Después de que Candy aceptó que estaba enamorada de Terry tras la cabalgata, las cosas marcharían sin tropiezo para que la pareja desarrollara su relación amorosa; esto, por supuesto, sin contar con la cercana y maligna intervención de la celosa Eliza Lagan, quien llevaría a cabo un acto de venganza porque Terry no asistió a su fiesta por estar con Candy. Como consecuencia de dicho desquite, Candy y Terry dejaron el internado, partiendo cada quien por su lado. Él buscaría suerte como actor de teatro, y ella, como enfermera. Sin embargo, esa separación no fue definitiva, puesto que cuando ambos dieron con su paradero, reanudaron en cierta medida su relación mediante cartas. Entre tanto, él conoció a Susana, una compañera de actuación que se enamoró de él. El tiempo transcurrió, y el buen trabajo de Terry llevó a la compañía teatral a ofrecerle tanto a él como a Susana los papeles de Romeo y Julieta respectivamente. Durante el ensayo de la obra, uno de los reflectore...
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