas alcanzar la felicidad.
Susanna
Marlowe
***
Las
siguientes cartas abarcan desde 1916, año en el que murió Stear;
pasan por 1917, que es cuando Estados Unidos se une a la guerra, y
terminan en 1918, período en el que se da fin al conflicto belicoso.
Durante
estos años, Candy llega a descubrir que Albert es el tío abuelo
William (pero aún no sabe que también es el príncipe de la
colina), se gradúa de enfermera quirúrgica y es despedida del Santa
Juana por vivir con Albert. Poco después, él es atropellado por un
autómovil y dicho incidente lo lleva a conocer al doctor Martin,
quien con métodos poco convencionales, se hizo cargo de la
recuperación de Albert pero no fue hasta que él se desmayó
mientras trabajaba como lavaplatos que recuperó la memoria (esto lo
menciona en las cartas del epílogo). Como Candy quedó sin empleo,
Albert construye la Clínica Feliz cerca del Hogar de Pony, para que
ella trabaje para el doctor.
También,
es llevado a cabo el funeral de Stear, evento al que Candy no es
invitada pero sí pudo asistir a su conmemoración, celebrada al
finalizar la guerra.
Terry,
por su parte, ha salido de Rockstown y ahora tiene ante él un nuevo
futuro brillante como actor.
***
-
Querida Candy, de Archibald Cornwell
-
Para la señorita Candice White Ardlay, de Rolf Baughmann
-
Mi queridísima Candy, de Patty
-
Querida Candy, de Annie
-
Querida Candy, de Archie
-
Para el doctor Martin
-
Para el señor Vincent Brown
-
Para el doctor Donald Martin
-
Para la portera de la casa Magnolia, Gloria Bandog
-
Para la señorita Eleanor Baker
-
Para Frannie Hamilton
-
Para Terence Graham
-
Para la tía abuela Elroy
***
De Archibald Cornwell para Candy
Querida
Candy:
Estoy
realmente muy feliz por recibir tu carta. En estos momentos solo hay
una persona con la que puedo hablar libremente de mi hermano, y esa
eres tú.
¡Cómo
me gustaría gritarle con todas mis fuerzas que ha sido un estúpido!
Seguro que eres la única capaz de entender el significado de mi
reproche.
Nuestros
padres están desesperados, y no hacen más que lamentarse por la
muerte de Alistair. No hacen más que repetir que él debería haber
vivido con nosotros durante muchos, muchos años. Incluso la tía
abuela Elroy parece que no ha tocado bocado durante días.
¿Cómo
nos ha podido Stair hacer esto a todos nosotros? Y luego, ¿qué le
puedo decir a Patty? Si le importaba tanto ella, nunca debería haber
partido para la guerra. ¿No había venido a Chicago justo para
escapar del conflicto?
Nos
separaban solo dos años de edad, y yo siempre he estado convencido
de saber todo sobre mi único hermano, pero ahora descubro que no lo
conocía en lo absoluto. Cuando intentaba hablarme de la guerra, yo
no le prestaba atención, pero ahora sé que debí haberlo escuchado.
Desde
pequeño él no soportaba las peleas. Anthony era sin duda un tipo
apacible, pero con él, que tenía mi misma edad, me la pasaba
peleando, algo que no ocurría con Stair. Ahora entiendo qué tontos
fuimos yo y Anthony al creer que éramos los únicos herederos del
entusiasmo que caracteriza a los Ardlay.
Considerábamos
a Stair un tipo demasiado tranquilo, pero probablemente él era la
persona más pura y capaz de grandes arrebatos de todos nosotros.
Pero,
¿por qué se alistó voluntariamente? Los Estados Unidos no han
entrado en guerra todavía.
¿Sabes
Candy?, gracias a tu carta creo haber comprendido algo más acerca de
él. Probablemente, no podía quedarse aquí, entre comodidades,
mientras que en el mundo tantos jóvenes como él estaban
combatiendo. Tal como dijiste, de verdad creía que podía esparcir
en el cielo una especie de "virus de la paz".
Sin
embargo así salieron las cosas, me he quedado solo.
Anthony
había perdido a su madre de pequeño, y pasábamos mucho tiempo
juntos. Los tres crecimos uno al lado del otro, jugando y
comportándonos como buenos hermanos.
Stair
fue un hermano mayor ejemplar y definitivamente, aunque no hubiéramos
estado emparentados, yo lo habría querido como amigo.
He
perdido al mismo tiempo a un hermano y a un amigo.
Oh,
Candy, cómo echo de menos Lakewood, el lugar en donde nos
encontramos. La vida de Anthony y Stair era tan luminosa en aquel
tiempo. Y lo mismo podría decirse de la mía.
Tu
señorita Pony tiene razón: debemos continuar viviendo siguiendo un
camino lleno de vueltas. Esto no significa que al final de todo, no
haya sitio para la esperanza.
Stair
sin lugar a dudas no se arrepentía. Si tú lo dices, lo creeré yo
también.
No
tengo todavía claras todas mis ideas, pero estoy empezando a
entender lo que quiero hacer con mi vida. De ahora en adelante me
concentraré seriamente en los estudios: como miembro de la familia
Ardlay
tengo trabajo que me espera. Haré lo que pueda, también por Anthony
y por Stair.
Annie
viene todos los días a verme porque está preocupada por mí. No me
obliga a hablarle de ninguna cosa en particular, pero se queda a mi
lado con delicadeza. Si debo ser sincero, aprecio de veras su
preocupación.
Candy,
te encomiendo a Patty. Cuando la guerra termine nos encontraremos
todos en Lakewood ¡para conmemorar a Stair!
También
tú, ¡deja de preocuparte por mí y piensa más en ti! Sabes, te he
visto un poco más delgada (¿no te alegras?).
Procura
cuidarte siempre ¿vale?
Archibald
Cornwell
***
Para la señorita Candice White Ardlay
Estimada
señorita Candice:
Me
encuentro en un territorio de guerra y temo el haber recibido su
carta con cierto atraso. Solo puedo esperar que mi respuesta llegue
finalmente a usted, confiando en la misericordia de Dios.
Para
serle sincero, hablar de Alistair Cornwell es para mí algo muy
doloroso. Él era un valioso y excelente recluta. Incluso en el
ejército todos lo llamábamos Stair, utilizando su apodo, e imagino
que no le resultará difícil creer que todos lo queríamos mucho. Su
sonrisa tan luminosa y pura trajo sin duda, en esta situación tan
claustrofóbica, gran consuelo a muchos de sus compañeros, incluido
yo.
Se
hacía llamar un gran inventor, la mayoría de las veces sus
creaciones se transformaron en fuente de hilaridad. Para darle
algunos ejemplos, una vez diseñó un dispositivo para hacer salir
agua de la trompeta que se tocaba para despertar a los soldados,
mientras que en otra ocasión, durante los ejercicios de vuelo, logró
trazar en el cielo un arco iris.
Sin
embargo, su habilidad para el vuelo y la reparación del avión era
grande, tanto como para hacerme preguntar, desde el fondo de mi
corazón, dónde había adquirido todos estos conocimientos. Lo único
que lamento es no haberlo elogiado una vez más. Probablemente,
Alistair Cornwell era un hombre muy alejado de la realidad de la
guerra.
Antes
de leer su carta, no sabía que tenía una novia, y que esta llevara
gafas. Ahora, sin embargo, entiendo por qué sobre su avión había
dibujado precisamente unas gafas. Stair se fue junto con su amada,
desapareciendo en la puesta de sol.
Especialmente
ahora que nos ha dejado, me imagino que es difícil entender los
sentimientos que empujan a uno a llegar voluntariamente a los campos
de batalla para encontrarse cara a cara con la muerte, pero hay cosas
ante las cuales un hombre no puede echarse atrás.
Yo
creo que combatir era para él como una plegaria. De acuerdo a las
noticias recibidas, su avión fue abatido después de una dura
batalla aérea. Parece que no le faltaron oportunidades para atacar
al enemigo, pero Alistair Cornwell decidió inmolarse.
La
guerra es algo despiadado e inhumano. Seguramente él era consciente
de ello.
Me
dijeron que su avión, más que precipitarse, casi se sumergió con
ímpetu en el sol. Quiero que sepa que ese día el cielo al atardecer
se iluminó con una luz intensa, maravillosa y dulce, como nunca lo
había visto desde mi llegada a Francia.
Animado
con la esperanza de que esta guerra termine pronto, continuaré
concentrando mis fuerzas en favor de los países aliados.
Ruego
porque un día el alma de Alistair Cornwell encuentre la paz y que su
familia pueda encontrar la serenidad.
Rolf
Baughmann
***
De Patty para Candy
Mi
queridísima Candy:
¡Gracias!
¡Miles de veces Gracias! ¡Gracias!
Fui
a la residencia de los Cornwell y Archie me hizo leer la carta del
Capitán Baughmann. La he leído y releído, pero cada vez las
lágrimas me nublaban la vista, impidiéndome continuar. Tuve que
sonarme la nariz, me entraron ganas de llorar e incluso de reír
Archie me ha tomado el pelo, diciéndome que tenía mucho que hacer.
La
madre de Stair ni se separa de esa carta, por lo que Archie me ha
dado una copia. Eso me hizo llorar de nuevo.
Candy,
¿sabías que la escritura de Stair se parece a la de Archie? Por
otro lado son hermanos.
No
debes preocuparte más por mí. Desde cuando entre lágrimas y me
abofeteaste, mi estado de ánimo parece haberse calmado un poco. ¡La
verdad es que pegas fuerte! Me lastimaste.
En
aquel momento pensaba realmente en seguir a Stair en su muerte. Él
se alistó sin decirle nada a nadie. De haberlo sabido, lo habría
retenido con todas mis fuerzas, pero ni siquiera me dijo nada a mí.
Estaba
tan convencida de que él no me había amado y me sentía tan triste
y afligida. ¡Yo lo amo! Estaba realmente enamorada de él y lo
consideraba mi novio y después perdí toda la fe que albergaba en
torno al sentimiento que nos unía, y no pude soportarlo.
Sin
embargo, la carta del capitán acabó con todas mis dudas. He
comprendido que, aun estando vivos, hay ocasiones en que nos vemos
obligados a separarnos pero tal vez tú sabes esto mejor que yo él
está muerto y yo debo vivir con ello. No lo olvidaré nunca, pero
por desgracia no nos encontraremos nunca más
Qué
fuerte que eres, Candy. Tomaré ejemplo de ti y me haré acopio de
valor.
Imagino
que también en la Clínica Feliz, tu nuevo puesto de trabajo, te
esperan días muy ocupados. Pero ¿estas segura de que el doctor
Martin es bueno? Me pregunto si realmente el señor Albert conseguirá
mejorarse en manos de ese médico que parece un alcohólico y que no
hace más que jugar con los anillos mágicos. Y además, ¿tú estás
ganando al menos un salario digno de ser llamado tal?
Yo
y Annie no dejamos de preocuparnos por ti. Nuestra amiga parece un
poco contrariada y dice que, al menos en esta ocasión, deberías
valerte de la ayuda de la familia Ardlay.
Querida
Candy, al parecer también América está a punto de entrar en la
guerra.
La
próxima semana mi madre vendrá a Chicago. Debe recopilar material
para el trabajo, pero tal vez ella y papá se establezcan aquí. Con
toda probabilidad, dejaré la casa de los Winston, la familia que me
ha hospedado hasta ahora, y me iré a vivir con ella.
Al
señor Winston me lo presentó Stair y ellos también son parientes
lejanos de los Ardlay. Hablamos siempre de él y no es fácil para
mí, pero la idea de dejar esa casa tan acogedora y elegante me pone
un poco triste.
En
breve, un día que tengas de descanso, a mí y Annie nos gustaría
preparar un pastel de pollo e ir a verte a la Casa de la Magnolia. La
otra vez el señor Albert lo agradeció mucho.
Se
me olvidaba, le pregunté a mi madre si podía ir al zoológico Blue
River y traerme fotografías de Hughley. Tal vez al verlas el señor
Albert podría recordar algo.
Espero
abrazarte pronto.
Con
toda mi amistad:
Patty
***
Carta
de Annie para Candy
Querida
Candy:
El
cielo tiene un color plomizo, como si fuera a empezar a llover de un
momento a otro.
Siempre
he odiado este tipo de día. Me hace sentir con algo de ansiedad. En
días como estos, cuando vivíamos en el Hogar de Pony, tú siempre
te comportabas como una hermana mayor, y me leías alegres libros
ilustrados.
El
otro día Patty y yo te llevamos el pastel de pollo que habíamos
preparado, pero tú ni siquiera pudiste terminarlo, y eso me ha
alarmado. Me felicitaste tanto porque el sabor del pastel de pollo
cada vez se parece más al de la receta de la Señorita Pony
normalmente tu siempre te comes mi parte, y en cambio, Patty y yo
sabemos que tus preocupaciones no se limitan al señor Albert.
La
muerte de Stair no hay palabras para describir lo que significa para
nosotros. No tuve muchas oportunidades de hablar con él, pero a
través del vínculo que tengo con Archie siempre lo sentí como
alguien cercano. También sé que nos estuvo apoyando todo el tiempo.
Cuando
pienso en Patty, no sé verdaderamente qué hacer. Me basta
imaginarme el estar en su lugar y perder a Archie para entender su
dolor. Ella está haciendo todo lo posible por salir adelante, y
realmente yo la admiro mucho.
Así
que hoy he decidido escribirte, pero no es para hablarte de ella. Yo
estoy extremadamente preocupada por ti.
Sé
que no quieres que te pregunte nada, por eso me abstengo de hacerlo,
pero yo puedo entender lo que sientes, Candy. Yo sé cuánto te ha
costado tener que separarte de Terry.
Para
mi es terrible tan solo recordar tu imagen en aquel día de nieve.
Regresaste de Nueva York a toda prisa, hecha pedazos No fue por culpa
de la gripe que hubieras llegado con una fiebre tan alta, ¿verdad?
Partiste
tan feliz por reunirte con Terry, y cuando regresaste me dijiste con
calma que habías regresado antes de tiempo, porque se habían
presentado varias circunstancias, y que habías decidido no verlo
nunca más. Sin embargo yo percibí el enorme esfuerzo que hiciste
para pronunciar aquellas palabras, y me sentí realmente triste por
ti.
A
mí me abandonaron junto contigo y crecimos juntas, Candy. Creo que
puedo entenderte mejor que cualquier otra persona, ¡justo como tú
puedes leer mi corazón!
Desde
ese día, empecé a buscar información en periódicos y revistas,
incluso en revistas de chismes. Así que creo poder entender más o
menos cómo son las cosas.
Durante
los ensayos en el escenario, una de las luces de la escena cayó al
suelo, golpeando a Susana Marlowe y causándole graves lesiones que
le obligarán a pasar el resto de su vida en una silla de ruedas.
Todo
esto sucedió porque se lanzó sobre Terry en un intento por
salvarlo… ¡Pero no creo ni una sola palabra sobre la supuesta
historia entre ellos dos! Por la forma en que escriben, parece que
ella se ha sacrificado en su lugar, ¡pero seguro que a ella ni se le
pasó por la cabeza que corría un riesgo tan grande!
Creo
que puedo imaginar cuán afligido está Terry, y se siente
responsable por las heridas sufridas por esa chica. Ella tendrá de
hecho que renunciar a su prometedora carrera de actriz. Realmente
Terry no es ningún desconsiderado, de lo contrario nunca te habrías
enamorado de él.
¡Pero
yo estoy enojada, Candy! ¡Muy, muy enojada!
No
puedo dejar de imaginar lo que hubiera ocurrido si en lugar de Terry
hubiera sido Archie. Yo nunca renunciaría a él, incluso si
estuviera de por medio Susana, ¡nunca!
Si
debo ser sincera, creo que Archie está todavía enamorado de ti. No
hay necesidad de que lo niegue, porque él es como un libro abierto
para mí. A pesar de saber esto, sin embargo, nunca he sido capaz de
renunciar a él. Sí, yo también he sido capaz de odiarte por eso.
Sin embargo, siento que Archie poco a poco está empezando a fijarse
en mí.
Pero
tú en cambio, Candy, ¿por qué volviste de pronto y dejaste ir a
Terry con tanta facilidad? Seguro que sabes lo que pasó incluso hay
rumores de un compromiso, pero, sobre todo, se dice que la actuación
de Terry se ha vuelto insoportable de ver. No hay más que críticas
negativas sobre él.
Su
interpretación está totalmente carente de energía, y parece que
también la compañía de teatro, no pudiendo defenderlo más, pronto
lo abandonará a su suerte. El sufrimiento de Terry ha llegado hasta
este punto, y yo definitivamente no puedo perdonar a Susana quién, a
pesar de todo, ¡lo mantiene atado a ella!
Tú
siempre has escuchado todos mis problemas, ¿no es así? Entonces
¿por qué tú no confías en mí? Por favor, no renuncies a Terry
como si nada hubiera pasado. ¡No puedo aceptarlo!
No
soy buena con las palabras, pero tampoco puedo soportar quedarme
quieta mirando, y por eso te he escrito esta carta.
Rezo
todos los días por ti y por el señor Albert. ¡Ruego para que la
próxima vez que te vea, tú puedas volver a ser esa Candy de
siempre, ¡llena de vida!
Annie
Nota:
esta es la última carta del año 1916. Annie, por casi un año,
estuvo recopilando toda la información que pudo sobre el caso de
Susana antes de llegar a la determinación de escribir a Candy sobre
la decisión que tomó de dejar a Terry.
***
Nota:
Entramos al año 1917.
De Archie
Querida
Candy:
Estoy
apurado, así que dejaré esta nota bajo tu puerta. He oído algunos
rumores inquietantes. Ten cuidado con Neal Lagan. Desde niño,
siempre ha sido una persona propensa a la intriga, es mejor que no lo
subestimes. Por no mencionar que, esta vez, creo que tiene
intenciones serias.
Es
un tipo que no se rinde, ¡no bajes la guardia!
También
estamos haciendo todo lo posible por encontrar al señor Albert, así
que trata de no preocuparte demasiado.
Un
saludo apresurado
Archie
***
Nota:
la carta a Eleanor Baker se ha incluido en este año porque, según
las palabras de Candy, cuando Terry dejó Rockstown, fue aceptado de
inmediato por el teatro Stratford. Como vemos, el que se haya
eliminado el hecho de que él cayera nuevamente en la embriaguez,
facilita su entrada al teatro y que cobre nuevamente credibilidad.
Así
pues, él dejó Rockstown a principios de 1917. En esas mismas fechas
reingresa a Stratford y se le prepara para la obra Hamlet. Por
consiguiente, en el otoño de ese mismo año, estarían listos para
presentar la obra con el nuevo protagonista, Terry.
***
Recital de Otoño de la Compañía Teatral Stratford
HAMLET
Director: Robert Hathaway
Protagonista: Terence Graham
Eleanor
Baker tuvo la gentileza de enviarme esa invitación, pero yo no la
acepté.
Para la Señorita Eleanor Baker
Estimada
Señorita Baker:
Le
agradezco infinitamente su carta y su invitación.
No
puede imaginarse el tiempo que he pasado admirando absorta el boleto
para la obra de Hamlet.
Ya
sabía de esta representación por los periódicos y las revistas.
Intento siempre evitar la información relativa a Terence, pero
inexplicablemente termino siempre por recibirla, casi de forma
natural.
Ha
pasado mucho tiempo desde que hablamos en Rockstown.
Llegué
a aquella ciudad por pura casualidad, durante la búsqueda de un
amigo que había desaparecido, y a quien le debo la vida. No habría
nunca pensado que Terry estuviese actuando en un pequeño teatro, de
una pequeña ciudad de provincia, junto con una compañía de actores
ambulantes no puedo expresar con palabras la sorpresa y el dolor que
sentí en aquel momento.
Había
leído en los periódicos que las actuaciones de Terry se habían
vuelto menos convincentes, causándole el alejamiento de la Compañía
de Teatro Stratford. No obstante, no quería creerlo. Intenté
convencerme de que se trataba solo de habladurías.
Terry
estaba finalmente allí, ante mis ojos Hubiera querido catapultarme
sobre aquel escenario mísero y desvencijado y, entre lágrimas,
golpearle fuerte en el pecho. Hubiera querido preguntarle de qué
sirvió aquella noche en la que fuimos separados el uno del otro.
Pero no fui capaz. Quizás, sin embargo, sucedió un milagro y la voz
de mi corazón llegó hasta él.
De
repente, en efecto, pareció que la interpretación de Terry volvió
a la vida, y por un instante vi resplandecer en él la luz de antaño.
En aquel momento tuve la certeza de que conseguiría recuperarse de
nuevo.
Quería
tanto volver a verlo pero no de aquel modo. Cuando salí del teatro,
me encontraba confusa, sin saber qué hacer. En aquel momento usted
vino a hablarme. Fue de veras muy amable conmigo, a pesar de que nos
habíamos visto solo una vez.
¡Terence
Graham ha nacido para ser actor! ¡No puede conformarse con un
escenario y una función de ese nivel! Y esto, Señorita Baker, usted
lo sabe mejor que nadie.
Aquella
tarde entendí que, con discreción, usted ha siempre continuado
preocupándose y velando por él.
Saber
que Terry tiene una verdadera madre me ha hecho feliz. El hecho de
que nos hayamos encontrado en un lugar así me ha hecho también
pensar que somos impulsados por una fuerza misteriosa.
No
me sorprendió cuando supe que Terry consiguió volver a la Compañía
Stratford, ocupando nada menos que el papel de Hamlet.
Sin
embargo, me encuentro forzada a rechazar su cariñosa invitación,
Señorita Baker.
Me
gustaría tanto verlo actuar, pero al mismo tiempo me causa temor.
Si
asistiese a la representación, seguro que querría abrazarlo de
nuevo. Lo esperaría, para decirle por lo menos una palabra.
Y
después está la promesa hecha a Susanna Marlow. Le he jurado que
nunca nos volveríamos a ver.
Creo
que Terry será perfecto para interpretar Hamlet. Como presagia la
crítica, será seguro un gran éxito.
Le
ruego que me perdone, Señorita Baker. Yo aprecio inmensamente lo que
ha hecho. Solo con guardar esta invitación me parece poderlo ver
sobre el escenario y escuchar los gritos entusiasmados y los
infinitos aplausos del público.
Conservaré
este boleto como el más precioso de los tesoros.
Señorita
Baker, esperaré con ansia la salida de su próxima película, y
espero que esté siempre bien.
Candice
W. Ardlay
***
Nota:
la siguiente carta dirigida a al doctor Donald Martin, es la única a
la que se le puede poner una fecha específica, pues Candy dice
cuántos días faltan para que se celebre la navidad. En cambio, con
el resto de las cartas, aunque se les puede ubicar en ciertos años
y/o estaciones, no se puede decir con exactitud qué día fueron
escritas.
6 de Diciembre de 1917
Para el Doctor Donald Martin
Querido
Doctor Martin:
Solo
puedo imaginar, ahora que me he ido, ¡cuánto extraña la presencia
de una hábil enfermera como yo!
Seguramente
se está culpando por no haberme tratado mejor cuando trabajábamos
juntos, ¡pero no es demasiado tarde! Dentro de poco será Navidad
Estoy bromeando, naturalmente, aunque soy muy seria (¡ja ja ja!, se
ha caído de la silla, ¿verdad? ¡Soy clarividente!)
En
cualquier caso, ¡estoy realmente feliz porque mis predicciones se
han hecho realidad! Estaba segura de que, eliminando el problema del
alcohol, ¡los pacientes se presentarían en masa en su puerta! En el
fondo usted es el mejor doctor de Chicago (¡aunque sean sus propias
palabras!)
También
el señor William A. Ardlay está totalmente de acuerdo en reconocer
su gran talento. La persona tan distinguida que lleva ese nombre es
obviamente el señor Albert, al cual estuvo cuidando.
El
único que dijo que el señor Albert recuperaría pronto la memoria
fue usted. Por otra parte, en el hospital Santa Juana lo habían
puesto a la fuerza en la terrible habitación cero, y realmente no
había recibido el cuidado adecuado.
Lo
cierto es que usted fue el único que aceptó cuidarlo, sin
prejuicios ni preconcepciones, un perfecto desconocido sin dinero, e
incluso sospechoso de haber hecho explotar una bomba.
Por
tanto, además de felicitarlo, ¡le envío mi más sentido
agradecimiento!
¿Cómo
dice doctor Martin?, ¿cómo agradecimiento quiere una botella de
whisky escocés de primera calidad? ¡De ninguna manera! ¡Usted ha
terminado con el alcohol!
Yo
sé que no hago más que tomarle del pelo, pero de verdad que extraño
los días en los que trabajé a su lado. Usted siempre parecía estar
jugando con los anillos mágicos, pero en realidad aprendí mucho, y
ahora
que estoy en el Hogar de Pony, ¡estoy poniendo en práctica toda mi
experiencia!
Por
tanto, en nombre de la gran confianza que le tengo, le pido que
acepte la propuesta del señor Albert.
Mi
amigo le está muy agradecido por lo que hizo por nosotros: en un
momento de gran desesperación, usted nos tendió la mano.
Al
regresar de su trabajo como lavaplatos, el señor Albert se vio
involucrado en un accidente automovilístico y fue llevado a su
Clínica Feliz. Usted no solo se encargó rápidamente de curarlo,
sino que lo sometió gratuitamente a varios exámenes
Yo,
en cambio, había perdido mi trabajo en el Santa Juana, y usted me
contrató en el acto. Imagino que lo hizo porque intuyó
inmediatamente mi gran habilidad como enfermera, ¿verdad?
Sin
embargo, Doctor, a pesar de que se defina como el mejor médico de
Chicago, su talento se desperdicia mientras se empeñe en trabajar en
aquella clínica que parece una pocilga (perdone mi
franqueza,
¡pero es así!). ¡Ni siquiera tiene una sala de operaciones o un
compartimento para los medicamentos!
Si
trato de persuadirlo con tanta insistencia es porque quiero que
acepte tranquilamente la propuesta del señor Albert ¡y se decida a
hacer construir una nueva clínica! Si realmente no le apetece,
cuando su consulta esté bien establecida, podrá incluso devolver
cada mes parte de la suma.
Todo
el mundo necesita un doctor como usted, Doctor Martin.
¡Por
favor, considere seriamente esta oferta!
Candy
Posdata:
¡Faltan
diecinueve días para Navidad!
***
Para el señor Vincent Brown
Estimado
señor Brown:
Le
agradezco la hermosa tarjeta de Navidad que me ha enviado.
Inmediatamente la puse sobre la repisa de la chimenea.
Como
sabe, no se me permitió asistir al funeral de Stair, pero aun así
me presenté, quedándome fuera de la iglesia. No puedo olvidar la
alegría que sentí al recibir su saludo en aquella ocasión Siempre
me había preguntado cómo era el padre de Anthony.
Desafortunadamente, tampoco me fue permitido asistir al funeral de su
hijo, y es por esta razón, que incluso hoy, me resulta a veces casi
imposible creer que Anthony y Stair realmente nos hayan dejado.
Últimamente,
tanto en la residencia principal de los Ardlay como en Lakewood, he
tenido diversas oportunidades de dialogar con tranquilidad con el
retrato de la señora Rosemary, la madre de Anthony.
¡Han
quedado tantos cuadros que la retrataron!
Utilizo
el término dialogar porque se acerca mucho más a la realidad, que
simplemente admirar esas pinturas.
Siempre
me impresiona el parecido entre madre e hijo, así como me sorprende
la semejanza con el hermano menor de la señora, el tío abuelo
William Albert. Me han dicho que eran un hermano y una hermana muy
unidos.
El
tío abuelo William me habla a menudo de usted con gran respeto señor
Brown, como si fuese un hermano mayor. Me contó sobre los momentos
vividos juntos con gran nostalgia.
Espero
de corazón que venga a visitarnos a la residencia de Chicago y
estaré muy feliz un día, durante la estación de las rosas, de
cruzar juntos el Portal de las Rosas en Lakewood. ¡Tendría tantas
cosas para hablar con usted!
Ruego
por su salud y por la calma durante sus viajes por el mar.
Candice
W. Ardlay
***
Para el Doctor Donald Martin
Querido
Doctor Martin:
¡Le
agradezco de veras el montón de regalos que nos ha enviado! ¡En
realidad estaba deseando que lo hiciera (se ha caído de nuevo de la
silla, ¿verdad?)!
Ha
enviado incluso regalitos para los niños Pero el verdadero regalo es
para mí su respuesta llena de entusiasmo. Yo, la señorita Pony y la
hermana Lane leímos con lágrimas en los ojos la carta en la que
usted dice que estaría muy feliz de aceptar la oferta, con la
condición de que la Nueva Clínica Feliz del
Doctor
Martin sea construida aquí, y no en Chicago.
¡Nos
ha dado una noticia maravillosa! Entonces recordó cuando le dije que
en nuestro pueblo no hay ni un solo médico, ¡y mucho menos un
hospital! Y pensar que en ese momento usted era todavía un
alcohólico
Aldeanos
e inmigrantes muertos debido del tratamiento tardío, niños y
ancianos que nos han dejado sin siquiera recibir la visita de un
médico Crecí escuchando innumerables historias como esta. Si
tuviera una mente más receptiva me gustaría empezar a estudiar
medicina incluso ahora, pero estoy segura de estar mejor preparada
para ser enfermera (está pensando que tengo toda la razón
¿verdad?).
Quiero
decirle que también el señor Albert está entusiasmado por su
propuesta.
Espero
un día poder volver a trabajar a su lado.
En
un paquete aparte le he enviado nuevos anillos mágicos.
¡Feliz
Navidad!
Su
Candy saltando de alegría
***
Nota:
estas buenas noticias ponen fin a 1917.
***
Año de 1918:
***
Para
la conserje de la Casa de la Magnolia, Gloria Bandog
Querida
Gloria:
¡Cuánto
tiempo! Le agradezco mucho la amable carta que me ha enviado y me
disculpo por no haberle hecho llegar antes mi mensaje de
agradecimiento. ¡Espero que todos ustedes en la Casa de la Magnolia
disfruten de una buena salud!
Yo
y el señor Albert pasamos con ustedes una estancia realmente
confortable, y ¡le aseguro que es la verdad! Así que, por favor,
¡no se culpabilice pensando en habernos desalojado!
Ha
sido culpa del señor Albert. Yo también habría sospechado si lo
hubiese visto salir de la parte trasera de un banco de Chicago (y
encima acompañado de un tipo sospechoso que llevaba un traje caro) o
si ¡lo hubiera sorprendido viajando en un auto de lujo! Dadas las
circunstancias, es normal haber pensado que estaba involucrado en el
negocio de la mafia. Por otro lado, todos nosotros creíamos que
había perdido la memoria y sabíamos que trabajaba como lavaplatos
en un restaurante.
También
estábamos convencidos de que era una persona indigente.
Puedo
imaginarme de verdad lo mucho que debió sorprenderse al descubrir su
verdadera identidad en el
"News
Chicago Express". A mí me ocurrió lo mismo.
El
señor Albert es el hombre a quien le debo mi vida, por esto tenía
que intervenir cuando supe que había perdido la memoria (incluso si
en algún momento se curó después y yo no me di cuenta en lo más
mínimo) y terminó en medio de la calle.
Tengo
que disculparme con usted por hacerle creer que él era mi hermano.
El
señor Albert siempre está muy ocupado, pero me ha dicho que cuando
tenga la ocasión le gustaría ir a darle las gracias.
Yo,
por otra parte, he regresado a mi pueblo natal y estoy trabajando
como enfermera.
Le
ruego que le de mis saludos a todos en la Casa de la Magnolia.
Cuídese,
por favor.
Candy
***
Nota:
ahora viene la otra carta no enviada a Terry. Puede ser fácilmente
ubicada en 1918 por los acontecimientos que menciona Candy, como el
éxito que ha tenido la obra y lo que ha llegado a descubrir sobre
Albert, pero, por lo que leemos, aún sigue sin saber que él es
príncipe de la colina. Como esta última confesión llegó en 1919 y
Candy tampoco menciona que el orfanato que Terry conoció haya sido
modificado (acontecimiento que también tiene lugar en 1919), la
carta sigue permaneciendo en 1918. Lo que sí resulta un poco
complicado de saber la fecha de tal año. El único referente que
tenemos, es el que Candy mencione los albaricoques, porque crecen en
verano en el estado de Michigan, así que si ella se compara con
tales frutos, es porque los tiene frescos en la memoria. Basándonos
en eso, es posible que la carta se haya redactado en verano o a
finales de éste.
***
Para Terence Graham
Querido
Terry:
Cada
vez que hablo contigo en mi mente, mi corazón parece convertirse en
un albaricoque maduro de sabor agridulce, listo para caer al suelo
con el mínimo soplo de viento. En esos momentos, tengo casi miedo de
respirar.
¡Felicitaciones
por el gran éxito de Hamlet!
Por
petición popular, estás representando una función tras otra, ¿no
es así? He leído varios artículos que hablan sobre ti con mucho
entusiasmo: "¡El Hamlet que todos siempre quisimos ver! ¡Una
representación que va más allá de cualquier expectativa!",
"¡El Hamlet de Terence llegará también a Inglaterra!".
Incluso
el tío abuelo William ahora habla con desenvoltura acerca de ti. Al
principio trataba forzadamente de evitar el tema a toda costa, y
trataba incluso de ocultar las revistas que contenían artículos
sobre ti. Contrariamente a sus intenciones, era algo que me hacía
sufrir y me siento aliviada porque ahora podemos comportarnos de una
manera más natural.
Sabes,
Terry el tío abuelo William, sorpresa, sorpresa, ¡es el señor
Albert!
¿Puedes
creerlo? Qué historia tan increíble, ¿verdad? ¡Y pensar que tuve
contacto con él también en Londres! Sin contar que cuando abandoné
el Instituto San Pablo, le dejé al tío abuelo William el diario en
el cual confié, sin ocultar nada, todos mis sentimientos.
En
otras palabras, el señor Albert conoce casi tan bien como yo los
sentimientos que albergo por ti. Él sabe todo sobre nuestro primer
encuentro y cómo, con el paso del tiempo En fin, él está al tanto
de todo.
Ni
siquiera puedo imaginar con qué cara habrá leído esas páginas
mías piensa que ni siquiera podemos tocar el tema.
Menos
mal que el señor Albert no se dedicó a la interpretación, ¡pues
es excepcional para fingir! Se hubiera convertido en tu gran rival en
el escenario, ¿sabes?
Cuando
recuperó la memoria, no me lo confesó de inmediato todavía hoy en
día tiene muchos misterios por revelar. No obstante, a pesar de
todo, él realmente me salvó. Fue tal vez su presencia lo que me
permitió de alguna manera recuperarme.
No
sabes a cuántas aventuras me enfrenté para llegar a América y
encontrarte de nuevo. Me hubiera gustado contarte todo con calma,
pero al final no fue posible. Cuántas cartas te envié sin que las
recibieras tú, sin embargo, me escribiste a menudo a pesar de todos
tus compromisos.
El
destinatario es siempre "Tarzán pecosa" Me hubiera gustado
recibir mensajes más románticos, en lugar de aquellas bromas
irónicas, pero siempre he estado convencida de saber lo que hay
dentro de tu corazón. Incluso entre las tomaduras de pelo, tus
palabras siempre están llenas de afecto y consideración. Gracias,
Terry.
Todavía
hoy, guardo celosamente todas tus cartas, pero no soy capaz de
leerlas de nuevo.
Sé
que también viniste a visitarme al Hogar de Pony, pero en aquel
momento yo estaba viajando clandestinamente en un barco. Cuando las
directoras me contaron lo de tu visita, sentí mucha rabia. Si solo
hubiera logrado regresar a Estados Unidos antes Si tan solo te
hubieras presentado un poco más tarde Y lo mismo sucedió en
Chicago. Continuamos persiguiéndonos sin encontrarnos. En esa época,
sin embargo, todavía estaba convencida de que todo lo que habíamos
perdido lo recuperaríamos y que estaríamos juntos durante mucho
tiempo.
Aquella
noche en Nueva York el aire era frío, pero la nieve que caía del
cielo parecía emitir calor, quizás porque se había quedado en mi
espalda el calor de tu pecho.
Recuerdo
que me dijiste: "Quiero que tú seas feliz, ¿entendido?"
Terry,
yo soy feliz y quiero que tú lo seas aún más.
"Susanna
ha apoyado con su amor el regreso de Terence".
Sí,
he leído también artículos de este tipo.
Susanna
es una persona maravillosa, ¿verdad? Sobre todo, es maravilloso el
hecho de que continúe amándote más que a nada en el mundo. Y
también tú, que la elegiste para que esté a tu lado, eres
maravilloso.
Naturalmente,
nunca enviaré esta carta, lo sé bien. Pero estoy tan contenta por
tu éxito que no pude evitar escribirla.
Terry
no olvides que en un rincón de la campiña estadounidense hay una
ardiente admiradora de Terence Graham. No olvides que, cuando subas
al escenario, estoy allí para aplaudirte con todas mis fuerzas.
P.D.
Terry…
yo estaba enamorada de ti.
Tarzán
Pecosa
Candy
***
Para Frannie Hamilton
Querida
Frannie:
Imagino
que estarás sorprendida de recibir tan inesperadamente una carta
mía. ¡Hace tanto tiempo que no nos vemos! Soy Candice, compartimos
la misma habitación en la residencia, cuando asistimos a la Escuela
para Enfermeras de Mary Jane y también estuvimos juntas en el
Hospital Santa Juana. Espero que te acuerdes de mí.
La
razón por la que sentí la necesidad de escribirte, es porque ayer
leí un artículo en el que se te hacía un reconocimiento por tu
trabajo en la Cruz Roja. ¡Estaba tan feliz que lo leí varias veces!
Quería que al menos recibieras mis felicitaciones, así que me
decidí a tomar una pluma.
Qué
nostalgia sentí al verte de nuevo Cuando me encontré con tu foto,
pensé que no habías cambiado para nada: tienes siempre el aspecto
de ser una gran persona. Verte como entonces me hace sentir feliz.
Ha
pasado mucho tiempo desde que nuestros caminos se separaron. Yo creía
que la guerra terminaría pronto, pero no fue así. Todo este tiempo
te esforzaste para convertirte en enfermera, y no puedo hacer más
que admirarte.
Todavía
recuerdo cuando en el Santa Juana vinieron a buscar voluntarios para
la Cruz Roja. Tú te levantaste de inmediato con decisión, pero yo
no lo hice no tuve el valor. Yo no tengo familia, y aún no podía
resignarme a la idea de perderlo todo, y pensé solo en mí.
Entonces, arrepentida de mi conducta, me ofrecí en tu lugar, pero en
aquel momento tu determinación fue admirable, y me respondiste que
no tenías miedo de morir.
Sabes
recuerdo que también me contaste sobre tu familia. Dijiste que no
contaba tener una familia si no está unida, porque en ese caso era
como estar sola en el mundo. En aquel momento te sentí cercana, por
primera vez. En aquel tiempo, todavía tenía una visión sentimental
del trabajo como enfermera y de la vida en el campo de batalla. Me
avergüenzo de no haber mostrado la fuerte determinación que
demostraste, y todavía siento hoy si te he causado problemas con mi
actitud.
Yo
me tomo demasiada confianza con todos de manera inmediata. Quienes
aprecian esta parte de mí no tienen problema, pero también hay
quienes no lo soportan. Sin pensar en tus sentimientos fui
entrometida, y me convencí a mí misma de que nos convertiríamos en
amigas. Las personas, sin embargo, tienen diferentes maneras de
vivir, pensar y razonar.
Aprendí
muchas cosas de ti: tomar en serio el trabajo, respetar el horario,
tener todo limpio ¡y en orden! Digo que aprendí mucho, pero al
final sigo siendo la misma.
Frannie,
solo quería hacerte saber que aquí hay alguien que siempre te ha
admirado mucho.
Bueno
he querido escribir solo dos líneas de agradecimiento, pero como ves
sigo siendo la misma parlanchina.
Discúlpame
por esta larga carta.
Frannie,
¡continúa esforzándote en tu trabajo de enfermera! Rezaré para
que siempre esté bien.
Candice
***
Nota:
la Primera Guerra Mundial finalizó el 11 de noviembre de 1918, por
lo que Candy mandó esta carta después de esta fecha.
Tal
como le dijo Archie, al finalizar el conflicto, se haría una
conmemoración a la muerte de Stair, y este evento, Candy sí se le
permitió a asistir, y por ello mandó una carta de agradecimiento a
Elroy. Con esta epístola, llegamos al final de 1918.
***
Para la tía abuela Elroy
Estimada
tía abuela Elroy:
Espero
que esté bien. Le pido que me perdone si me tomo la libertad de
escribirle, espero realmente no contrariarla.
He
sentido la necesidad de decirle al menos una palabra de
agradecimiento por haberme permitido participar en la reunión
organizada en Lakewood para conmemorar a Stair.
Quisiera
también decirle que el doctor Leonard, director del hospital Santa
Juana, es un médico muy capaz y de gran sensibilidad, contrariamente
a lo que podría pensarse. Estoy segura de que es la persona más
adecuada para desempeñar el papel del nuevo doctor de la familia
Ardlay y también porque será capaz de hacerle un seguimiento de la
mejor manera posible.
Creo
que el tío abuelo William tiene una extraordinaria capacidad de leer
el corazón de las personas (por favor discúlpeme por haberme
atrevido a expresarme de este modo).
Espero
que su neuralgia se alivie.
Candice
***
Entramos
a 1919, época en la que ya debería haber paz porque la guerra había
culminado a finales del año anterior. Sin embargo, el final de la
Gran Guerra trajo consigo una crisis financiera
(ojo: no confundirla con la Gran Depresión, la cual tuvo lugar en
los años 30), que fue devastadora por un breve período de tiempo en
Estados Unidos pero que no afectó en absoluto a la familia Lagan.
Contrario a ello, salieron fortalecidos económicamente e hicieron
una cadena de hoteles, apoyados por supuesto, por el tío abuelo
Williams, por consiguiente, sabemos que la economía de los Ardlay
tampoco se vio afectada. De hecho, Albert sigue viajando por
cuestiones de negocios y hasta amplía el Hogar de Pony.
Archie,
Annie y Patty por su parte, se van a estudiar, y más adelante, Annie
contrae matrimonio con Archie.
Las
cartas de 1919 en adelante, son las siguientes:
-
Para la señora Sara Lagan
-
Para el señor Stewart Lux
-
Para la señorita Mary Darcy
-
Para el señor Georges Villers
-
Querido tío abuelo William
-
Para la señorita Candice White Ardlay, de Albert
-
Para el príncipe de la colina
-
Para la pequeña hechicera, Candy, de Albert
-
Para el señor Albert
-
Un rápido saludo para Candy, de Albert
-
Para la quizás hermosísima Candy, de Albert
-
Querido Sr. Albert
-
Para Archibald Cornwell
-
Estimada tía abuela Elroy
-
Para Alistair Cornwell
-
Para el Sr. William Albert Ardlay, alias Pequeño Bert
-
Para el Sr. Jacob Whitman
-
Carta de T.G. para Candy
-
Para Anthony Brown
-
Querida, queridísima Candy, de Susie Ann Carson
***
Nota:
se respiran vientos de cambio para Candy. Ella asiste como parte de
la familia Ardlay a la inauguración del Miami Resort Inn, en donde
Sara, obligada por Albert, debe aclarar que Candy nunca trató de
robar nada en casa de los Lagan. Aunque Candy sabe que Sara no aclaró
las cosas con el afán de limpiar su reputación, sino que obedecía
órdenes, ella se lo agradece mediante una carta.
Aparte
de esta aclaración, Candy tuvo la oportunidad de reunirse con sus
viejos amigos, los empleados de la familia, a quienes también les
manda cartas.
***
Nota:
estas cartas enviadas después de la inauguración, son enviadas a
principios de 1919.
***
Para la señora Sara Lagan
Estimada
señora Lagan:
Espero
que esté bien. Le agradezco el haberme invitado a la fiesta de
inauguración del Resort Inn.
Gracias
a usted, tuve la oportunidad de visitar un espléndido hotel y
alegrarme de volver a ver a la gente que no veía en mucho tiempo.
Más
que nada, quiero darle las gracias por haber desmentido delante de
toda la familia el hecho de que tenía la costumbre de robar. Esta
es, de hecho, una acusación que ha arrojado una sombra durante
muchos años en mi corazón, y puedo asegurarle que soy totalmente
inocente.
Cuando
le expresé mi agradecimiento, usted me respondió que simplemente
había obedecido las instrucciones del tío abuelo William, pero
incluso si se trató solo de eso, me imagino que le costó mucho
pronunciar esas palabras.
Aprovecho
por lo tanto esta ocasión para agradecerle de nuevo y espero que
vuestros Hoteles Resort Inn, sigan aumentando en número.
Candice
W. Ardlay
***
Para el señor Stewart Lux
Estimado
Stewart:
¡Nunca
habría pensado que todavía trabajaras para los Lagan! ¡Estaba
convencida de que incluso Mary se había ido hacía tiempo! Que bien
¡Lograron aguantar durante todo este tiempo, a pesar de la manera en
la que fueron tratados! Pero ahora ya no eres su chófer, sino el
jefe de recepción del hotel en Miami.
¡Entonces
la familia Lagan se ocupa bien de sus empleados!
¡Podrías
perfectamente haberte presentado con tu nuevo uniforme, y en su lugar
viniste a recogerme justo con el traje que usabas en la época en que
nos conocimos! ¡Eres de verdad un tipo al que le gusta hacer bromas,
incluso si no lo pareces! ¡Me llevaste de nuevo al pasado, y me
quedé por un momento sin aliento! Era la misma indumentaria que
llevabas cuando viniste al Hogar de Pony. Aquel día, yo estaba sobre
la Colina de Pony observando tu auto que se acercaba, levantando
nubes de polvo, ¿sabes? ¡Estaba tan feliz de que llegara alguien
dispuesto a hacerme su hija adoptiva! Mientras yo estaba llena de
entusiasmo, tú me mirabas con aire apenado, ¿recuerdas? Me di
cuenta de que, incluso si eras un tipo taciturno, estabas tratando de
consolarme con todas tus fuerzas, por eso pude ponerme contenta de
nuevo.
¡Lástima
que cuando conocí a Eliza el golpe fue grande! Nunca olvidaré la
decepción que sentí en ese momento. Pero tal vez esa experiencia
ocurrió precisamente para fortalecerme y para permitirme resistir
los golpes que he recibido después en la vida.
Sin
embargo, si conseguí soportar los días pasados en aquella casa, fue
gracias a tu bondad.
Todavía
hoy recuerdo aquella mañana cuando trataron de enviarme a trabajar a
México. En la niebla matutina y conteniendo las lágrimas, tú,
Mary, Doug y el señor Whitman vinieron a despedirme.
Cuánto
tiempo ha pasado desde entonces Todos hemos superado las olas
tumultuosas de la guerra y fuimos capaces de reunirnos de nuevo. ¡No
podría estar más feliz! Además me han ocurrido tantas cosas,
¿sabes? Una vez que volví a Chicago hubiera querido venir de
inmediato a saludarte, pero me resultaba muy difícil presentarme en
casa de los Lagan Me siento contenta por haber participado en la
fiesta de inauguración y de haber tenido la oportunidad de saludar
también a Mary.
Cuando
en la fiesta me disculpé por haberte llamado simplemente Stewart,
dada nuestra diferencia de edad, y me propuse remediar el error de
ahora en adelante, tú te echaste a reír y dijiste que no lo
hiciera. Como puedes ver, incluso en esta carta he respetado
fielmente tus instrucciones. Incluso Mary se ha burlado de mí,
porque todavía se me pasan estas cosas por la cabeza. Así que,
querido Stewart, por favor no te olvides de la promesa que me
hiciste: la próxima vez que esté en el hotel, a escondidas de la
señora Lagan, ¡espero un tratamiento especial!
Candy
***
Para la señorita Mary Darcy
Querida
Mary:
Cuando
te vi dando instrucciones durante la fiesta de inauguración, con la
misma energía que siempre te ha caracterizado, me pareció
retroceder en el tiempo.
¡El
ama de llaves de la casa Lagan! ¡Sin ti parecía que todo tuviera
que detenerse! Te reías diciendo que eras prácticamente la dueña
de la casa, Pero tú y Stewart realmente deben recibir un
reconocimiento oficial: los Lagan tienen una pésima forma de tratar
a las personas.
¿Y
así que Doug ha dejado el trabajo y ha abierto una panadería?
Cuando me enteré que su negocio se llamaba El Glotón ¡me ha
entrado el hambre! La próxima vez, espero de verdad ir a visitarlo
personalmente y darle una sorpresa.
Oh,
Mary, ¡me divertí tanto escuchando tus historias! No pude creer que
cuando Neal decidió por sí solo lo de nuestro compromiso, ¡tú le
pusiste laxante en el té! ¡Me río solo de pensarlo! ¡Y ni
siquiera le hizo efecto!
Me
conmovió mucho cuando me dijiste que no conseguías en manera alguna
calmar tu nerviosismo respecto a ese asunto.
Incluso
cuando me relegaron a ocuparme de los caballos, tú siempre me
conseguías algunas cosas a escondidas. Doug, a su vez, me llevaba
pan recién horneado ¡Así que no quiero de ninguna manera que
pienses que no hiciste nada para ayudarme! ¡Si fui capaz de apreciar
mi vida en el establo fue gracias a ti! La funda de la almohada de
retales que cosiste para mí me permitió dormir muy tranquila, y es
algo que nunca olvidaré.
Aparentemente
se dice que si Neal no tiene novia todavía es por culpa de una
maldición mía, ¿verdad? Es justo un comentario típico de Eliza.
Me da risa ¿Ahora soy también una bruja?
Ha
sido maravilloso volver a verte ¡y espero con ansias el día en que
podremos conversar de nuevo!
La
próxima vez que vaya a la residencia principal de los Ardlay, en
Chicago, te lo haré saber (en secreto).
¡Gracias
por conseguirme la dirección del señor Whitman!
¡Le
escribiré inmediatamente!
Candy
***
Nota:
Aunque Candy dijo que le escribiría inmediatamente al Sr. Whitman, y
que esa carta es parte de este grupo en el libro, lo cierto es que
ella tardó casi un año y medio para escribirle. Lo hizo poco
después del paseo a Lakewood.
***
Para el señor Georges Villers
Querido
Georges:
Estoy
contenta al saber que te estás recuperando de la gripe. ¡Una
persona como tú no puede enfermarse! ¡No quisiera que hubieses
contraído un virus muy fuerte en la fiesta de los Lagan! De todos
modos, incluso el tío abuelo William, sabiendo que rara vez te
enfermas, se ha preocupado bastante.
Tú
eres mi héroe de brillante armadura, mi Caballero Blanco (perfecto
para una joven que se apellida "White", ¿no te parece?),
¡El hombre fuerte con el que siempre puedo contar! ¡Debes siempre
estar sano!
Cada
vez que me he encontrado en dificultad, tú has venido a salvarme,
pero hasta el momento creo que jamás te he dado las gracias como es
debido.
Las
cartas que me enviabas contenían siempre solo mensajes estrictos y
formales de parte del tío abuelo, y el solo recibirlas me ponía en
un estado de agitación. Ahora sin embargo, yo sé por qué te
comportabas de una forma tan estricta, y me dan ganas de reír.
Intentabas evitar por todos los medios mis preguntas, ¿no es verdad?
Siempre
te pedí que me contaras algo sobre el tío abuelo, no hacía más
que insistir en el tema, tan ansiosa estaba por conocerlo. ¡Y sin
embargo, tú no me diste el más mínimo indicio! ¡Eres
verdaderamente de confianza! ¡Ahora entiendo por qué se dice que la
casa de los Ardlay no sería nada sin Georges!
¡Nosotros
siempre habíamos creído que el tío abuelo William era un señor
anciano y enfermo! Yo estaba incluso convencida de que era una
especie de ermitaño centenario, apenas capaz de respirar, ¡pero
todavía con una mente totalmente lúcida!
Oh
mejor dicho, ¡era lo que querías que yo creyera!
Ahora
que el misterio se ha resuelto me dirijo él a propósito como si
fuera un hombre anciano, continuando llamándolo tío abuelo, y él
no sabe cómo hacer para que le perdone. Es una pequeña venganza que
tengo el derecho de permitirme, ¿no crees?
Querido
Georges, recuerdo como si fuera ayer nuestro primer encuentro. Nunca
podré olvidar el viaje a México, el país donde debía quedarme a
trabajar.
De
Repente, alguien puso una mano sobre mi boca ¡y me secuestró! Yo me
resistí con todas mis fuerzas, pero tú por supuesto nunca perdiste
el control (creo que te hice algunos pequeños rasguños ¡y
discúlpame también por aquella mordida en el brazo!)
Sin
embargo, dijiste que podía quedarme tranquila, porque no querías
hacerme nada malo.
Inexplicablemente
en ese momento, tu voz tan cálida y sincera me tranquilizó. Incluso
tus ojos cristalinos me tranquilizaron y me hicieron convencer de que
no podías ser una mala persona. Lo que sucedió después me parece
aún hoy un sueño, y esos mismos recuerdos son vagos.
No
podía creer que había sido adoptada por los Ardlay, pero aún
estaba más emocionada por la idea de volver a ver a Anthony y a los
otros. No pude contener la alegría.
Y
después una sola palabra dicha por ti, a pesar de que eres tan
taciturno, fue suficiente para hacerme decidir ir a Inglaterra. Te lo
ruego, ¡enséñame cómo lo haces! ¿Cómo haces para conmover los
corazones de las personas sin pronunciar una palabra? Yo hablo al
menos cien veces más que tú, pero los niños del Hogar de Pony no
me hacen caso.
***
Nota:
las palabras de Candy en esta carta a Georges, hacen notar que ella
sigue molesta con Albert y él no sabe qué hacer para ganarse el
perdón de la chica, ¡y eso que ella aún no sabe que él es
príncipe! Tal confesión vendría un poco después.
***
Nota:
En las siguientes cartas veremos que ha llegado la primavera de 1919
(la cual empieza en marzo), y Albert aprovecha dicha estación para
confesarle a Candy que él es el príncipe de la colina; pero a pesar
de la emoción de la chica, sigue mostrándose algo molesta.
***
Carta de Candy para el tío abuelo William
Querido
tío abuelo William:
¿Bajo
qué cielo se encuentra en este momento?
Nunca
pensé que ser el jefe de la familia Ardlay requeriría tal
compromiso.
Quiero
agradecerle desde el fondo de mi corazón el haber visitado el Hogar
de Pony. Sé que está comenzando un nuevo proyecto empresarial, por
lo tanto, sé que este es un periodo particularmente intenso para
ello.
Y
además todavía me parece vivir un sueño. ¿Cómo podría haber
imaginado que el Príncipe de la Colina fuese el señor Albert? En
otras palabras usted, el tío abuelo William, ¡es el Príncipe de la
colina! ¡Todavía tiemblo por la sorpresa y la emoción!
Inmediatamente
después de su confesión, Georges vino a buscarlo y, en un momento,
usted desapareció de nuevo ante mis ojos.
Esto
contribuye aún más a que todo me parezca tan irreal, y me siento
casi como si mi cuerpo flotara en el aire.
Nunca
he olvidado al Príncipe de la Colina.
No
creo que esta noche pueda conciliar el sueño.
Candy
***
Para la señorita Candice White Ardlay
Querida
Candice:
Escribo
en respuesta a tu carta. Lamento mucho haber tenido que marcharme de
repente después de haberte revelado una importante verdad. Te pido
disculpas de nuevo por la sorpresa que te causé con mi inesperada
confesión.
¡Estoy
bromeando, Candy! Si realmente te escribiera de esta manera, ¡imagino
que asumirías una expresión muy contrariada! Por lo tanto, ¿qué
te parece si me escribes también de la misma manera con la que
hablamos siempre alegremente?
Es
natural que estés enojada. Efectivamente continué ocultándote mi
identidad de tío abuelo y mi verdadero nombre: William A. Ardlay.
No
quiero justificarme, pero quiero que sepas que también me preguntaba
si estaba haciendo lo correcto.
Lo
único que quería era cuidarte con discreción. ¿Quién hubiera
dicho, que en cambio, serías justo tú quien cuidaría tanto a aquel
"señor Albert"? ¡Parece casi la trama de una novela
barata!
Por
esto, soporto sin protestar el hecho de que formalmente me llames
"tío abuelo", o que me trates a veces como un hombre muy
viejo.
Sabía
que te volvería a sorprender, pero esa era la última verdad que
confesarte. Sin embargo, quería encontrar el momento adecuado y, si
era posible, quería hablarte sobre eso justo en la estación en que
nos conocimos la primera vez, en la Colina de Pony. De esa manera,
tendría la impresión de poder volver a ser el chico de antaño.
Querida
Candy, tú lo entendiste de inmediato. Me bastó con mirar tu cara
surcada por las lágrimas para sentir que todo estaba claro para ti.
Mi
intención era quedarme contigo para explicarte todo con calma, pero
fuimos interrumpidos por un saboteador. Georges termina siempre por
intervenir en los momentos más importantes. Sin embargo, no
desaparecí, incluso me acompañaste al auto, ¿recuerdas?
En
este momento tengo que dar prioridad al trabajo, algo de lo que nunca
me había preocupado hasta ahora. Me gustaría verte pronto, pero por
un tiempo no me será posible liberarme de los compromisos.
Candy,
espero con ansias una carta tuya y me gustaría que esta vez te
represente completamente.
¡Cuídate
siempre y saluda de mi parte a la señorita Pony, la hermana Lane y
los niños!
William
Albert Ardlay
***
Para el Príncipe de la Colina
Aunque
se me recomendó hablar de forma más natural, ¿cómo no puedo
sentirme nerviosa al escribirle al Príncipe de la colina? De
acuerdo, vamos a calmarnos...
Querido
Príncipe de la colina:
¡Gracias
por haberme respondido tan rápido!
¡El
señor William Albert Ardlay no hace más que sorprenderme!
¡Para
una persona delicada como yo, diez corazones no serían suficientes
para resistir todas estas revelaciones!
Creo
que a partir de ahora siempre lo llamaré "tío abuelo".
¡Por lo menos deberá aguantar eso!
Sin
embargo, debo admitir que la forma en que me reveló la verdad ¡fue
maravillosa! Estábamos en la Colina de Pony, donde te conocí por
primera vez. Justo como ahora, había un cielo azul claro y se podía
oler el perfume de la hierba.
Cuando
aquel día el tío abuelo se presentó sin previo aviso en el Hogar
de Pony, comencé a sentirme inexplicablemente nerviosa. Las
directoras se apresuraron inmediatamente a preparar té y galletas,
pero yo me quedé allí parada y embobada: cuando el tío abuelo
entró al orfanato, su expresión me pareció extrañamente diferente
de la habitual era como la de un niño.
A
veces disfruto tratándolo como si fuera un hombre anciano, pero en
realidad parece mucho más joven de su edad. Solo que, en aquel
momento decir que parecía más joven tal vez no es la expresión
correcta.
No
consigo explicarme bien En cualquier caso, parecía diferente e hizo
que mi corazón diera un vuelco.
El
tío abuelo rechazó el té que se le ofreció y me dijo con una
expresión seria: "Candy, vamos a la Colina de Pony"
Al
recibir aquella invitación, sentí dentro de mí un indefinido
presagio, pero nunca hubiera imaginado lo que pasó después.
Cuando
llegamos a la colina, nos quedamos un momento en silencio, después
armándose de valor se volvió hacia mí y con una sonrisa tímida,
dijo: "Candy ¿No crees que es hora de devolverme el broche?"
El
tiempo volvió atrás en un instante, y me volví a ver como una
niña, mientras lloraba. Ante mis ojos, estaba el Príncipe de la
Colina y me estaba sonriendo.
No
pude evitar romper a llorar, y entre lágrimas, le pregunté
inmediatamente: "Yo soy más bonita cuando sonrío, ¿verdad?"
Con
los ojos llorosos, tú me respondiste: "Ahora eres bonita
incluso cuando lloras, pequeña".
Tu
voz estaba un poco quebrada. Sí, esa era la voz del Príncipe ¡sin
duda era su forma de hablar! Esa voz había estado siempre a mi lado
y siempre la escuché, pero nunca había notado nada. Pero entendí
finalmente porqué siempre consiguió serenar mi corazón.
Del
mismo modo, también entendí por qué el tío abuelo me pareció
diferente. El hombre que apareció súbitamente en la Colina de Pony
no era el tío abuelo, sino el Príncipe de la Colina.
No
podía dejar de llorar, pero esta vez, eran lágrimas de alegría.
Príncipe,
¡eres terrible! En Casa de la Magnolia, te mostré mi precioso
broche muchas veces, ¡e incluso hablé de ti! Si mal no recuerdo, un
cierto "señor Albert " se quedaba allí escuchando sin más
¿Quién sabe si en aquel momento ya había recuperado la memoria?
¡Tengo que aprovechar este momento para hacer todas las preguntas
posibles!
En
silencio, seguiste mirándome dulcemente hasta que dejé de llorar.
El viento soplaba en la colina y era agradable sentirlo sobre mis
mejillas mojadas.
No
podía creer que, bajo ese cielo azul claro, tuviese a mi lado a mi
Príncipe de la Colina Estaba cautivada por semejante visión.
Entonces, desde el pie de la colina, llegó el ruido del claxon que
hizo sonar Georges y volví a la realidad. ¡Bah!
¡Siempre
soñé con encontrarte de nuevo para poderte preguntar tantas cosas!
Me gustaría saber qué estabas haciendo ese día, por qué
desapareciste de repente De hecho, ¿por qué?
Pero
me pondré al día en nuestro próximo encuentro. ¡Ahora sí que
tengo muchas cosas que esperar con ganas!
Cambiando
de tema, pronto será mayo y la Colina de Pony estará lleno de
flores. ¿Qué día se avecina?
Exactamente,
es el cumpleaños de una cierta persona (¡y lo digo en voz alta!)
Bueno,
querido Príncipe de la Colina, ¡ahora te lanzaré un hechizo!
¡Alahela,
blabla, geragorabon!
¡Ese
día tendrás que venir al Hogar de Pony para reunirte con una chica
que es bonita cuando llora y cuando se ríe!
Y
el regalo que le llevarás será unas vacaciones: ¡deberás pasar
con ella mucho tiempo y hablar de muchas cosas!
La
magia funcionará... ¡Espero!
Candy
***
Nota:
tengamos en cuenta que Candy cumple años en el mes de mayo, por lo
tanto, si ella ya está mencionando tal fecha, es probable que la
carta anterior se haya redactado a mediados de abril.
***
Carta de Albert para la pequeña hechicera, Candy
Querida
Candy:
No
tienes necesidad de lanzar un hechizo tan extraño: ¡recuerdo muy
bien el cumpleaños de una cierta persona! A propósito de esto,
desde hace mucho tiempo he estado buscando un regalo para ti. ¡Me
gustaría que el fruto de mi sudor y lágrimas sea un regalo que
pueda dejarte absolutamente extasiada!
Así
que, por favor, perdona si tu magia no tendrá efecto. Yo mismo, más
que cualquier otra cosa, quisiera de verdad tomarme unas vacaciones,
pero Georges afirma con gran severidad que ya me he tomado un
descanso suficiente para toda la vida. Y él tiene razón.
No
pongas esa cara enojada, Candy. En cambio, ¿por qué no vienes a
Chicago?, También a Annie le gustaría celebrar tu cumpleaños, y si
tu vinieses aquí, para mí sería más fácil encontrar un momento
libre.
Cuando
superes la desilusión, y si decides aceptar mi propuesta, enviaré
inmediatamente un auto a buscarte. Naturalmente, me gustaría que
participara también todo el Hogar de Pony.
Sin
duda una fiesta organizada en tu orfanato sería muy bonita, pero
también creo que en Chicago no estaría del todo mal. Tus niños
podrían hacer un interesante viaje educativo, y me gustaría
asegurarme de que incluso las directoras puedan descansar un poco.
Entonces,
¿estás todavía molesta?, sin embargo, cuando recibas mi regalo,
¡estoy seguro de que me mostrarás una sonrisa radiante!
A
pesar de todo, creo que en parte tu magia funcionó. Desde que recibí
tu carta no hago otra cosa que pensar en el pasado.
Me
preguntaste qué estaba haciendo ese día en la Colina de Pony
vestido con el traje tradicional escocés. Debes saber que entonces
de hecho, desde que era todavía muy pequeño, me estaba
completamente prohibido no solo salir libremente, sino también
presentarme en público.
Como
ya has tenido la oportunidad de conocer, era solo un niño cuando me
encontré cumpliendo el papel del cabeza de la familia Ardlay.
Existen razones complicadas que dieron lugar a esta circunstancia:
para los Ardlay, en efecto, lo que más importa son los vínculos de
sangre. Mi padre, William C. Ardlay, era un excelente hombre de
negocios y él había sostenido a la familia desde muy joven. Su
muerte repentina
creó
una fuerte inestabilidad y no había nadie más que yo en ese
momento, un niño de solo ocho años, para poder sucederlo. El papel
de cabeza de familia se traspasa de William a William, en una línea
de descendencia directa. La tía abuela Elroy, hermana mayor de mi
padre y los ancianos de la familia pensaron cuidadosamente qué
hacer, porque sabían que entre los Ardlay había personas
interesadas en ocupar mi puesto.
No
hace falta que conozcas los detalles de este conflicto interno, ahora
todo se ha resuelto para mejor.
De
cualquier modo, los ancianos decidieron confiar en mí el papel de
cabeza de la familia y de cuidar todo hasta que tuviera la edad
suficiente. Siguiendo un plan muy cuidadoso, se aseguraron de que en
la familia y también en el mundo de los negocios se corriera la voz
de que el señor William A. Ardlay era un hombre excéntrico, pero
particularmente hábil en su trabajo. Por fortuna la familia era muy
numerosa, y solo poquísimas personas conocían la verdad. Por otra
parte, a fuerza de escuchar la misma historia, la gente terminó por
creerla.
Los
efectos de este plan fueron realmente terribles. Con el tiempo, el
recuerdo sobre mí desapareció de la memoria de mis familiares más
pequeños con los que pasé la infancia. Ni siquiera yo sé cómo
sucedieron las cosas. Era una especie de marioneta, y estaba muy
solo.
Mi
única compañía estuvo representada por sirvientes discretos y
profesores particulares, cuidadosamente seleccionados y
especializados en temas que cubrían la administración de empresas y
el derecho. Así, crecí rodeado de adultos de carácter severo.
Mientras tuve a mi hermana Rosemary cerca, logré soportar todo con
tranquilidad. Ella fue la única capaz de entenderme, la única que
se preocupaba por mi situación y por mi identidad robada. Entonces,
desafortunadamente, también ella me dejó.
Oh,
Candy En la familia de mi madre hay muchos casos de mujeres jóvenes
que murieron en edad temprana. El mismo destino le tocó también a
ella, fallecida inmediatamente después de haberme dado a luz. Por lo
tanto, mi hermana, mucho mayor que yo, fue para mí como una segunda
madre.
Aquel
día cuando te conocí, como una niña llorando, me había escapado
de casa. No te rías: ¡incluso una fuga de un día es siempre una
fuga!
Recuerdo
que en la segunda residencia de los Ardlay, en Lakewood, se estaba
llevando a cabo una fiesta, y como siempre, me estaba prohibido salir
de mi habitación. En aquellas ocasiones, normalmente Georges me
llevaba a algún lugar lejano, pero aquella vez probablemente no le
había dado tiempo.
Encerrado
en mi gran habitación, me había sumergido en el estudio.
Afuera
escuché la risa de los otros chicos de la familia y el sonido de la
gaita. Estaba convencido de saberla tocar mejor que los demás, pero
los únicos que me escuchaba eran la tía Elroy, capaz de elogiarte
mientras mantenía una expresión austera, y el inexpresivo Georges.
Ni siquiera tenía amigos de mi edad.
Cuánto
más escuchaba esa música, más insostenible me parecía la
situación y me puse el traje tradicional escocés. Ese es de hecho
el atuendo habitual adoptado por los jóvenes Ardlay para las
ocasiones oficiales.
En
comparación con las fiestas celebradas en Chicago, pensé que
participarían pocos miembros importantes de la familia y que,
vestido de esa manera, nadie sin duda se habría de fijar en mí.
Por
el contrario, uno de los ancianos me descubrió inmediatamente y la
tía Elroy me regañó severamente diciendo que debía entender mi
posición. Sentí una rabia que nunca había sentido antes.
Sabía
que todavía tendría que aguantar por poco tiempo, porque pronto
iría a la universidad en Inglaterra, lejos de todos. La idea de
poderme liberar de aquella vida opresiva me consolaba, pero parecía
que aquel día no llegaría nunca. Al final, incluso en Inglaterra
pronto me seguiría alguien para vigilarme. Me preguntaba hasta
cuándo me tendrían aislado de aquella manera
¿Quién
era realmente? Tenía diecisiete años, pero ni una pizca de
libertad. Solo mi nombre parecía vivir una vida propia, mientras yo
llevaba esa existencia anormal.
Me
escapé de la residencia. Ya era bueno conduciendo, así que tomé un
automóvil. Sabía que no pasaría desapercibido vestido de aquel
modo, pero me sentí tan agobiado que no me preocupé por nada más.
No llevaba ni siquiera un poco de dinero conmigo.
Era
la primera vez que me sentía tan libre.
"¿Entonces
qué? ¡Yo soy William Albert Ardlay! ¿Qué quieren de mí?
Tal
vez realmente grité al volante esas palabras. Conduje sin rumbo.
No
sé por qué en un momento dado me detuve y subí a esa colina. Tal
vez lo hice porque su altura y tamaño representaban la imagen
perfecta que tenía de una colina.
Acostado
sobre la hierba, el cielo se veía inmenso y me parecía ser
absorbido por aquel azul celeste. Las hermosas nubes blancas se
movían plácidamente, llevadas por el viento. Las envidié por su
libertad.
Mientras
estaba allí absorto, de repente las nubes se separaron, tomando
diferentes direcciones. Algunas se unieron a otras nubes, otras
desaparecieron en el aire. Candy, en aquel momento, me sobrepuse. Ni
siquiera las nubes eran libres: cada una de ellas debía enfrentar su
propio destino. Llevadas por el viento ellas también se veían
obligadas a separarse y a tomar una ruta inesperada. Entonces, ¿por
qué continuaban viajando con aquella calma?
Me
puse a pensar en mi familia, en mi padre, en mi madre, en mi hermana
y en Georges, siempre listo para seguirme como una sombra. Después
pensé en la tía Elroy, una mujer estricta que intentaba, sin
embargo, protegerme por todos los medios.
Me
di cuenta de que donde quiera que fuera, siempre sería un Ardlay. Yo
quería ser libre, pero no podía renegar de mi familia. Sin embargo,
ya no tenía la intención de dejar que nadie dirigiera mi vida.
Quería tomar solo mis propias decisiones y decidir por mí mismo.
Al
pensarlo, me sentí repentinamente más ligero.
Fue
entonces cuando una niña subió corriendo por la colina, veloz como
una bala y con una mueca en la cara. Sí, Candy: eras tú.
Recuerdo
bien el esfuerzo que hiciste para no llorar. Entendí que estabas
esperando a estar sola sobre la colina para poderlo hacer. Tu imagen
me impactó el corazón.
Sabes,
Candy, fue la primera vez que vi y escuché a alguien abandonarse a
un llanto tan liberador y sincero.
Y
también fue la primera vez en la que pude admirar una sonrisa tan
maravillosa. No pude evitar hablar contigo. Si ese día desaparecí
de repente fue a causa de Georges. Lo vi subir la colina y me escapé
por el otro lado, deslizándome por la pendiente, rápido como el
viento. Tú estabas intentando indicarme un punto al pie de la colina
y hablabas sola en voz alta. Probablemente, no te diste cuenta de que
ya me había ido.
Sin
embargo, Georges es muy rápido y me atrapó inmediatamente. Me
sorprendió ver su rostro surcado por grandes lágrimas. Cuesta
sostener la vista de alguien que llora sin siquiera decirte una
palabra. La única otra vez que lo había visto en esas condiciones
fue cuando murió mi hermana.
En
esa colina descubrí la forma en que quería vivir.
Nunca
olvidé a aquella niñita, por esto te reconocí inmediatamente
cuando te salvé después de que te cayeras desde lo alto de la
cascada. Del cuello llevabas colgada una cruz y mi broche. Por otra
parte, no habías cambiado mucho respecto a nuestro primer encuentro
(no te enojes).
Cuando
me hablaste de ti, sentí el deseo de hacerte feliz. Quería que la
chica que tenía ante a mis ojos encontrara su felicidad, y estaba
seguro de poderla ayudar.
Mi
carta se ha vuelto bastante larga. ¿Será esto obra de tu magia?
Te
espero en Chicago.
Albert
P.D.
Candy, puedo soportar cualquier cosa, ¿pero podrías parar con esto
de Príncipe de la Colina? Me da escalofríos.
***
Nota:
Albert, indudablemente, quiere cierto equilibrio en su relación con
Candy. No quiere ser tratado con formalidad pero también rechaza el
apodo de príncipe. Veremos qué pasa después del cumpleaños de
Candy, que se celebrará en Chicago.
***
Nota:
la siguiente carta de Candy fue redactada después de su cumpleaños,
por lo que pudo ser enviada a finales de mayo de 1919. Candy cumplió
20 años.
Según
leemos a Candy, el Sr. Cartwright aún no ha vendido sus terrenos
para que sean usados en la ampliación del orfanato, así que dicha
refacción tomaría lugar un tiempo después.
Para el señor Albert
¡Señor
Albert! ¡Señor Albert! ¡Señor Albert!
¿Cómo
dice? ¿Que puede escuchar muy bien incluso si no grito de este modo?
El hecho es que estoy tan feliz, que no puedo evitar seguir gritando
su nombre… ¡Gracias, señor Albert!
¡Me
siento como si hubiera recibido yo sola las celebraciones reservadas
para todas las chicas del mundo!
¡No
puedo creer que aquella enorme habitación fue completamente
re−decorada en color verde menta, especialmente paran mí! Esos
muebles de madera hechos a mano, tan hermosos al tacto ¡su olor! Y
pensar que me habría contentado con quedarme, como siempre, en la
habitación de invitados. Ahora voy a tener ganas de volver a menudo
a la residencia de Chicago.
Cuando
vi todos esos regalos sobre la mesa, no supe cual abrir primero.
¡Pero no terminó ahí! ¡Estaba convencida de que el fruto de su
sudor y lágrimas era precisamente esa habitación re−decorada!
¡Sin embargo, el regalo que se presentó ante mis ojos me dejó
literalmente sin aliento! ¡Gracias, señor Albert!
¡Nunca
podría haber imaginado que había recuperado a Cleopatra y Cesar!
Cuando hicieron su entrada en el jardín, no podía creer lo que
veía. Esos son los caballos de los que me ocupaba en la casa Lagan,
los animales junto a los que solía dormir y despertar por las
mañanas. Incluso después de ser adoptada, iba a escondidas al
establo de los Lagan, y cuando supe que se habían vendido por
separado, me sentí realmente abatida. César y Cleopatra estaban muy
unidos y pude percibir cuánto se cuidaban el uno al otro. ¿Cómo
pudieron haberlos separado de ese modo? No podía perdonar a los
Lagan y el comportamiento de Neal y Eliza: esos dos que se interesan
por algo solo por un momento y luego, cuando se cansan, lo olvidan
por completo. De seguro, el capricho de Neal de comprometerse conmigo
debe haber sido algo similar. ¡Lo pasé realmente mal!
Los
dos caballos son en realidad muy viejos, pero no han perdido la
elegancia que caracteriza a los pura sangre. Lo que más me conmovió
es el hecho de que me recordaban. Ellos compitieron por limpiarme las
lágrimas que caían sobre mi rostro. Luego comenzamos los
preparativos para llevarlos al Hogar de Pony.
Oh,
señor Albert, realmente quiere hacerme llorar continuamente, ¿no es
verdad?
Los
niños están entusiasmados con la idea de cuidarlos. El rancho de
Cartwright también está cerca, y con seguridad César y Cleopatra
podrán tener una vejez tranquila en la Colina de Pony.
La
señorita Pony y la hermana Lane están felices de haber tenido unas
maravillosas vacaciones. Dicen que no saben cómo pagarle, y apuesto
a que pronto recibirá una larga carta de agradecimiento de parte de
ellas. ¡Al parecer hacía más de veinte años que la señorita
Ponny no ponía un pie en una gran ciudad! La hermana Lane, por otro
lado, me ha confesado embelesada, que ve de nuevo en sueños la
residencia de los Ardlay. Se pregunta todavía si todo fue real.
Lo
mismo sucede con los niños. No hacen más que hablar de Chicago y
siempre les digo que si quieren regresar algún día, tienen que
portarse bien. Cuando los reprendo solemnemente de esta manera,
inmediatamente ponen atención.
Aprovechando
la ocasión, también he podido ver de nuevo a Archie, Annie y Patty,
después de tanto tiempo. Sin embargo, mi magia se fue desvaneciendo.
De hecho, tuve muy poco tiempo para hablar con usted.
Señor
Albert, me parece que está realmente ocupado Temo por su salud.
Incluso el Doctor Martin le dijo que no se fatigara demasiado,
¿verdad? Me pregunto si la amnesia es una patología que vuelve a
presentarse ¡No quiero volver a vivir de nuevo ciertos momentos!
Recuerdo
aquellos días de incertidumbre y al mismo tiempo de tranquilidad
vividos en la casa de la Magnolia. No teníamos dinero, pero lo
pasamos muy bien. Nunca olvidaré cuando me pidió compartirlo todo,
las cosas buenas y las malas. Quería que usted se recuperara pronto,
pero por un lado nuestra vida como hermano y hermana no parecía tan
mala. ¡Bien, ahora soy su hija adoptiva! Tal vez debería empezar a
llamarle ¿padre?
Por
cierto, ¿cuándo le regresó la memoria? La próxima vez me gustaría
que me contase también sobre su vida en África
Pero
quién sabe cuándo lo veré de nuevo…
Su
hermosa hija adoptiva:
Candy
***
Nota:
Es obvio que después de conocer el corazón de Albert un poco más a
detalle, Candy ha ido suavizando su trato con él, y tras el detalle
de haberle celebrado una bonita fiesta en Chicago, ella intenta
llamarle “padre”. Ahora veremos qué opina él al respecto.
***
Un apresurado saludo para Candy
Querida
Candy:
Te
escribo una pequeña queja. Me habías prometido que ya no sería más
el objeto de tu venganza, ¿verdad? ¿Y ahora qué significa este
"padre"? ¿Y qué quieres decir con "hermosa hija"?
Sí,
claro, tú eres hermosa quizás (¿te hice enojar?), y ciertamente no
se puede negar que tú eres mi hija adoptiva. De hecho, se me había
olvidado. Todavía soy joven, soltero, y sin embargo, ya tengo una
hija… es algo que incluso a mí me sorprende.
Además,
la palabra "hija adoptiva" suena insoportable para mis
oídos. No lo parecerá, pero soy un tipo sensible (¡no te rías!).
Cambiando
de tema, voy camino a Sao Paulo. Te escribiré una vez que llegue. Me
gustaría que le dijeras a la señorita Pony y a la hermana Lane que
he hecho solo lo que se espera de un buen padre adoptivo.
¿Padre
adoptivo? ¡Oh no! Me lo he dicho a mí mismo
¡Por
favor, cuídate y salúdame a los niños!
Albert
***
Nota:
Como ya ha pasado el cumpleaños de Candy y ella ha intercambiado
unas cuantas misivas con Albert, es posible que que el viaje de
Albert a Brasil (el cual se mencionará en la sig. carta), se haya
hecho a mediados de junio de 1919.
***
Un apresurado saludo para Candy
Querida
Candy:
Te
escribo una pequeña queja. Me habías prometido que ya no sería más
el objeto de tu venganza, ¿verdad? ¿Y ahora qué significa este
"padre"? ¿Y qué quieres decir con "hermosa hija"?
Sí,
claro, tú eres hermosa quizás (¿te hice enojar?), y ciertamente no
se puede negar que tú eres mi hija adoptiva. De hecho, se me había
olvidado. Todavía soy joven, soltero, y sin embargo, ya tengo una
hija… es algo que incluso a mí me sorprende.
Además,
la palabra "hija adoptiva" suena insoportable para mis
oídos. No lo parecerá, pero soy un tipo sensible (¡no te rías!).
Cambiando
de tema, voy camino a São Paulo. Te escribiré una vez que llegue.
Me gustaría que le dijeras a la señorita Pony y a la hermana Lane
que he hecho solo lo que se espera de un buen padre adoptivo.
¿Padre
adoptivo? ¡Oh, no! Me lo he dicho a mí mismo
¡Por
favor, cuídate y salúdame a los niños!
Albert
Candy
***
Para la quizás hermosa Candy
Querida
Candy:
Estoy
en un hotel de São Paulo y son las dos de la mañana.
Finalmente
estoy solo.
Estoy
muy bien, así que no te preocupes. En este período, realmente
disfruto dedicándome al trabajo. No es por nada que la sangre de mi
padre William fluye dentro de mí.
Estoy
feliz de que hayas pasado un maravilloso cumpleaños y entiendo que
¡la fiesta fue un éxito! Te pido disculpas de veras por haberme
tenido que ir pronto.
Me
imagino que en este momento César y Cleopatra están descansando en
el Hogar de Pony. Realmente son una bonita pareja, y es magnífico
constatar ver lo unidos que están. Me hubiera gustado que vieras su
alegría cuando se reencontraron. No hay diferencia entre los
animales y los seres humanos. Por el contrario, tal vez los animales
son criaturas mucho más puras; ellos nunca te traicionarían.
Tuve
que dejar a Poupé en África y fue una decisión que me costó
mucho. En la última clínica veterinaria en la que trabajé, ella
era muy querida, así que pensé que era la elección correcta.
Posteriormente me informaron que había muerto de vieja. Candy, por
favor, reza también tú para que descanse en paz.
Cuando
recuperé la memoria, me alegré por haber evitado que Poupé
estuviera involucrada en el accidente que ocurrió en Italia. Sin
embargo, ver a César y a Cleopatra hizo estremecer mi corazón:
incluso a costa de morir en aquel accidente ferroviario, quizás ella
hubiera preferido partir conmigo.
Lamento
decirlo, pero yo no fui quien encontró a tus queridos caballos fue
todo mérito de Georges.
Estoy
realmente impresionado de su habilidad. Comienzo a entender por qué
lo defines como tu Caballero Blanco. Sin
embargo, incluso él tuvo dificultades para encontrarme, cuando nadie
sabía qué había sido de mí.
Creo
que comencé a recuperarme de la amnesia cuando me llevaron a la
clínica del Doctor Martin, después del accidente automovilístico.
Hasta entonces, varias imágenes habían aparecido como destellos
fugaces, pero después de ese incidente, tuve un fuerte dolor de
cabeza y sentí que me desmayaba.
Estaba
en el trabajo, donde me habían permitido ocupar el puesto de
lavaplatos. Cuando recuperé la conciencia volví a ser yo mismo,
Albert o más bien, William Albert Ardlay.
Debería
habértelo dicho de inmediato, pero no fui capaz. Todavía hoy creo
que estaba equivocado, pero no quería alejarme del calor de la vida
que llevábamos. Sabía bien que, una vez que regresara a la Casa de
los Ardlay, debería desempeñar mi papel como cabeza de familia, y
ya no me sería posible huir de la responsabilidad. También ese
deseo mío era puramente egoísta.
Mi
conducta imprudente causó gran preocupación a muchas personas, pero
si logré llevar la vida que quería fue siempre gracias a los Ardlay
y a la dedicación demostrada por Georges.
Querida
Candy, quiero que sepas que no me limité a divertirme por todo el
mundo. Si me encontraba en Inglaterra, era porque también estaba
supervisando la preparación de un nuevo proyecto empresarial. Sin
embargo, el hecho de que nos hubiéramos encontrado por casualidad,
me hace pensar en ese hilo misterioso que nos une y del que siempre
hablas.
Una
vez cumplido mi deber y tranquilizado al verte de nuevo serena en
Londres, decidí dejar el zoológico Blue River para llegar a mi tan
querida África.
Dondequiera
que fui, nunca tuve que preocuparme por el trabajo o como viviría.
También eso se lo debo
a
mi pertenencia a la familia Ardlay. Siempre me asaltaron las dudas
sobre no ser capaz de hacer nada por mí mismo, pero el viaje a
África me permitió afrontar este miedo.
Elegí
irme, cortando también el contacto con Georges, solo porque quería
tratar de valerme por mí mismo.
Incluso
en África rondaba el alarmante presagio de la guerra, y fue tal vez
esa atmósfera la que me sacudió. Los negocios de la familia Ardlay
eran estables y pensé que incluso si desapareciera por un tiempo, no
habría ningún problema. ¿Cómo pude haber sido tan egoísta? Sabía
bien, desde el comienzo, que mucha gente se preocuparía por mí, y
ahora realmente me siento muy avergonzado por mi superficialidad.
Mi
participación en aquel incidente ferroviario en Italia fue tal vez
un castigo justo. Sé que en esos vagones viajaba un espía, y no es
de extrañar que se haya sospechado de un tipo como yo, sin identidad
y con aspecto pobre.
Chicago.
El nombre de esa ciudad, esta única palabra que quedó en mi
memoria, fue capaz de salvarme y me trajo de regreso a ti. Creo que
me volví mucho más religioso de lo que nunca había sido. Si no
hubiera habido una buena persona en el campo de refugiados en donde
me encontraba, dispuesta a ayudarme a volver a América y si no te
hubiera encontrado
Sabes,
Candy, en ese momento no era más que un hombre sospechoso, carente
de recuerdos y de su propia identidad, pero tú no me abandonaste.
Incluso cuando me dieron de alta del hospital, te quedaste a mi lado
y me consolaste diciéndome que algún día, sin lugar dudas, me
recuperaría.
Hiciste
todo esto por un hombre que solo te ayudó una vez en la vida. Las
palabras nunca podrán expresar mi gratitud hacia ti. También en el
futuro, quiero asegurarme de que puedas encontrar la felicidad.
Una
vez regrese a Chicago, te prometo que tomaré unas vacaciones y te
visitaré.
Bert
***
Nota:
ha llegado el turno de Candy de responder. Según vemos, Albert ha
pasado un tiempo considerable en Brasil pero volvería a Estados
Unidos poco antes de septiembre del mismo año, para la
reconstrucción del Hogar de Pony. ¿Por qué septiembre? Porque
Candy le envía una carta a Archie cuando él ha entrado hace poco a
la universidad y ella le comenta sobre la ampliación del orfanato, y
las clases en USA comienzan a finales de agosto o principios de
septiembre.
***
Carta para el querido señor Albert de Candy
Querido
señor Albert:
¿Cuándo
regresará de Sao Paulo y vendrá a verme al Hogar de Pony? Si
realmente está tan agradecido conmigo, de verdad espero que venga a
reunirse conmigo pronto.
Pero,
¿realmente lo llamaban "Bert"? ¡Qué lindo sobrenombre!
Bueno,
hoy mi carta termina aquí. Quiero hablarle de todo cuando venga en
persona.
Su,
quizás, un poco tacaña con las palabras
Candy
***
Para Archibald Cornwell
Querido
Archie:
¿Ya
te has acostumbrado a tu nueva vida?
La
decisión de asistir a la Universidad de Massachusetts también
sorprendió mucho a Annie; pero ahora se ha recuperado, convencida de
que estás siguiendo tu deseo.
Se
ha vuelto muy fuerte, ¿no te parece? También me envió una carta
admirable en la que me decía que, mientras espera tu regreso, hará
todo lo posible por encontrar su propio camino.
La
guerra finalmente ha terminado, pero el mundo todavía está
conmocionado. No es posible hacer desaparecer la ansiedad que se
cierne sobre todos nosotros, ¡pero debemos seguir adelante!
Me
imagino que después de haber celebrado un encuentro en Lakewood para
recordar a Stair te ha en parte reconfortado, pero también sé
cuánto te habrá costado volver a la residencia en la que, tú,
Stair y Anthony pasaron momentos de los cuales nunca fui partícipe.
El
tío abuelo William dijo: "Cada vez que veo a Archibald, lo
encuentro más y más maduro y esto me hace muy feliz".
Por
supuesto que estas palabras tienen un peso completamente diferente,
¡si pensamos que ha sido el señor Albert quien las ha pronunciado!
El
señor Albert y el tío abuelo William todavía hoy me pregunto a
veces si realmente son la misma persona.
Recuerdo
que cuando lo descubriste te quedaste con el dedo apuntando hacia él,
¡con los ojos muy abiertos e incapaz de pronunciar palabra! Cuando
recuerdo la expresión que tuviste ¿recuerdas cuántas veces pediste
que te explicaran toda la situación? ¡Nueve veces! Incluyendo los
farfulleos que siguieron y las conversaciones que mantuviste contigo
mismo.
Me
divierte pensar en la cara de sorpresa que Anthony y Stair habrían
puesto, si todavía estuviera con nosotros.
Solo
muy pocos miembros de la familia conocían el secreto del tío. De
ellos admiro su discreción y cohesión. Si me hubiera encontrado en
la misma situación, no estoy segura de haber podido hacer lo mismo.
Por supuesto lo habría revelado todo de inmediato (¿cómo dices,
Archie? ¿que tengo toda la razón?).
De
hecho, si el señor. William A. Ardlay es el equivalente al joven
señor Albert (que a su vez también parece más joven que su edad),
por muy astuto hombre de negocios que sea, su aspecto no encaja mucho
con la responsabilidad y el rol que desempeña.
Como
cabeza de familia de los Ardlay, el señor Albert está muy ocupado
en este momento, y casi no tenemos forma de hablar con calma. A pesar
de estar terriblemente ocupado, sin embargo, tuvo la amabilidad de
venir a Lakewood. Allí incluso Patty, siempre tan callada, le
preguntó por qué quiso ocultar su propia identidad.
Patty
también ella, después de que su vida tuvo que seguir caminos
inesperados, ha encontrado lo que desea hacer: cuando termine en la
Universidad de Chicago, ¡ha decidido convertirse en maestra!
Archie,
¡todos ustedes han empezado a recorrer su camino! ¡Estoy tan feliz!
En
este momento, el Hogar de Pony se encuentra en medio de renovaciones
y ampliaciones. El señor Cartwright, que es terrateniente, de hecho,
nos ha cedido terrenos a un precio ventajoso, y la señorita Pony y
la hermana Lane están encantadas: ¡ahora podrán continuar cuidando
de los niños con tranquilidad!
Todo
fue gracias al tío abuelo William. Se tomó muy en serio el asunto
del Hogar de Pony, ofreciéndose incluso a reconstruirlo. Las
directoras, sin embargo, rechazaron categóricamente la ayuda
excesiva, no queriendo abusar demasiado de su gentileza.
Cuando
se habla de estas cosas, siempre termino expresándome en tono formal
y en cada ocasión el señor Albert pone una cara de tal
desaprobación Pero ¿sabes?, Archie, no puede hacer nada: no puedo
evitar pensar que todo este apoyo proviene de tío abuelo y no de
aquel barbudo señor Albert que en aquella época parecía un pirata.
El
nuevo Hogar de Pony tendrá habitaciones para invitados, así que,
Archie, ¡ven a visitarnos!
¡Naturalmente
trae a Annie contigo!
Querido
Archie, ¡cuídate y esfuérzate mucho en los estudios!
No
veo la hora de volverte a abrazar.
Candy
***
Nota:
La anterior, es la última carta correspondiente a 1919. En la que
sigue, dedicada a Elroy, Candy describe cómo está el paisaje ahora
que es primavera nuevamente. Es decir, que hemos llegado a marzo de
1920.
***
Para la tía abuela Elroy
Estimada
tía abuela Elroy:
Incluso
en este pueblo, inmerso por largo tiempo bajo la nieve, ha llegado
finalmente la primavera y los pájaros han empezado de nuevo a
cantar. Dentro de pronto las flores empezarán a abrirse y el Hogar
de Pony se verá rodeado de pétalos de todos los colores.
Me
alegra saber que su estado de salud es bueno.
Después
de mucho pensar, me he llenado de coraje y he decidido escribirle.
Por favor sea tan amable de leer mis palabras hasta el final.
Quisiera
hablarle de Archibald Cornwell y Annie Brighton.
Sé
bien que se enojará, diciendo que no es asunto mío, pero
definitivamente necesito que me escuche.
Estos
dos chicos se aman y lo han hecho desde hace mucho tiempo.
Annie
quería a Archie desde antes de que se mudara a Lakewood y continuó
atesorando ese sentimiento, manteniéndose siempre a su lado y
apoyándole con dulzura. Con el tiempo, Archie también ha comenzado
a corresponderle, y por todo este tiempo yo he sido testigo de su
camino juntos.
Se
lo ruego, tía abuela, ¡acepte el sentimiento sincero que les une!
He
recibido una carta llena de angustia de parte de Archie en la que me
dice que usted, el señor Cornwell y todos los miembros de la familia
Ardlay se oponen a este compromiso.
Imagino
que uno de los motivos para tanta hostilidad se debe al origen de
Annie, quien ha crecido en el mismo orfanato que yo.
Nosotras
fuimos abandonadas, y por más que lo deseamos, nunca sabremos quién
nos trajo al mundo.
Estamos
convencidas de que nuestros padres se vieron obligados a tomar una
decisión tan triste, pero nosotras no tenemos ninguna culpa por su
elección.
La
señorita Pony, la mujer que nos crió, siempre ha definido lo que
nos ha pasado como "un pequeño descuido de Dios". El tipo
de familia en el que se nace puede depender de un leve error de Dios,
por lo que no debemos entristecernos o sentir rabia. La señorita
Pony también afirma que no importa de dónde venimos: lo que importa
es que cuando dejemos este mundo, podamos sentir que hemos vivido una
existencia plena.
A
los ojos de la gente, también podemos parecer chicas que tuvieron un
comienzo difícil, pero hoy soy una persona increíblemente feliz.
Además, a diferencia mía, Annie fue adoptada desde pequeña por la
familia Brighton y como bien sabrá, ha sido amada y criada como una
verdadera hija.
No
podemos negar que el rango de la familia de Annie es inferior al de
la familia Ardlay y sé también que recientemente se ha sabido el
hecho de que los Brighton han contraído deudas por una cantidad nada
desdeñable. Sin embargo, los señores Brighton han dicho que no
tienen ninguna intención de causar molestias, y el mismo Archie no
tiene ninguna preocupación sobre ese asunto.
El
señor William ya ha dado su consentimiento, y los dos chicos no
tendrían motivos para dudar más tiempo en hacer su sueño realidad,
pero Archie desea tener el consentimiento sincero de sus padres y de
la familia Ardlay.
Le
ruego, tía abuela, bendiga la unión de estos dos jóvenes tan
enamorados. ¡Por favor! Estoy convencida que, una vez obtenido su
consentimiento, también los señores Cornwell cambiarán de idea.
Tía
abuela, ¡le agradezco que haya leído hasta el final esta larga
carta mía! Archie no sabe que me he dirigido a usted, y
naturalmente, lo mismo ocurre con el tío abuelo.
Le
ruego me perdone por esta intromisión, pero le pido por enésima vez
que se muestre magnánima con estos dos jóvenes.
Ruego
porque siempre goce de buena salud.
Candice
W. Ardlay
***
Para Alistair Cornwell
Querido
Stair:
¡Tengo
una gran noticia! ¡La fecha de la fiesta de compromiso de Archie y
Annie ha sido finalmente fijada!
La
tía abuela Elroy y los Lagan (¡Eliza y Neal principalmente!) se
opusieron, conspirando en las sombras e involucrando a toda la
familia, pero al final venció el peso de la decisión tomada por el
cabeza de la familia: el tío abuelo William ha dado en efecto su
bendición, y lo ha hecho con todo su corazón.
Al
parecer, inicialmente el tío abuelo no se esperaba semejante
obstinación por parte de la tía abuela, de hecho, esperaba que se
resolviese todo fácilmente. Él no le da importancia a la
procedencia y al origen de las personas; debe ser por eso que no
consigue precisamente tener buenas relaciones con el resto de los
Ardlay.
Uno
de los motivos de esta dificultad se debe seguramente a mí. Creo que
mi adopción, que ocurrió sin pedir el consentimiento de nadie,
representa todavía una herida profunda para la tía abuela y los
demás.
Esto
lo siento mucho.
Ah,
pero tú, Stair, ya lo sabes todo, ¿verdad? Entonces también sabes
que Archie, suspirando, dijo: "Cómo quisiera que Stair
estuviese aquí"... ¡Sí! ¡Seguro que sabes incluso la
verdadera identidad del señor Albert!
Desde
que empezaste este largo viaje tuyo, han sucedido de verdad muchas
cosas. Todas las veces me
preguntaba
qué habrías pensado y, sin darme cuenta, empecé a escribirte en mi
corazón cartas, como lo estoy haciendo ahora
Cuando
hablo contigo me siento más serena e inexplicablemente, me parece
casi como si recibiese tu respuesta. Stair, ¿por casualidad has
inventado el Servicio Postal del Paraíso?
Desde
el día en el que he recibido la invitación para la ceremonia de
compromiso de Archie y Annie, estoy llena de felicidad ¡y tú eres
el único con el puedo compartir esta emoción!
"¿Y
yo?", me pregunta siempre el tío abuelo, hablando como si fuese
Albert (incluso si después son la misma persona).
También
me gustaría compartir con él mi emoción, pero no hay nada que
hacer: solo tú, Stair, puedes de verdad entenderlo.
Tú
los observaste desde mucho tiempo antes que yo, me pregunto cuanto te
habrás alegrado y me pregunto qué increíbles invenciones habrías
ideado para festejarlo Si lo pienso, me pongo a reír yo sola.
¡Falta
todavía tiempo para la boda, pero Annie se convertirá felizmente en
tu futura cuñada!
Al
principio los señores Cornwell se oponían, pero parece que estaban
solo influenciados por la Tía abuela Elroy. Ahora, sin embargo,
tratan a Annie con gran amabilidad.
Tu
padre se comporta exactamente como tú, ¿sabes? Habla del mismo
modo, e incluso cuando dice cosas serias parece casi como si
estuviese bromeando No sabía que él también destruía cosas y se
divertía reconstruyéndolas. Es por esto, por lo que Patty se siente
al mismo tiempo triste y aliviada cuando lo ve.
Oh
Stair Por un lado, estoy entusiasmada por la noticia del compromiso
de Annie, pero por otra parte siento un dolor tan grande cuando
pienso en Patty ¡Sin embargo, estoy segura de que tú siempre vas a
velar por ella!
Patty
ahora está llena de entusiasmo, y está concentrada en convertirse
en profesora. ¡También ha empezado a criar una tortuga que ha
llamado "Hughely II"! Seguro que ella sabe más que nadie
lo mucho que tú esperas verla feliz.
¿Quieres
saber si soy feliz? ¡Claro que lo soy! Después de todo yo tengo la
cajita de música de la Felicidad de Candy. Has sido capaz de crear
un objeto con efectos extraordinarios, ¡eres realmente un inventor
increíble!
El
compromiso de Archie y Annie se llevará a cabo en Lakewood. Fue él
quien me lo dijo en secreto. Ese día harán su entrada por tu Portón
del Agua, y tienen la intención de dejar a todo el mundo sin habla.
Ayúdales
a hacerlo de forma que todo salga a la perfección, ¿vale?
Yo
seguramente te buscaré en la luz del sol y, naturalmente, también
buscaré a Anthony.
Ese
día, por favor, bendice a Archie y Annie con una suave brisa.
Una
carta de parte de tu Candy
***
Nota:
Bert es el sobrenombre que Albert sugirió y que Candy aceptó de
forma gustosa. Al fin, ambos han llegado a un acuerdo, o como diría
una ronda infantil: “Al cabo fuimos de una opinión”. :-)
***
Nota:
ahora entramos a finales de la siguiente primavera, es decir que
llegamos a 1921. Por clima aún fresco y por toda la vegetación
descrita, podemos decir que falta muy poco para que comience el
verano. La primavera termina a mediados de junio, así que podemos
decir que estamos esos días de 1921.
Carta para el Pequeño Bert
Para
el señor William Albert Ardlay, alias Pequeño Bert:
Me
pregunto si en este momento el pequeño Bert está todavía
trabajando Como siempre, he regresado de la Clínica Feliz del Doctor
Martin y acabo de dejar en la cama a los niños.
Pequeño
Bert, ¡estoy realmente contenta porque me haya revelado este
sobrenombre! Era la forma como lo llamaba su hermana Rosemary, la
mamá de Anthony. Sólo ella usaba esta expresión, y sin embargo,
¡yo tengo el honor de poderle llamar de esta manera!
Hoy
le escribo porque quiero hablarle con un espíritu renovado. En esas
pocas horas que transcurrieron en Lakewood, es como si una parte de
mí hubiera renacido.
Sus
visitas improvisadas no le hacen bien a mi corazón, y el hecho de
que me esté acostumbrando significa que me estoy volviendo más
fuerte, ¿verdad? Esto también vale por las directoras.
¡El
viaje en auto por Lakewood fue maravilloso!
Los
lupinus, o mejor los lupinos azules, las rudbeckias, los trachymene,
y los perifollos silvestres. El camino que recorrimos estaba
flanqueado por muchísimas flores, y usted se sorprendió porque yo
murmuré todos sus nombres. ¡Gracias por haberse impresionado tanto!
Era
muy agradable el viento que entraba por la ventana completamente
abierta y cuando, mientras conducía, entonó aquellas canciones
populares escocesas, me quedé completamente extasiada escuchando.
A
la edad de trece años recorrí aquel mismo camino, llena de
desilusión por no haberme convertido en una verdadera hija adoptiva.
Pero mientras nos acercábamos a la residencia de los Lagan, mi
corazón estaba al mismo tiempo lleno de esperanza por la perspectiva
de una nueva vida.
Pequeño
Bert, puede imaginar mi emoción al encontrarme de vuelta en compañía
del Príncipe de la Colina (es la última vez, ¡lo prometo!) ¿Y del
tío abuelo William? (¡también para él será la última vez!)
No
había nadie en la casa de los Lagan. Después de haber dejado el
auto en la residencia de los Ardlay, caminamos por el sendero que se
dirigía a los tres portales.
Yo
había regresado varias veces a Lakewood, pero era la primera vez en
su compañía, y durante nuestra caminata, me inundaron tantos
sentimientos encontrados que ni siquiera fui capaz de hablar. Sentí
que a usted le ocurrió lo mismo.
Stair
y Anthony mi corazón se llenó con pensamientos de las personas con
las que no me volveré a ver.
Imagino
que para usted este lugar representa mucho más, porque está
vinculado a su padre, a su madre, que conoció solo a través de
retratos y a su hermana Rosemary Brown.
Fui
yo quien quiso dirigirse al bosque. Ese mismo bosque en el que
Anthony murió al caer del caballo.
El
prado rodeado por rosas multiflora estaba plagado de flores de
arándano y la luz luminosa y titilante de la tarde parecía casi
trazar una frontera entre dos mundos. Todo era tan hermoso que empecé
a llorar.
De
hecho, volví a pensar en la cacería de zorro. Si solo no se hubiera
hecho esa partida de caza, organizada con motivo de mi presentación
oficial como hija adoptiva, Anthony no nos hubiera dejado tan
prematuramente.
"Fue
culpa mía. Es culpa mía si Anthony…”
Cuando
comencé a llorar, usted me abrazó de inmediato dulcemente.
"Yo
fui quien decidió adoptarte y fui yo quien quiso organizar la
cacería de zorro".
Su
voz llena de dolor impactó mi corazón, haciéndome entender que
también usted, durante todo este tiempo, ha estado compartiendo mí
mismo pesar.
Perdóneme
por haber llorado de esa manera contra su pecho. Me temo que arruiné
su camisa fina.
Es
realmente cierto que ninguno de nosotros puede saber lo que le espera
a la vuelta de la esquina.
No
fue culpa de nadie: desde que logré tomar consciencia de esto, me
siento como renacida.
¡Gracias,
señor Albert!
Y
luego nos dirigimos a aquella habitación la habitación en la que
supe quién era usted realmente. Sobre el escritorio estaba mi
diario. Usted quería devolvérmelo... "Porque esto es algo
valioso para ti".
Usted
murmuró estas palabras mirando por la ventana. Su voz era tan serena
Mi
diario habla casi enteramente de Terry, y yo también había pensado
muchas veces qué había hecho usted con él.
Ese
diario está ahora junto a mí, pero nunca lo volví a abrir y tengo
la intención de devolvérselo, así como usted me devolvió el
broche.
El
tiempo que pasa es cruel y al mismo tiempo maravilloso.
No
sé qué destino le espera a nuestro mundo, pero estoy convencida que
los recuerdos hermosos viven en nuestro corazón, y que son ellos
quienes nos dan la fuerza para afrontar la adversidad.
Estoy
realmente agradecida con mis padres por haberme abandonado en el
Hogar de Pony. ¡Gracias a ellos logré conocerlo a usted! Soy yo
quien no tiene palabras para expresar mi gratitud.
Sí,
señor Albert: he alcanzado mi propia felicidad.
Oh,
no creo que pueda pegar un ojo tampoco esta noche, ¡pero espero que
el Pequeño Bert pueda tener maravillosos sueños!
Con
amor y gratitud:
Candy
***
Nota:
Ahora que Candy ha dado ese paseo a Lakewood y que al fin reconoce
que no tiene culpa por la muerte de Anthony, se siente con valor y
sin una pizca de dudas para escribirle al Sr. Whitman. Es por eso que
tardó casi un año y medio para escribirle.
Nota
2: Desde 1919 ya sabíamos que el Sr. Whitman vive en California, así
que la mansión de Lakewood quedaría abandonada antes de ese año,
sin embargo, su abandono fue como residencia, ya que se usaba para
eventos especiales como la conmemoración de Stair y la fiesta de
compromiso de Archie y Annie.
Concretamente,
la propiedad quedó abandonada como residencia desde la muerte de
Anthony, acaecida en 1912. Después de eso, Stair y Archie fueron
enviados al San Pablo, donde a finales de ese año partiría Candy,
mientras que la tía abuela Elroy se mudó a Chicago. En el verano de
1914, los chicos vuelven de Inglaterra y se establecen en la misma
ciudad que Elroy, así que no hay registro de que hayan vuelto a
Lakewood a pasar vacaciones. Por ese motivo, se reitera que la
Lakewood quedó abandonada como residencia en octubre de 1912.
Después del paseo a Lakewood en 1921, la propiedad pasó a otras
manos.
***
Para el señor Jacob Whitman
Querido
señor Whitman:
Ni
siquiera sé por dónde empezar esta carta...
¡Soy
Candy! Ha pasado tanto tiempo, pero yo siempre he seguido pensando en
usted, en Mary y en todos los otros.
Hace
algún tiempo me invitaron a la fiesta de inauguración del hotel de
Miami de los Lagan. Estará sorprendido de saber que recibí una
invitación oficial de parte de ellos ¿verdad?
Aquel
evento me dio la oportunidad de volver a ver a Mary y a Stewart.
Fue
la propia Mary quien me contó que usted se mudó a California y
quien me dio su dirección. Yo, sin embargo, simplemente no conseguía
decidirme a tomar una pluma...
Los
recuerdos eran demasiado intensos para soportarlos. Supongo que usted
podrá entenderme.
Querido
señor Whitman, quiero darle las gracias por cuidar con tanta
devoción la rosaleda. Incluso el abuelo William me ha informado de
su amabilidad.
Me
sentí triste al saber que la residencia de Lakewood había sido
abandonada y actualmente está en desuso, pero cuando me enteré de
que cada vez que usted pasaba por allí procedía a ventilar las
habitaciones y velar por aquel inmenso jardín, me provocó una gran
emoción. Se lo agradezco de verdad, de corazón.
Visité
Lakewood después de tanto tiempo y lo encontré sin cambios. El
Portal de las Rosas, la Entrada de Piedra y el Portón del Agua y
después el bosque.
Donde
quiera que fuese, la imagen de los árboles, y de la rosaleda no me
han abandonado, ¿sabe?
Siempre
solía preguntarme si las rosas Dulce Candy estaban floreciendo, y
cuando me contaron que cada primavera volvían a revivir, aumentando
incluso en número, me quedé un momento sin palabras.
Desde
el día que me fui de Lakewood han ocurrido tantas cosas.
Supongo
que ya sabe lo de Stair. Son todos eventos tan dolorosos que no
pueden todavía convertirse en recuerdos.
Tal
vez los tres portales de la mansión todavía están esperando a que
sus respectivos propietarios regresen.
Ahora
mismo he regresado a mi pueblo natal, en donde se encuentra el Hogar
de Pony, y estoy trabajando como enfermera en la Clínica Feliz del
Doctor Martin. Naturalmente, me ocupo también de echarle una mano al
orfanato y mis días están bastante ocupados.
Señor
Whitman, debe saber que durante mi visita a Lakewood, conseguí un
esqueje de la rosa Dulce Candy. Tengo la intensión de cultivarla con
cuidado en la Casa de Pony y hacer que aumente su número.
He
mejorado un poco en la jardinería ¡de verdad! ¡Piense que ahora
incluso puedo reconocer las malas hierbas de las plantas que dan
flores!
Espero
que incluso en la soleada California, rodeado del afecto de sus hijos
y nietos, continúe haciendo florecer muchísimas flores. A la espera
de poder volver a reunirme con usted algún día, le deseo lo mejor.
Candy
***
Nota:
Poco tiempo después de la redacción de la carta a Whitman, Candy
recibe la carta de Terry. Al hablar del pensamiento dedicado a
Anthony, explicaremos por qué decimos esto.
***
Carta de T.G. para Candy
Querida
Candy:
¿Cómo
estás?
Ha
pasado un año desde entonces pasado este periodo de tiempo, me había
prometido escribirte, pero luego, preso por las dudas, he dejado
pasar otros seis meses.
Ahora,
sin embargo, me he armado de valor y he decidido enviarte esta carta.
Para
mí nada ha cambiado.
No
sé si llegarás a leer estas palabras mías, pero quería que tú
supieses al menos esto.
T.G.
***
Nota:
La siguiente carta, dedicada a Anthony, está redactada en el
pensamiento de Candy, y ésta también fue dedicado al poco tiempo
después del paseo a Lakewood.
Antes
de esta carta, Candy comparaba la separación de Terry con la
irrevocabilidad de la muerte, pero algo la hizo cambiar de opinión,
porque ahora dice que si hay vida, existe la esperanza. ¿Qué le
haría decir esto? Si no hubiera recibido la carta de Terry, tales
palabras no tendrían sentido. Por esa razón, esa misiva tiene que
ir después del paseo a Lakewood y antes de la carta a Anthony. Por
esta razón también, es que sabemos que Susana murió en diciembre
de 1919, y si Terry tardó un año y medio en escribirle a Candy, su
carta llega justamente en junio de 1921. Por lo tanto, la separación
de ellos no fue de diez años, sino que de ¡cinco años y medio!
contando desde Susana.
***
Para Anthony Brown
Querido
Anthony:
Pienso
muy a menudo en ti, pero hasta hoy nunca he sido capaz de escribirte.
La primera carta para ti solo puedo escribirla en mi corazón Es algo
muy triste.
Seguramente
ya te has encontrado con Stair e incluso con tu madre.
Sabes,
Anthony, fui a Lakewood. ¿Adivina con quién? Oh, Mientras te hacía
esta pregunta, me di cuenta de que nunca conociste al señor Albert.
Por otro lado, incluso Stair y Archie solo lo conocieron en Londres.
Si
hubieses conocido a esta persona, tal vez hubieras visto en él, a la
señora Rosemary, tu madre. De hecho, el señor Albert no es otro que
el tío abuelo William, que es al mismo tiempo el hermano menor de tu
madre. Te has quedado sin palabras, ¿verdad?
¿Recuerdas
cuando te hablaba sobre el Príncipe de la Colina y decía cuánto te
parecías a él? Imagina mi sorpresa al descubrir que también él es
en realidad el mismo señor Albert.
Aquel
chico que apenas recordabas era tu tío. No es tan extraño que se
parecieran tanto, ¿verdad?
¿Ahora
entiendes por qué me confundí por un momento, cuando nos
encontramos en el Portal de las Rosas?
La
primera vez que te vi, ambos tenían el cabello rubio arenoso. Si el
señor Albert hubiera mantenido esa tonalidad podría haber percibido
algo, pero cuando lo conocí años después, tenía el cabello
castaño. Sin mencionar que llevaba barba y extrañas gafas de sol.
Me
parecía una persona muy diferente de ti pero ahora entiendo que el
color de vuestros ojos es el mismo: un azul claro, como el cielo de
la mañana.
Por
lo que me ha contado, cuando era niño también él tenía cabello
rubio, pero a lo largo de los años, su color se ha vuelto más
oscuro. Durante sus viajes en el desierto, el tono se acentuó aún
más, pero después del incidente y las diversas aventuras que tuvo
que enfrentar, volvió a su color original.
En
Lakewood, entré por primera vez en el salón conmemorativo de los
Ardlay y allí pude admirar los muchos retratos de los antepasados de
la familia. La pintura que retrata a la señora Rosemary es la más
hermosa que yo nunca había visto. Tú eres todavía un recién
nacido y tu madre sonríe felizmente, sosteniéndote en sus brazos.
No
pude contener las lágrimas. Tu imagen de bebé era realmente dulce.
Recuerdo
que una vez me hablaste sobre ella y me confiaste sus palabras: "Las
flores mueren y renacen aún más hermosas. La gente muere y renace
aún más hermosa en el corazón de los que quedan".
Cuando
le referí esta frase al señor Albert, él escuchó sin decir una
palabra. Luego, después de un largo silencio, me contó los detalles
del matrimonio de su hermana Rosemary y tu padre, el señor Vincent
Brown.
Me
confió cómo tu madre no se dio por vencida ante la opinión de los
Ardlay, profundamente contrarios a aquella unión, debido a la
diferencia de estatus entre las familias. La señora Rosemary les
dijo que la felicidad no depende del dinero o del prestigio social,
sino de la posibilidad de vivir con la persona que se ama. Si estaban
decididos a impedírselo, estaba dispuesta a renegar del apellido de
los Ardlay en cualquier momento.
Rosemary
era una persona dulce, pero también una mujer fuerte. Tú eras así
también Anthony: dulce y fuerte al mismo tiempo. Si estuvieses
todavía vivo, quién sabe en qué tipo de hombre te habrías
convertido.
En
mi corazón aún vive tu última sonrisa. Cuando te fuiste, tan
repentinamente, me invadió el dolor y el mero hecho de poder
continuar respirando me parecía una injusticia. Me era insoportable
pensar que, aunque ya no estuvieras más, el sol continuara saliendo
y ocultándose. Odiaba el hecho de que sintiera sed y hambre.
Estaba
convencida de que nunca más me enamoraría de nadie como lo estuve
de ti, pero después Ya sabes lo que me sucedió, ¿no es verdad? En
Londres, estuve profundamente unida a una persona que se parecía a
ti. En realidad, me parecieron similares solo durante un momento, y
tal vez son personas completamente diferentes.
En
cualquier caso, gracias a este chico descubrí que el amor tiene
muchas formas, y que hay cosas que, una vez perdidas, no podemos
recuperar. No podemos reunirnos más con aquellos que han dejado este
mundo Es una realidad tan obvia, pero yo no podía aceptarlo. En
cambio, ahora sé que incluso cuando se está vivo, hay
circunstancias en las que el destino no permite que dos personas
estén juntas. Después de todo, vivir significa acumular
progresivamente estas experiencias. Sin embargo, si se continúa
viviendo, siempre hay lugar para la esperanza.
Fue
tu última sonrisa lo que me dio fuerzas, y también sé que me has
perdonado por todo.
Gracias,
Anthony el haberte conocido me regaló una gran felicidad.
Tú,
Stair y todas las personas que conoceré en mi camino, las cosas
tristes y las cosas bellas alimentándome de mis recuerdos, seguiré
viviendo sin dejar de ser yo misma.
¿Quién
sabe lo que el amanecer me traerá, envuelto en su luz blanca? No sé
por qué, pero cualquiera que sea lo que el destino que me depare,
estoy ansiosa por afrontarlo.
Sé
que en este mundo ya no podremos vernos, pero un día, cuando nos
encontremos cerca, quiero ser una persona de la que se pueda estar
orgullosa. Por esto me esforzaré en seguir mi camino y, como te
prometí, ¡lo haré con una sonrisa!
Anthony
sigue velando por mí.
Desde
la temporada en que florecen las rosas Dulce Candy,
Candy
***
Nota:
La última carta es de Susie Anne Carson para Candy. Con este
escrito, queda claro que Candy lleva mucho tiempo viviendo en
Inglaterra.
Candy
explica que dicha carta le llegó hace dos meses, y teniendo en
cuenta que las retrospectivas comenzaron a tomar lugar a principios
de la primavera (marzo), la carta le llegaría en enero, ¿pero de
qué año? Si hay han pasado más de 20 años de la muerte de
Anthony, acaecida en 1912, estamos en más o menos en 1935.
***
Mi
querida, queridísima Candy,
Han
pasado dos semanas desde mi llegada a Calcuta y por fin estoy
empezando a acostumbrarme a mi
nueva
vida.
Todo
lo que veo y oigo continúa llenándome de asombro. Estoy segura de
que esta ciudad te
conquistaría
también. Todos los días, sin embargo, hay tantos enfermos que
cuidar que no tengo casi
tiempo
para comer ¡Quiero estudiar para poder ser todavía más útil a
todos ellos!
Trabajando
en esta clínica me pongo a pensar en la cantidad de cosas que
podrías enseñarme si
estuvieras
aquí conmigo. Sin embargo, ¡estoy bien, así que no te preocupes!
Voy
a enviarte más postales. ¡Quién sabe cuándo nos volveremos a ver
por favor cuídate mucho!
Susie
***
tomas detalles minúsculos con el entorno que narra candy en sus cartas o sucesos; para hacer análisis contundentes e irrefutables (ubicarlas por estación y año ).
ResponderEliminarlas felicito.
Esto deja totalmente ordenada la historia y em gusta saber lo que pasó después del manga , y lo que cambiaron del manga.
que bello!! muchas gracias
Precisamente, son esos detalles como los cambios de estación y los eventos que mencionan los personajes los que van marcando el paso del tiempo.
EliminarNagita se vale de las características más prominentes de las estaciones para señalarnos los tiempos.
Gracias por leernos.
Wow gracias por poner las cartas en orden asi puestas Candy se pudo haber quedado con Cualquiera de ellos dos o hasta alguien nuevo pq ella estaba siguiendo su camino.
ResponderEliminarDe hecho, no. El orden cronológico nos manda directamente a darnos cuenta de que ella solamente se pudo haber quedado con Terry. Revisa la parte final, después de la carta a Whitman para que veas a lo que me refiero.
EliminarAquí no hay neutralidad, secretos ni ambigüedad.
Mucas gracias por tu tiempo de poner en orden la cartas, mi deseo es que sea Terry su esposo. ,
ResponderEliminarHa sido un placer, de verdad. Según el orden cronológico, tu deseo se ha cumplido
Eliminar:-).
Las cartas de Terry y de Anthony estan escritas de Tú, pero con Albert solo cuando se refiere a él como pequeño Bert, después siempre se refiere a él de USTED, ciertamente hay confianza, pero siempre se nota esa línea de respeto, que aunque son cartas privadas no se brinca esa línea entre ellos dos, por lo menos de parte de Candy. Me encantó este análisis, tenía dudillas sobre donde iba la carta de Whitman, pero es verdad, muy claro me queda cuando le dice que fue al bosque, gracias por compartir todaaaaas sus acertadas observaciones :)
ResponderEliminarIncluso en su edad adulta, Candy se dirige a Albert como "tío abuelo Williams" y eso revela demasiado sobre el trato de ellos dos.
EliminarRespecto a la carta al Sr. Whitman, es una de las cartas más nostálgicas escritas de Candy para uno de sus amigos y se entiende porqué le tomó tanto tiempo: el jardinero se llevaba bien con Anthony y estaban ligados por el tema de las rosas. Fue el único personaje que tenía esa afinidad con Anthony y por ese motivo es comprensible que Candy necesitara del paseo a Lakewood para tomar el valor de dedicarle unas líneas primero a Whitman y después de Anthony.
Gracias por poner en orden las cartas, a mi criterio yo creo que el esposo de Candy es Terry segun todo lo que dicen las cartas, pero me gustaria que en un futuro la autora nos sacara de dudas y asi podre morir en paz con la certeza que es él, no concibo a Albert como pareja de Candy, eso me parece una relación incestuosa , uno no adopta a alguien como hijo para despues verlo como posible pareja, las que creen eso han destrozado el personaje de Albert. Ojala la autora no fuera tan mercantilista y nos diera un nuevo libro con un fin definitivo pero creo que eso es un sueño.
ResponderEliminarTambién me parece que este libro es el definitivo pero sí que estoy segura de que Nagita dejó a Candy y Terry juntos aunque el nombre de él no aparezca al final (como debería ser), pues en todas las obras anteriores de Candy Candy, Susana no había muerto ni Candy aparecía viviendo en Inglaterra, alejada de su amado Hogar de Pony.
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